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Ex-Jefa de Gabinete de Evo Morales revela que durante dictadura de Añez la encerraron «40 días con candado»

Se quiebra, apenas puede contarlo. Su vida de seis meses en la cárcel fue un suplicio: estuvo 40 días encerrada bajo candado y perdió a su bebé en gestación. Patricia Hermosa habló por primera vez de las acusaciones en su contra y de su detención.

Quien fuera jefa de gabinete del expresidente Evo Morales, y recientemente nombrada directora del Servicio General de Identificación Personal (Segip), conversó en el streaming de las plataformas digitales de La Razón y Extra, Piedra, Papel y Tinta.

Más allá de su detención, ocurrida el 31 de enero de este año, lo que llamó la atención de Hermosa fue su encarcelamiento a pesar de su estado de gravidez y la pérdida de su bebé en gestación, que hasta ayer era información solo ofrecida por terceros.

“Yo tuve un aborto espontáneo en la cárcel, que es un poco delicado para mí ese tema”, confesó ayer ante la pregunta de la periodistas Claudia Benavente, directora de La Razón y conductora del programa en línea.

No pudo continuar con más explicaciones. Se quebró en lágrimas, tomó agua y apenas reflexionó sobre el extremo que sufrió. “La violencia contra las mujeres se ejerce de distintas formas, y es la primera vez que hablo de este tema delicado”, afirmó Hermosa.

Diez años en el Ministerio de la Presidencia, la abogada fue detenida por cuatro agentes de Inteligencia, acusada de “sedición”, “terrorismo” y “financiamiento al terrorismo” a pocas cuadras de su casa en la zona del Cementerio de La Paz. “Yo les dije que no podían detenerme, que no tenían orden de aprehensión, que soy abogada. Y ellos me dicen que yo conozco que ellos pueden utilizar la fuerza en un caso de flagrancia”, relató.

“Me detienen en la calle como unos 15 a 20 minutos, yo no quería ir con ellos. Luego llega el coronel (Iván) Rojas y él ejerce más presión para subirme al vehículo”, afirmó en referencia al exdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), ahora investigado por el delito de “legitimación de ganancias ilícitas”.

Luego fue llevada a la FELCC. Dijo que allí no consiguió siquiera convencer a los policías sobre su embarazo y su necesidad de ir a un baño.

“Les digo que quiero vomitar, me dicen que lo haga en el vehículo. Yo imagino que en esa hora (de detención) ellos estaban preguntando qué hacer con los documentos que tenía: la libreta de servicio militar, el certificado de nacimiento, la solvencia” del expresidente Morales, que pretendía postularse a una senaduría por Cochabamba, dijo Hermosa.

La abogada contó que la noche del 31 de enero durmió en las celdas de la FELCC. “Al otro día abren el sobre, y ya faltaba la libreta de servicio militar”, relató sobre los papeles que la incautaron.

El Ministerio Público investiga la ubicación del documento. Se informó que el exministro de Gobierno Arturo Murillo lo mandó a quemar, de acuerdo a una conversación entre Rojas y el exviceministro de Régimen Interior Javier Issa publicada en redes sociales.

Hermosa afirmó que su detención ocurrió, más que por un acto de violencia contra ella, por el “odio” a Morales. “La violencia era hacia Evo Morales Ayma; el odio era hacia el expresidente, un presidente indígena”, contó.

“He hecho un análisis; la violencia no era dirigida a mí; a Patricia Hermosa nadie la conocía. Patricia Hermosa era una persona que trabajaba en el Ministerio de la Presidencia en un ámbito tan administrativo”, insistió.

Consideró que su cercanía con Morales devino en su detención y su posterior procesamiento judicial, “por el solo hecho de haber hablado por teléfono con él”. “He estado seis meses en la cárcel y nunca se me han tomado la declaración”, denunció.

Contó otro extremo en su contra durante el último mes de su detención en el Centro de Orientación Femenina (COF) de Obrajes, en La Paz, debido a la campaña que propiciaron en redes sociales por su liberación.

Dijo que la directora capitana del centro penitenciario la aisló del resto de las internas en una sala de enfermería de la cárcel. “Yo le dije ‘cómo puedo hacer eso si no tengo teléfono, no tengo computadora, no tengo acceso a las redes sociales. Me decía: ‘No, tú estás impulsando eso’, y me encerró 40 días en un lugar, con candado, con el supuesto pretexto de que tenía COVID-19”.

Bajo detención domiciliaria desde el 29 de julio, Hermosa dijo que varias veces se presentó al Ministerio Público antes de su detención. “Yo sentí que me hacían seguimiento, vi personas de Inteligencia, pero nunca pensé entrar en la cárcel. No le di importancia”,  relató al programa de La Razón.

T/ La Razón/ LRDS

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