El Sur

Al ‘tractorazo’ en Buenos Aires le sobró fervor opositor y le faltaron reclamos concretos

Con la "opresión impositiva" como consigna en un momento en que no hay subida de retenciones, en la Plaza de Mayo se desplegó una protesta que incluyó un "ahorcamiento" en las rejas de la pirámide.

Los productores rurales que llegaron este sábado a la Plaza de Mayo en Buenos Aires lo hicieron con un eslogan lo suficientemente amplio como para evitar una demanda concreta (sin anuncio alguno de subida de retenciones de por medio, la movida sería un «por las dudas»), y al mismo tiempo unificar criterios con los sectores de la oposición que motorizaron la marcha: «Basta de opresión impositiva». Al tractorazo que tuvo su epicentro frente a la Casa Rosada, y en la que participaron dirigentes de Juntos por el Cambio, se sumó la consigna «en defensa de la República y la Justicia independiente».

«No hemos venido acá para pedir que nos den una mano, sino para que nos saquen las dos de encima», plantearon con cierto dramatismo en el documento que leyeron. «No estamos dispuestos a seguir financiando la soga con la que nos ahorcan». «Lamentamos que dirigentes de Juntos por el Cambio que se proclaman republicanos hayan encabezado una manifestación cuyo documento final caracteriza al Gobierno legítimamente elegido por el pueblo como vándalos y usurpadores y a los gobernadores como indigna alianza de vasallaje feudal”, afirmó después la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti.

Esta gente que trabaja

A la altura de la Catedral, muchos aplaudían el avance de los tractores, llevaban muchas banderas argentinas, mostraban la Constitución Nacional y carteles con una mezcolanza de consignas: «Si el campo no produce, la ciudad no come»; «Cristina, basta de cagarte en la Constitución»; «Cuando la patria está en peligro, todo está permitido, excepto no defenderla»; «Impuesto a la renta ilimitada = U$ millones afanados por Cristina»; «No a la impunidad. Luis Juez al Consejo de la M. ¡¡¡Dejen de robar!!!»; «Mientras Cris no esté presa, Argentina no tiene futuro». Había carteles de Rosario, Santa Fe, Trenque Lauquen, Lincoln, Pergamino, Salta, Santa Cruz y Corrientes, entre otras provincias y ciudades del país.

«Estoy cansada de que me lleven por delante, que avasallen todos mis derechos», dijo Enriqueta a Página/12. «¿Qué derechos?», preguntó esta cronista. «El de no respetar la Constitución, primeramente; el que me reten como si fuese una tonta; que se malgasten la plata creando ministerios y en viajes que no sirven para nada. Por eso estoy apoyando a esta gente que trabaja». Una amiga de Enriqueta no quiso decir su nombre. «Vengo a defender al campo contra las barbaridades que está haciendo el Gobierno. Quieren desbaratar todo; nos quieren dejar en la miseria total y lo último que queda es quitarle al campo», resumió su posición.

-El campo ganó mucho, tuvo rentas extraordinarias- retrucó Página/12.

-«¡Qué va a ganar mucho; nunca ganó el campo!», exclamó la amiga de Enriqueta y le dio la espalda a esta cronista. En una mano tenía la bandera; en otra, una Constitución Argentina. Agitaba las dos manos y gritaba, como si estuviera poseída por un espíritu atávico: «¡Viva el campo!, ¡Viva la patria!».

La boina de campo es como una contraseña de clase dentro de otra clase. Una señora con una boina de campo color crema aplaudía y cantaba: «Argentina, sin Cristina». Lilian, una jubilada docente, hablaba con Daniela, otra jubilada, pero bancaria. Las dos confirmaron que participaban del tractorazo para «apoyar al campo y a la justicia».

«Venimos a todas las marchas», subrayó Daniela, como si la asistencia (casi) perfecta fuera a la escuela. «¿Al acampe también vino?», quiso saber esta cronista. Entonces Lilian, con una voz imponente, respondió en lugar de su amiga: «A ver si nos entendemos: venimos a marchas de gente civilizada. No vivimos de los planes, ¡no somos planeros, somos gente de trabajo!».

El desfile opositor

Los manifestantes avanzaban en sus tractores cuando un grupo de mujeres empezaron a exclamar: «¡¡La Vidal, La Vidal!!», como si hablaran de una diva: la exgobernadora de la provincia de Buenos Aires y actual diputada, estaba cerca.

No sólo los tractores desfilaban hacia la Plaza. La dirigencia política opositora también participó de la manifestación. La presidenta del Pro, Patricia Bullrich, con aspiraciones presidenciales de cara al 2023, aprovechó la oportunidad para defender la idea de «bajar impuestos» porque consideró que «cada día al campo le sacan más dinero». Otros dirigentes del PRO como el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el diputado Diego Santilli, se sumaron a uno de los puntos de la convocatoria, en avenida Libertador y Udaondo, donde saludaron a los manifestantes y se tomaron fotos sobre los tractores. «Siempre apoyamos al campo. No entiendo al Gobierno, enfrenta trabajadores con trabajadores. Que respete el derecho a manifestarse», declaró el jefe de Gobierno porteño.

En Plaza de Mayo se vio al ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri, quien sostuvo que el tractorazo es una marcha «de política productiva, de libertad». También al dirigente de la UCR, Facundo Suárez Lastra, la diputada nacional, Graciela Ocaña, al expresidente de la Sociedad Rural y exministro de Agricultura de Macri, Luis Etchevehere –uno de los principales convocantes–; el expresidente provisional del Senado, Federico Pinedo; los diputados Luis Petri y Daniel Lipovetsky y el actor Luis Brandoni.

Catalina y Sofía, dos jóvenes amigas de Pergamino, viven en la ciudad y estudian comunicación social y medicina. Acompañaron la movilización de los ruralistas porque los padres «trabajan en el campo y cada vez les sacan más». De pronto varios empezaron a cantar el himno nacional. «¿Qué quieres saber? ¿Qué los odiamos? ¿Qué no los queremos ver más? Si se lo vas a decir Alberto, hablamos. No vale la pena porque no le va a llegar; con lo que está viendo por televisión ya le alcanza», se metió en la charla Silvia, junto a su madre Susana, «una jubilada con una mínima de 32.000 pesos (259 euros) y que paga 15.000 (121 euros) de expensas (gastos de la casa), saca la cuenta», pedía su hija. «Se burlan de nosotros, no hacen nada. Argentina está en coma y hay que sacarla adelante», pidió Susana.

T/Página 12/Diario Público/LRDS

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