Columnas

Un balance geopolítico preliminar de 2022 – 2da. parte

Por Vladimir Adrianza Salas

El posiblemente nuevo orden mundial

Un nuevo orden mundial pareciera estar emergiendo en el marco de una «nueva guerra fría«, sin que esto represente un cambio estructural en el Modo de Producción global. Bajo un esquema de Guerra Híbrida o multifactorial ejercida desde el occidente global, encabezado por los Estados Unidos, esta guerra amenaza en convertirse en una Guerra Irrestricta1, contra todos aquellos países que intenten alterar la hegemonía estadounidense y de sus socios en el planeta.

Por ahora, esta guerra se ha evidenciado en varios teatros de operación a nivel planetario, aquellos que abogan por un mundo multipolar. Países como la Federación Rusa, la República Popular de China, la República Islámica de Irán y la República Bolivariana de Venezuela, sin descartar otros escenarios menos nombrados, están en esa lista.

En Sur América, mientras algunas esperanzas emergen por el triunfo electoral de fuerzas progresistas en la región, las burguesías, teledirigidas desde los Estados Unidos, se juntan a los movimientos y partidos de derecha de cada país, para dificultar el avance de los gobiernos progresistas.

Sin embargo, en la región latinoamericana emergen algunas manifestaciones de sensatez como los intentos de hacer funcionar nuevamente la CELAC ante el estruendoso fracaso de la OEA; de recomponer la UNASUR para facilitar la articulación regional con miras a mejorar el intercambio económico y, sobre todo, en procura de energía fósil que países asediados como Bolivia y Venezuela poseen.

La construcción de un bloque regional de naciones que luche en contra de la dependencia estructural y de la desindustrialización y a favor de la integración productiva, es ahora más importante que nunca. Una «nueva descolonización» está planteada en Latinoamérica, en el camino de la construcción de un nuevo orden mundial.

Posiblemente, el intento de incorporación de nuevos países a los BRICS2, pueda contribuir al nacimiento de un nuevo orden económico mundial, progresivamente alejado de la hegemonía occidental, liderada por los EE.UU.

Respecto a la Política Exterior de esa potencia (EE.UU.), el doble rasero sigue imponiéndose. Mientras se observa en las declaraciones de algunos altos mandos su supuesto deseo por detener la guerra en Ucrania, por otro lado, se siguen aportando cuantiosas sumas para la continuación de la misma. Todo esto, procurando el continuo funcionamiento de su aparato militar e industrial, como estrategia que combina su política exterior con política doméstica.

No obstante, el excepcionalismo estadounidense, que no es más que una teoría para justificar su hegemonía mundial, ocupa un lugar central en el pensamiento de las élites, civiles y militares, de esa potencia y harán lo posible por evitar perder la oportunidad ganada.

Mientras el hambre aumenta en diferentes países del orbe, proyectos faraónicos como la colonización del espacio ultraterreno cercano, específicamente de la Luna y de Marte, siguen su curso.

Los ojos cerrados o no mires para allá

Siguen su curso los abusos del Régimen Israelí en contra de Palestina y las atrocidades que sobre el pueblo yemení, ha desarrollado la monarquía Saudí, amparada por sus aliados occidentales. La gestión de la ONU brilla por su ausencia.

En Venezuela

 A casi 10 años de la partida del comandante Eterno «Hugo Chávez», es ahora más importante que nunca, seguir lo planteado en sus Objetivos Históricos: la Independencia, la construcción del Socialismo Bolivariano, la construcción de un país potencia3; participar insistentemente en la construcción de una nueva Geopolítica Internacional4 y preservar la vida en el planeta. Estos son objetivos que nunca deberán dejar de existir en el devenir de nuestra nación, si aspiramos a profundizar cada vez más, nuestra soberanía e independencia.

La antítesis de independencia es la dependencia, lo cual, es evidente en toda la economía nacional y particularmente, en nuestro aparato productivo. A la dependencia económica se añade la cultural, no obstante, dejaremos para otra ocasión, el desarrollo de este importante tema.

La humanidad se aproxima a momentos de suma tensión internacional. Todo lo que podamos hacer por lograr el mayor grado de independencia productiva posible, es y será vital para la subsistencia del Estado y la nación venezolana en un mundo lleno de incertidumbres, mismo en el que desde hace años, se desarrolla una Guerra Híbrida de carácter global iniciada desde el occidente global, liderizado por potencias en decadencia.

Por: Vladimir Adrianza Salas

Doctor en Seguridad, Defensa y Desarrollo Integral

(1) Guerra por todos y con todos los medios.

(2) Con nuevo nombre posiblemente, debido a la potencial incorporación de Irán, Argentina y hasta Arabia Saudí, países que han solicitado su incorporación a dicho organismo.

(3) Que sea capaz al menos de abastecerse en lo esencial al país, contando en ello, la energía, el agua potable, los alimentos y, las medicinas y servicio médicos. La mayoría de los componentes que se requieren para producir estos insumos vitales son importados, dependencia que por razones estratégicas la nación debe romper cuando antes, produciendo localmente lo necesario con materias primas y tecnología local, que fácilmente podamos mantener y mejorar.

(4) La construcción de un mundo multicéntrico y pluripolar, sin hegemonías, es de vital importancia para lograr la paz y el equilibrio mundial.

 

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