El Sur

Bizarrap I, emperador de la era Spotify

El precoz productor musical hizo sus primeros trabajos como cazatalentos de Warner Bros y desde hace un tiempo ha impuesto nuevas reglas a la industria musical.

Los números le avalan. Es el rey de Spotify y no hay otro artista que genere más reproducciones en YouTube. Pero qué importan las cifras comparado con el verdadero éxito de Bizarrap, que ha traído en forma de canción el último regalo de Reyes: lograr que durante cuatro minutos todos creamos que es verano.

Durante décadas, el estudio donde los músicos peleaban por elevarse a los altares estaba en Abbey Road. En ese legendario edificio de Londres, The Beatles grabó un disco por última vez y cruzó un paso de cebra ya inmortal. Para la historia quedó también el Columbia 30th Street Studio de Nueva York, donde Bob Dylan grabó Blowin’ in the wind. Pero el s.XXI ha cambiado de hemisferio y ahora la grabadora más cotizado del mundo se encuentra en Ramos Mejía, una ciudad de la provincia de Buenos Aires. Ni siquiera es un estudio, es el dormitorio donde se crió un adolescente llamado Gonzalo Julían Conde, bautizado de cara a las masas como Bizarrap.

Este DJ y productor musical bonaerense de solo 24 años ha visto cómo su vida despegaba en apenas dos años. Su caché por actuación se ha disparado, su reconocimiento es mundial y ha dado un giro más a la industria musical, irónicamente, recuperando valores primigenios del rap, que mezclados con su faceta de productor musical le han convertido en emperador de la música moderna en castellano -si es que Bad Bunny y Rosalía comparten el trono-.

Durante un año y recién cumplida la mayoría de edad, Bizarrap fue una suerte de cazatalentos de Warner Bros y ahora es él quien recluta a los cantantes para construir juntos bombas de las que se habla por todo Occidente. La licencia de sus vídeos de YouTube pertenecen a The Orchard Music, una filial de Sony, aunque no ha necesitado de las multinacionales para levantar su imperio. Como Steve Jobs pero sin mensaje coaching, su primer estudio lo montó en su propio dormitorio, y aún hace a sus compañeros acercarse a grabar en ese mismo lugar. Ya no es una discográfica mezclando a sus artistas más potentes ni gestos forzados.

Como los DJs fundadores del género, él es la estrella y quien agarra el micrófono un actor secundario. Quien se le acerca abraza el éxito, ya sea la consagrada Shakira o el desconocido Quevedo, que ahora tiene pendiente revalidar su hit veraniego Quédate para esquivar el club de los llamados «one hit wonder» (artistas de un solo éxito), al que pertenecen los Café Quijano con Lola y Los del Río con Macarena, entre otros ilustres.

La forma en que los artistas se acercan a él y se entregan cambia las dinámicas habituales. Bizarrap apenas acapara uno o dos planos de los vídeos de las canciones, se queda de espaldas al artista y no busca el foco. El foco le busca a él. Shakira llamando su atención para sacar un tema juntos es la definición de cómo Bizarrap sirve de altavoz para conectar varias generaciones. Igual que Residente para despellejar a J Balvin o Nicky Jam para demostrar que no solo vive de sus viejos temas.

«Bizarrap ha despertado en muchos jóvenes querer ser DJ y productor y mucha gente ha empezado porque lo admira, pero lleva unos años en auge. Es buen productor y sabe exactamente lo que va a petar. Está atento a las tendencias y tiene visión», asegura a Público Manu Flores, productor del último álbum de Fernandocosta, Tirititando, con el que ha logrado hacer una gira multitudinaria por toda España, con el Wizink Center incluido en su calendario.

El productor, que suele quedar a la sombra y reducido a los créditos, aquí sí toma relevancia. Esa figura, que en España actualmente representan con más éxito Carlos Raya, Ricky Falkner o Leiva (en exclusividad para Joaquín Sabina), rebaja la pompa del artista principal y abre el debate de hasta qué punto los grupos que nos enamoran serían algo si no fuera por las cabezas frías y pensantes que les rodean. Como anécdota que eleva el caché de Bizarrap queda que Quevedo quería borrar de la canción Quédate el estribillo que ha arrasado durante todo el verano. El productor argentino se mantuvo firme para mantenerlo.

Este método, en el que manda quien está detrás del escenario, reivindica un espíritu perdido dentro del hip hop. Kool Herc, Grandmaster Flash y Afrika Bambaataa son «la trinidad del hip hop», como definió Jeff Chang en su obra Generación Hip-hop. Estos tres DJs fueron poco menos que el germen para que ahora el rap sea lenguaje internacional. Eran el centro de la fiesta, usaban vinilos de artistas y bandas para encontrar beats sobre los que otros, siempre invitados pasajeros e irrelevantes, rapearan de forma improvisada. El DJ era el líder y el resto era su comparsa. El DJ elegía el cómo y todos asentían. Bizarrap ha vuelto a dar vigencia a esa idea.

Pero eso se perdió. A finales de los 70, «los DJs ya no eran el centro de atención del movimiento. La nueva industria del rap independiente no tenía lugar para ellos. El rap se convirtió en la atracción principal», reza este ensayo sobre los orígenes del género. Eso ha regresado con Bizarrap, que además tiene homólogos en España como DJ Blasfem, habitual de Ajax y Prok, que ha publicado un disco dominado por sus ritmos con colaboraciones de artistas del underground español.

Bizarrap ha logrado poner de nuevo a Argentina en el mapa. Aunque últimamente todo reverbera muy argentino. La película Argentina, 1985 sobre los juicios a la dictadura militar gana el Globo de Oro y Messi culmina su camino a la eternidad deportiva tras ganar el Mundial de fútbol. De algún modo, todo pasa por Argentina y sale de vuelta transformado. El rock descendió hasta allí, se topó con Charly García y descubrió que el castellano podía ser un buen aliado. El fútbol viajó llegó a cada barrio pero conoció a Diego Armando Maradona en Villa Fiorito y el resto es historia.

Ahora Bizarrap, que solo tiene 24 años, ha logrado que los raperos, los traperos, las poperas y los regguetoneros suenen a lo que él quiere. Desde hace un año, las discotecas y bares del mundo entero hablan español y él es uno de los responsables. La canción del verano 2022, el verano pospandemia, fue de Bizarrap y Quevedo. Este pibe de oro ha logrado que toda España sintiera un 12 de enero que el olor a mar, playa, arena y verano están a la vuelta de la esquina.

T/Diario Público/LRDS

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba