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Reino Unido supera las 100.000 muertes por covid-19 mientras Boris Johnson sigue improvisando

Reino Unido –67 millones de habitantes– ha contabilizado este lunes 98.531 muertes por coronavirus ocurridas en los 28 días posteriores al diagnóstico positivo. Por lo tanto, los fallecidos por este contagio superan con creces los 100.000 por el margen de los no contabilizados bajo este criterio de 28 días o los que morían fuera de hospitales hasta que se incluyeron las residencias geriátricas en el cómputo.

La cifra de decesos se ha disparado en esta ola de infecciones colocando a la isla de Gran Bretaña como el país con mayor mortalidad del mundo.

Aunque las cifras son las que son, y la verdadera y exacta nunca se sabrá porque cada país aplica un baremo distinto, el Gobierno de Boris Johnson y los medios británicos son puntillosos a la hora de identificar la «cepa sudafricana», la «cepa brasileña» o «la china», en cambio, hay otra muy contagiosa (70% más que la original) detectada por primera vez en el sur de Inglaterra, según los medios ingleses. La «cepa británica» solo existe más allá del canal de la Mancha.

Y para remontarse a pandemias históricas recuerdan la «fiebre española» de hace un siglo que se cobró 50 millones de muertos en un mundo en el que se viajaba menos que en el previo a marzo de 2020. Pero ni el vocabulario vírico ni el brexit, consumado hace un mes, los ha inmunizado.

Para mediados del mes que viene «intentaremos relajar algunas de las medidas existentes», dijo Johnson en otro de los anuncios que suele improvisar desde el inicio de la pandemia. Este relajo anunciado por Boris se contradice con las rigurosas medidas impuestas por su Gobierno que mantiene cerradas las escuelas e institutos de enseñanza secundaria.

En Reino Unido solo se autoriza a salir de casa para comprar alimentos, hacer ejercicio físico, ir a trabajar o responder a alguna urgencia; las reuniones se limitan a dos personas no convivientes en exterior y con cierta distancia física. El pasado 18 de enero Boris sustituyó las dos semanas de cuarentena a domicilio a los que llegaban de fuera por la prueba PCR negativa realizada en las 72 horas previas a la entrada al país.

El programa de vacunación se está llevando a cabo por edad, de mayor a menor, a través de los médicos de cabecera, y por grupos vulnerables. En la primera fase se han vacunado los residentes en geriátricos y sus cuidadores, seguidos de los mayores de 80 años, sectores de sanitarios, mayores de 70 años y personas clínicamente vulnerables. En las ruedas de prensa diarias en Downing Street, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, y los encargados médicos enfatizan el avance en el programa de vacunación (6,5 millones de vacunados con la primera dosis) ante las negativas cifras de mortalidad e infección (3,6 millones de infectados en total).

Boris Johnson fue filmado llegando en bicicleta a Downing Street procedente de Stratford, este de la ciudad, no obstante, este desplazamiento se incluye en la autorización a salir para hacer ejercicio o ir a trabajar. Junto a todas las medidas restrictivas y las desastrosas cifras de muertes, diferentes sectores sociales avisan de las consecuencias de la pandemia en la enseñanza, en la salud mental de adultos y menores, en la forma en la que afecta el virus a ricos y pobres o el efecto en la economía con el aumento del paro y la crisis que se está gestando: un caldo de cultivo que no es tan fácil de medir como el número de fallecidos o de infectados.

T/ Público.Es/ LRDS

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