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Italia pierde en un año la población equivalente a Florencia

El país registra un mínimo histórico de nacimientos desde 1861 y el máximo de muertes desde finales de la Segunda Guerra Mundial

En la historia de Italia solo se había experimentado una contracción de población tan grave en 1918, cuando la gripe española provocó la mitad de los 1,3 millones de muertos que hubo ese año. El invierno demográfico en Italia, que desde el 2015 ve como cada año tiene menos habitantes, se ha agravado a causa de la pandemia. Los números expuestos por el Instituto Nacional de Estadística italiano (Istat) son desoladores: el país transalpino perdió 384.000 habitantes en el 2020. Es como si hubiese desaparecido una gran ciudad como Florencia, con 382.000 habitantes en el 2017.

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Los nacimientos en Itali

 

Esta cifra se debe a dos motivos. El primero, que el año pasado Italia registró un nuevo mínimo histórico de nacimientos desde que se proclamó la unidad de Italia en 1861, hace 160 años. Solamente 404.000 niños nacieron en el país, 16.000 menos que el año anterior y 157.000 menos que en el 2010. Los expertos señalan que a una progresiva reducción de la población en edad fértil se le suma el clima de incertidumbre que reinó durante la prima ola de la pandemia en el país. “En diciembre los nacimientos cayeron en más del 10% porque bajaron las concepciones en marzo como consecuencia del miedo”, explica el profesor Gian Carlo Blangiardo, presidente del Istat. “Lo más interesante será ver cuáles serán los efectos del malestar y sobre todo económicos en la decisión de tener hijos. Para eso, debemos esperar unos meses”, añade.

El Gobierno dará hasta 250 euros por hijo al mes para fomentar la natalidad

Italia no es un caso aislado. Francia, un país históricamente muy preocupado por la cuestión demográfica, registró en enero del 2021 53.900 recién nacidos, un 13% menos que en enero del año pasado.

En España los números son parecidos y, entre diciembre y enero, nacieron 13.141 niños menos que en el año anterior como resultado de la bajada de concepciones durante el confinamiento. “Lo que es impresionante de los datos italianos es que esto lleva así desde hace mucho tiempo, y mientras en otros países ha habido por lo menos una señal de estabilización o incluso de mejora, en Italia no. A nivel europeo somos de los peores casos”, lamenta Blangiardo. Tampoco ayudan las pobres políticas de conciliación en este país, que en el 2019 tuvo la peor tasa de empleo femenino de la UE.

La segunda razón de esta contracción histórica es una consecuencia esperada para el primer país azotado por el virus en el mundo occidental. Italia sufrió más de 746.000 defunciones el año pasado, el número más alto desde finales de la Segunda Guerra Mundial, y una cifra que significa un aumento del 17,6% respecto al 2019.

La situación es especialmente grave en el castigado norte del país, donde hubo un 61% más de muertes que el año pasado durante la primera ola. En Lombardía, la región más golpeada, la población aumentó un 0,2% en el 2019, pero este año cayó un 0,6%. El presidente del Istat espera que esta tendencia se revierta en el 2021, porque “los más frágiles ya han fallecido a causa del coronavirus”. La tasa de población envejecida en Italia fue una de las razones de la alta mortalidad por el coronavirus, que ha visto como desde el inicio de la pandemia han fallecido 108.000 contagiados.

El demográfico es uno de los mayores retos que afronta Italia, como recordó el primer ministro Mario Draghi en su discurso de investidura. Es significativo también que el ex primer ministro Enrico Letta, nuevo secretario general del Partido Demócrata (PD), eligiera como primera propuesta como líder del centroizquierda relanzar el ius soli en las cámaras, es decir, que los hijos de extranjeros que nacen en Italia obtengan directamente la ciudadanía italiana. La inmigración solía ser un pequeño contrapeso a la caída de la población en Italia, aunque este 2020 la reducción de los flujos también se ha notado. Hoy está previsto que el Senado apruebe una ley para que desde julio las parejas obtengan hasta 250 euros al mes por cada hijo desde el séptimo mes de embarazo hasta los 21 años, como una medida para impulsar la natalidad. “Es un buen paso. Debemos entender que los hijos de los otros serán una ayuda para nosotros”, concluye Blangiardo.

T/ La Vanguardia/ LRDS

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