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El atentado contra Cristina Fernández fue cuidadosamente planificado

Los involucrados en el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Fernández, Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte llegaron caminando por las calles del centro de la capital argentina. Avanzaron a paso firme, sin dudar, sin cruzar una palabra entre ellos. Sabag llevaba la mano pegada al bolsillo izquierdo de la campera, donde tenía la pistola.

En ningún momento miraron desde dónde se podía ver mejor o adónde ubicarse: lo sabían de antemano, porque el grupito de vendedores de copos de azúcar habían estado el 23 de agosto y el 27 de agosto en la esquina, haciendo inteligencia. De manera que estaba claro dónde iban a esperar la llegada de la vicepresidenta. Fernando llevaba puesto un barbijo y un gorro; Brenda sólo un barbijo. Pero eran casi los únicos que tenían la cara oculta de esa manera. Cuando fracasa la tentativa de asesinato, Brenda ni se acercó a ver qué pasaba con su novio, no empezó a los gritos, no pidió que no le hicieran nada. Sólo se dio vuelta y salió con absoluto disimulo de la escena.

Todo, todo, pareció parte del plan de un magnicidio que salió mal y por eso la jueza María Eugenia Capuchetti imputó tanto a Sabag como a Uliarte el intento de asesinar a Fernández. La magistrada acusó a ambos de “haber intentado dar muerte a Cristina Elisabet Fernández de Kirchner –vicepresidenta de la Nación y presidenta de la Honorable Cámara de Senadores de la Nación-, contando para ello con la planificación y acuerdo previo entre ambos”.

Los investigadores analizan también el rol de un grupo de personas -antiperonistas, antikirchneristas, neonazis- cercano a los detenidos y que estuvo en varias manifestaciones y escraches previos al ataque: en julio, cuando autoproclamados republicanos instalaron una guillotina en Plaza de Mayo; en una marcha de antorchas, después con un megáfono frente al Instituto Patria; en Tigre contra Sergio Massa y frente al Ministerio de Economía, también contra Massa.

En la misma noche del atentado, dos miembros del grupo postearon mensajes: “Seguro el próximo sos vos Alberto, tené cuidado”, publicó Gabriel Carrizo. “Van a juzgar a una persona que le estaría haciendo un gran favor a toda la Nación Argentina”, agregó. “Estoy orgullosa”, figura en un mensaje de Brenda a Carrizo. Es obvio que la investigación sigue ahora con el análisis de los celulares y tal vez en la búsqueda de un ideólogo, alguien que los usó y tal vez los financió.

La acusación

La acusación formulada por la jueza Capuchetti contra Fernando Sabag y Brenda Uliarte por la tentativa de asesinar a CFK detalla que “dicha conducta tuvo lugar cuando la Vicepresidenta se encontraba saludando a las personas» que estaban frente a su domicilio, «ocasión en la que el imputado, aprovechando el estado de indefensión generado por la multitud, apuntó hacia su rostro con una pistola semiautomática de acción simple, calibre 32 automática, marca Bersa, modelo Lusber 84 con la numeración 25037 en el lateral izquierdo del cañón, accionando la cola del disparador en al menos una ocasión, sin que se produzca el disparo pese a encontrarse la misma cargada con cinco cartuchos de bala del mismo calibre y resultar apta para sus fines específicos».

Capuchetti considera que «el referido suceso tuvo planificación y acuerdo previo. Brenda Uliarte estaba presente en las inmediaciones del lugar al cual arribaron conjuntamente, habiéndose determinado que detentaban el arma de fuego secuestrada con sus municiones desde fecha anterior al hecho, cuanto menos desde el 5 de agosto de 2021”. Con esa descripción, da toda la impresión de que la jueza calificará los hechos como tentativa de homicidio agravado por el uso de armas, premeditación y alevosía.

“Asimismo, se imputa haber llevado consigo y/o tenido en las condiciones antes descriptas el arma de fuego antes mencionada sin contar con la debida autorización legal, la cual receptaron previamente con la numeración parcialmente suprimida en la base de su empuñadura”, continúa la acusación.

En tercer lugar, la jueza acusa a Sabag y Uliarte de “haber acopiado dos cajas de municiones con la denominación MAGTECH conteniendo, cada una 50 cartuchos intactos calibre 32 automático, las cuales fueron secuestradas el día 2 de septiembre de 2022 a raíz de uno de los allanamientos realizados”.

“Por último -dice Capuchetti- se les imputa haber falsificado y/o haber participado en la falsificación de los certificados de discapacidad emitidos a su nombre por el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, mediante el aporte de sus datos filiatorios”.

La jueza adelantó además los próximos pasos de la investigación. “Se encuentra en proceso el peritaje del teléfono de Brenda Uliarte y seis teléfonos más. Asimismo, se encuentra en proceso la reconstrucción, a través del análisis de todas las cámaras de grabación posibles (tanto públicas como privadas), de todo lo que hicieron ambos imputados el día del hecho”.

La esquina

En su declaración indagatoria, Brenda Uliarte dijo que se sorprendió con lo que hizo su novio, que es aberrante, que está en contra del Gobierno, pero no lo odia.

En las imágenes hallada por los investigadores se demuestra que miente una vez más.

* Por lo pronto, se habían manifestado públicamente contra el Gobierno y, en especial contra CFK, por lo que cabe preguntarse: ¿qué hacían en Juncal y Uruguay? Es obvio que no iban a mirar de curiosos ni a vitorear a Cristina.

* Llegaron a la esquina desde la Avenida 9 de Julio caminando por Juncal. Cruzaron la calle Uruguay y no vacilaron en ningún momento. No son personas que no saben adónde se van a ubicar para ver a Cristina. No hacen ningún rodeo. Tienen un plan previo. No hablan entre sí y Sabag mantiene su mano en el bolsillo izquierdo de la campera. Es zurdo y de allí sacaría la pistola Bersa.

* Ya está claro que Brenda mintió cuando dijo que no sabía que Sabag tenía un arma, había posado con la pistola y las municiones ya en mayo pasado, consta en fotos.

* De los 100 proyectiles que había en la casa de San Martín, 50 eran recargados. En la pistola pusieron cinco proyectiles de los nuevos, los que estaban en mejores condiciones.

* Hay alguna evidencia de que al menos otro integrante del grupo estaba en la esquina. Pero se están analizando más y más imágenes. Todos ellos ocultaron sus rostros detrás de barbijos.

Copitos

En el juzgado de María Eugenia Capuchetti y en la fiscalía de Carlos Rívolo tienen elementos más que suficientes que demuestran que el grupo hizo inteligencia previa en la esquina de Juncal y Uruguay.

El artilugio fue simular la venta de copitos de nieve de azúcar, algo que no tiene ninguna lógica. Los copitos se venden donde hay chicos y las movilizaciones frente al domicilio de Cristina no reunían a chicos, sino a militantes y simpatizantes. Está claro que no iban a vender.

El carrito apareció los días 23 y 27 y se están estudiando las caras de quienes estaban ambos días. No es sencillo, porque se tapan con barbijos y gorros. En una de las imágenes de un canal de cable da la impresión de que el carrito lo estaba atendiendo una chica de pelo rojizo. Se está estudiando en forma minuciosa. Hay algún indicio de que también estuvieron el día anterior al ataque, el 31 de agosto, pero esta vez sin el carrito de los copitos.

Mensajes

En la noche del ataque, el jueves pasado, el grupo que integraban Sabag y Ularte reacciona de varias maneras, con diversos mensajes.

* En primer lugar, se envalentonan y Gabriel Carrizo escribe: “Seguro el próximo sos vos Alberto! Tené cuidado!”. “El Gobierno es vulnerable, y espero que les quede claro… Nosotros somos los que mantenemos estos parásitos ahí arriba, van a juzgar a una persona que le estaría haciendo un gran favor a toda la Nación Argentina”. Esto último en relación a Sabag, reivindicando su intento de magnicidio.

* Cuando Carrizo entregó su celular en el juzgado, apareció un mensaje de la noche de la agresión. El mensaje es de Brenda: “Estoy orgullosa”.

* Esa misma noche del 1 de septiembre hay mensajes que parecen distractivos en los que simulan que no tienen nada que ver. “Hagarraron (sic) a Brenda y encima estuvimos con ella”. “Dice que estaba presente ese día del atentado”, escribe otro integrante del grupo. En los chats empiezan también a reflejar que la policía, de civil, los merodea: “Vos actuá normal”.

* En casi todos los celulares hay chats borrados y hay medidas de seguridad no demasiado habituales. Por ejemplo, Brenda tenía una carpeta con seguridad adicional. Y buena parte del grupo utilizaba funciones de borrado de wp.

Se recuperaron algunos elementos del celular de Sabag. Dato muy asombroso: tenía un archivo de pornografía infantil. Como se sabe, Brenda tenía posteos en sitios eróticos, en algunos casos con contenido no sólo sexual, sino de cierta violencia.

* Todos supieron que la investigación iba directo hacia ellos desde el primer día, y por eso se blanquean de dos formas. Por un lado, van a Telefé y dicen que no son terroristas. Por el otro lado, se presentan en Comodoro Py y declaran como testigos. Cuando mostraron algún mensaje de Brenda, el fiscal pidió que se retengan todos los celulares.

Estructura

Por ahora, la investigación se encamina a determinar que la tentativa de matar a la Vicepresidenta fue perpetrada por un grupo de unos siete integrantes, odiadores, influenciados por una organización de derecha, Revolución Federal, que siempre fue sumamente violenta contra el Gobierno, las vacunas, el aislamiento obligatorio durante la pandemia.

Por ahora, al menos por ahora, no se detectaron vinculaciones orgánicas ni un megacomplot. Pero está claro que no fue Sabag solo, ni Sabag y Brenda aislados. Hubo una inteligencia casera los días anteriores y el 1 de septiembre cada uno sabía el papel que le tocaba. El milagro se produjo porque Sabag no es un asesino experimentado y no supo manejar la Bersa o los nervios le pesaron al momento de mover la corredera.

De todas maneras, la investigación produce sorpresas todos los días y habrá que ver qué sale de los celulares que los investigadores todavía no terminaron de peritar. Ayer se volvió a allanar la vivienda de Sabag-Uliarte, algo que resulta difícil de entender: ¿es necesario allanar dos veces un monoambiente?

Pero todo indica que la jueza y el fiscal están buscando algo más de lo que aparece. No se puede descartar que el grupo haya tenido un ideólogo y un financista.

T/ Página12/ LRDS

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