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Espíritu libertario del Padre Bolívar vive en el corazón del pueblo patriota

El 17 de diciembre de 1830 el más grande héroe de América, El Libertador Simón Bolívar pasó a la inmortalidad

El 17 de diciembre de 1830 el más grande héroe de América, El Libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Ponte Palacios y Blanco (1783-1830), quien estuvo al mando de las fuerzas patriotas contra el imperio español y liberó seis naciones: Venezuela, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Panamá pasó a la inmortalidad en la Quinta San Pedro Alejandrino, Colombia.

Cuando se cumplen 192 años de la siembra de Simón Bolívar, el Padre de la Patria pretendemos destacar el aspecto humano del genio militar que le plantó cara a la corona española expulsando a sus huestes invasoras del continente.

Para ello en La Radio del Sur conversamos con el historiador y miembro del Centro de Estudios Simón Bolívar, Omar Hurtado Rayugsen quien expresa que Bolívar, pese a haber tenido una infancia sin madre, sin padre sin abuelo paterno, sin embargo, tuvo una inmensa capacidad de amar a su familia y a la humanidad entera.

Hurtado resalta que la historiografía habla del Bolívar genio militar, el estadista, estratega, del visionario provisto de una percepción geohistórica del presente que le tocó vivir, pero, pocos se han detenido a analizar su condición humana.

«Lo más cercano es el hermoso poema convertido en canción acerca del Niño Simón y algunos estudios sobre su psicopatología, por eso queremos destacar el aspecto humano del líder continental reconocido inclusive por los medios contemporáneos como el gran líder del Siglo XIX», dijo.

Detalla que Bolívar era por encima de todas las cosas fundamentalmente un ser humano, un ser dotado de una gran dosis de amor a pesa de las duras condiciones que le tocó vivir en sus primeros años de vida.

Bolívar trataba con respeto a subalternos y tropa

Refiere el comportamiento ejemplar de Bolívar frente a los subalternos, cuando en el año 1818 se entrevistó en el hato Cañafístola con Páez y sus llaneros, hombres curtidos, hechos para la brega enfrentados a quien para ellos era un “patiquinsito» caraqueño.

Hurtado señala que Bolívar desde ese momento se propuso conquistar a los llaneros con el ejemplo, comía como ellos carne sin sal, dormía en el cuero seco o en el mismo suelo, cabalgaba infinitamente tanto «que se ganó un apodo que no podemos mencionar por respeto a los lectores».

Indica que El Libertador trataba con mucho respeto a la tropa y asegura que el mejor testimonio está escrito en la autobiografía de José Antonio Páez.

«El trato que le daba a la tropa no estaba exento de la disciplina militar pero estaba pleno de respeto a la condición humana esto se ejemplifica en la conversación inicial que tuvo con el coronel Pedro Camejo cuando lo conoció en el hato Cañafístola».

El historiador relata que Bolívar estaba dotado de un absoluto oído y de ahí que era un amante de la música y un excelente bailarín , lo que a su juicio, le rindió buenos frutos en el campo del amor. «Necesitaríamos otro segmento para referirnos a las numerosas conquistas de El Libertados entre las damas más hermosas de su época», dijo.

Bolívar era fundamentalmente generoso

«Bolívar era fundamentalmente generoso  y esto se expresa en la manera en como sacrificó no solo su fortuna familiar y personal sino todos los premios y recompensas que recibió», agrega.

Indica que después de concluida la Batalla de Ayacucho el Congreso del Perú le otorgó un millón de pesos que él rechazó, sin embargo, aceptó el que estaba destinado a repartir a la tropa.

Además añade que en la última proclama de El Libertador está escrita la manera en como trató a José Palacios el fiel mayordomo que lo acompañó durante toda su vida en la buenas y en las malas por instrucciones de doña Concepción.

Destaca también el trato amoroso que le profesó a sus hermanas, en especial a Juana Nepomucena la protegió frente a los prejuicios sociales, así también dispensó un trato especial a Hipólita a quien a «pesar de estar en el cenit de su gloria le pidió a su hermana que la protegiera porque ella había sido su madre y su padre”.

Hurtado subraya que el Bolívar pleno de amor hacia las damas que lo acompañaron está expresado no solo en el trato en su condición de damas sino, en sus cartas plenas de amor y entrega afectuosa.

Asimismo, destaca el trato que Simón Bolívar dio a sus sobrinos hijos de su hermano Juan Vicente-tempranamente fallecido cuando regresaba de una fallida misión ante los Estados Unidos-. siempre los protegió y en sus cartas recomienda que se les asistiese con su propio patrimonio.

Bolívar y su compromiso social

“Esa condición humana de Bolívar que queremos resaltar la expresa en su pensamiento social, en lo que entiende debe ser el soporte de la educación, como apoya a su maestro (Simón Rodríguez), en un proyecto que lamentablemente la clase dirigente no entendió, pero él nunca se desligó de su compromiso social de darle clases a los aborígenes, a las damas, los afrodescendientes y a los llamados excluidos de la República triunfante».

Puntualiza que este es el aspecto en que sus enemigos se afincan para atacarlo, no solamente por su proyecto político porque está suficientemente comprobado que era un ferviente republicano, sino que como él (Bolívar) lo dice en su última proclama hollaron en lo más sagrado que es su reputación.

Asevera el historiador Hurtado Rayugsen que la oligarquía que aún se mantiene en el poder «celebra bajo la figura de la conmemoración la parte menos brillante del 17 de diciembre, el fallecimiento de El Libertador».

Última Proclama del Padre de la Patria

Simón Bolívar, Libertador de Colombia

A los pueblos de Colombia

Colombianos:

Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.

Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales.

¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.

Quinta de San Pedro Alejandrino (Santa Marta).10 de diciembre de 1830, 20º.

Últimos días de El Libertador en San Pedro Alejandrino

A partir del día 12, Bolívar se agravó mucho más. A veces deliraba. El día 17, a eso de las once de la mañana entró en estado agónico. Reverend lo narra:

 «Me senté en la cabecera, teniendo en mi mano la de El Libertador, que ya no hablaba sino de modo confuso. Sus facciones expresaban una perfecta serenidad; ningún dolor o seña de padecimiento se reflejaban sobre su noble rostro. Cuando advertí ya la respiración se ponía estertorosa, y el pulso trémulo, casi insensible, y que la muerte era inminente, me asomé a la puerta del aposento, y llamando a los generales, edecanes y los demás que componían el séquito de Bolívar: «Señores, exclamé, si queréis presenciar los últimos momentos y el postrer aliento del Libertador, ya es tiempo».

Inmediatamente fue rodeado el lecho del ilustre enfermo, y a los pocos minutos exhaló su último suspiro Simón Bolívar, refiere misionvenezuela.org.

Al conmemorarse 192 años del paso a la eternidad del hombre que recorrió la América con su espada victoriosa para devolvernos la libertad, hoy los venezolanos y venezolanas nos llena de orgullo saber que su grandeza sigue recorriendo estas tierras rebeldes que se niegan a ser colonia. ¡Viva el Padre Simón Bolívar!..

A 239 años de su natalicio, el Padre Bolívar cabalga con firmeza cada rincón de la Patria

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