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Maryclen Stelling: Lealtad al ideal socialista con rigurosidad en el análisis (+Clodovaldo)

En Venezuela casi nadie es neutral, pero algunos analistas excepcionales saben cómo ser leales a sus ideas sin perder la rigurosidad en el análisis. Así era Maryclen Stelling.

La socióloga, profesora universitaria y articulista falleció en Caracas este sábado 5 de noviembre, luego de batallar por más de dos años con el cáncer. Se desempeñaba como directora ejecutiva del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y había sido coordinadora del capítulo de Venezuela del Observatorio Global de Medios, pues una de sus líneas de investigación y reflexión fue precisamente el escenario comunicacional.

Stelling era una intelectual orgánica en el sentido gramsciano de la expresión. Por ello estuvo en la primera línea de la controversia política a favor de la Revolución Bolivariana, pero no desde una posición fanática ni de solidaridades automáticas, sino a partir de la crítica y la autocrítica.

En los momentos noticiosos de los años recientes, la socióloga era una fuente a consultar por quien quisiera una postura equilibrada y coherente porque no se dedicaba ni a las celebraciones de los triunfos y ni a los lamentos en las derrotas, sino que plasmaba causas y consecuencias con una ecuanimidad muy poco común entre nosotros.

Sus reflexiones sobre el tema comunicacional siempre han tenido gran impacto. En el conflictivo año 2017, durante la ola de disturbios de la Guarimba II, ella declaró a LaIguana.TV: “La verdad comunicacional del gobierno no penetra. Afuera lo que manda es la posición que sostienen la OEA, la Unión Europea, el Departamento de Estado y, ahora, hasta la Unasur, según la cual acá hay una dictadura, se violan los derechos humanos, la corrupción es campante y la mala gestión gubernamental nos tiene en una crisis humanitaria, con una hambruna como la padecidas por países africanos. En este mes de manifestaciones violentas y terroristas de la derecha, la verdad no permea internacionalmente, sino que la condena es como si la violencia y la represión vienen del lado del gobierno. Lo que se ve en las empresas transnacionales de comunicación del mundo es la otra verdad, la de la derecha. Venezuela está sometida a un cerco mundial, a una condena importante. Hemos sufrido una derrota ante el poder transmediático, que es el de los medios tradicionales y las redes sociales. La verdad oficial ha sido derrotada transmediáticamente”.

Su visión de la realidad política le permitía lanzar pronósticos que casi siempre se cumplían. Por ejemplo, en 2018, la misma noche de la victoria del presidente Nicolás Maduro y de las denuncias que, a última hora, hizo el candidato opositor Henri Falcón, vaticinó:

“Desde el proceso electoral ganó la democracia, pero continuará la fractura interna y recrudecerá el cerco internacional. Con la posición asumida por Falcón se pierde la oportunidad de una reconfiguración de una oposición que funja como tal. Falcón salió doblemente derrotado porque da la razón a quienes, desde la oposición, llamaron a la abstención”.

Y ese mismo año, luego del intento de magnicidio de la avenida Bolívar, observó:

“Inmediatamente después del suceso, los dos bandos políticos radicalizados se protegieron en su verdad mediática y política. Los opositores dijeron que era un montaje del gobierno para fortalecer a Maduro, mientras en el lado chavista había la absoluta creencia de que sí había habido un intento de magnicidio. Vista las pruebas que se presentaron y todos los videos de Telemundo y otros que grabaron, a pesar de eso, nos levantamos al día siguiente de presentarse esas pruebas con la credibilidad tan polarizada como antes. Eso nos habla del país donde estamos viviendo, un país fracturado, un país donde ha sido imposible el diálogo, la convivencia, la discusión en conjunto, de todos los factores, para solventar la crisis multidimensional que estamos sufriendo. Es un indicativo de la imposibilidad de convivir con el otro”.

Además de analizar y escribir artículos, Stelling se dispuso a tomar acciones concretas para romper esa delicada situación interna. Junto al diplomático Pedro Nikken promovió el encuentro de sectores e individualidades de los dos bandos políticos para gestionar lo que ellos llamaron “el microdiálogo”, es decir, un acercamiento en niveles de base, más allá de los esfuerzos que se hicieran en las cúpulas.

La enfermedad que la estremeció con rudeza no la separó de su labor analítica y de su postura rigurosa. A finales de 2021, luego de las elecciones regionales y locales, fue contundente al decir que: “La sociedad venezolana parece haber llegado a un punto de no retorno, caracterizado por el desencanto, la desilusión, la apatía y la desafección política, una condición opuesta a la que se alcanzó durante los primeros años de la Revolución”.

Advirtió entonces que la baja general de la votación del chavismo es una muestra del agotamiento de la expresión político-electoral, provocada, entre otras posibles razones porque la base popular que ha sustentado a la Revolución, los excluidos de otros tiempos, los trabajadores (en especial, los empleados públicos) están obligados a ocupar todo su tiempo y sus energías en realizar actividades adicionales para sobrevivir en una economía dolarizada de facto.

Ahora, cuando Maryclen Stelling nos ha dejado, echaremos mucho de menos sus orientaciones y su manera peculiar, leal y científica, de aproximarse hasta las realidades políticas más confusas.

T/Clodovaldo Hernández/LaIguana.TV/LRDS

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