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Ahora los Pueblos, Venezuela: cumbres para superar abismos

Las mujeres venezolanas nos sentimos dignamente representadas con la participación de la Vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en esta importante reunión.

La III Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea (Celac-UE) se realizó en la ciudad de Bruselas, Bélgica, los días 17 y 18 de julio. Asistieron un total de veintinueve delegados de naciones europeas y treinta y tres de los países de América Latina y el Caribe. Las mujeres venezolanas nos sentimos dignamente representadas con la participación de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, en esta importante reunión. Su intervención fue una muestra contundente de las nuevas formas de relación que los pueblos del mundo aspiramos prevalezcan entre nuestras naciones.

Inició su intervención señalando Rodríguez que esta cumbre se da en horas apremiantes para la humanidad. Reflexiona sobre las urgencias en las que los actuales desafíos nos colocan e interroga a sus interlocutores sobre la posibilidad real de establecer lapsos bianuales para el encuentro, porque «no sabemos dónde estaremos dentro de dos años…». Esto demuestra su cabal entendimiento de la incertidumbre que plena la escena internacional. Recordó además la vicepresidenta venezolana que los bloques regionales no se reunían desde hacía ocho años, a pesar de la necesidad de construir una agenda común para desarrollar verdaderos caminos de cooperación birregional.

Puntualizó que en América Latina y el Caribe tenemos tres países víctimas del bloqueo: Cuba, Nicaragua y Venezuela. Expuso cómo la agresión económica contra Venezuela afecta a las empresas energéticas europeas, que tenían proyectos de negocios para la producción de 130 000 barriles/día, y hoy están en 30 000 barriles/día. Asimismo, explicó de forma clara que las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela tienen un alcance regional. Un mecanismo de cooperación nunca antes visto como Petrocaribe —que está dirigido a aliviar las situaciones económicas y financieras de los países más pobres de la región—, con una inversión que rondaba los 130 000 barriles de petróleo diarios, destinados al financiamiento de proyectos y programas sociales en la región caribeña, cayó a cero. Esto después del decreto de Barack Obama en el año 2015, donde declara a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad estadounidense.

Resaltó cómo Venezuela, a través de Petrocaribe, en cuatro años invirtió 4 000 000 000 de dólares para cubrir nuestra deuda histórica con esta hermana nación de Haití, hoy un país que ha sido llevado a una grave situación de inestabilidad, llegando incluso a probarse su intervención a través de una fuerza multinacional. Expuso una realidad que frecuentemente es «pasada por alto» en estas cumbres, como lo es el hecho de que las agresiones contra Venezuela impactan el mercado energético mundial, y que este ataque económico continuado se ha convertido en un instrumento de desestabilización para la región latinoamericana y caribeña.

Frente al doble rasero de los líderes europeos, nuestra vicepresidenta señaló que «lo único que puede protegernos frente a grandes potencias hegemónicas es apegarnos a la legalidad internacional». Destaca también que el bloqueo económico por razones políticas a Estados soberanos constituye una violación flagrante a la Carta de las Naciones Unidas y una violación directa al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Para el logro de sus fines, todos los pueblos pueden disponer libremente de sus riquezas y recursos naturales, sin perjuicio de las obligaciones que derivan de la cooperación económica internacional, basada en el principio del beneficio recíproco, así como del derecho internacional. En ningún caso, podrá privarse a un pueblo de sus propios medios de subsistencia.

Explicó Delcy Rodríguez que Venezuela está en medio de una situación agravada producto del bloqueo, a la vez que América Latina y el Caribe atraviesan, después de la pandemia por COVID-19, una situación financiera apremiante, donde hoy el principal flujo externo de capitales lo constituyen las remesas. Estas son producto del trabajo de una migración precarizada en muchos países, entre ellos las naciones de la región afectadas por las agresiones económicas.

Instó a basar nuestras relaciones en el principio de la igualdad soberana de los Estados, para lo cual señaló necesario corregir desequilibrios estructurales entre los bloques regionales, por ejemplo, la desigualdad en cuanto a nuestro producto interno bruto (PIB). Asimismo, señaló que Europa triplica a la región latinoamericana y caribeña en la emisión de gases de efecto invernadero, mientras que América Latina tiene el principal pulmón del planeta en la cuenca amazónica. Realizó un llamado a demostrar verdadera disposición a trabajar unidos frente a los grandes desafíos que significa la crisis climática. Estamos frente a un fenómeno inédito e irreversible como lo es el calentamiento de las ondas del mar. Puntualizó que el bloqueo a Venezuela ha frenado proyectos concretos dirigidos a mitigar los efectos de la crisis climática. «El bloqueo no es un problema de un país, es un problema de todos», concluyó Rodríguez.

 Por: Anabel Díaz Aché  

T: Ciudad CCs/LRDS

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