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Mahsa Amini y Zainab Al Jazali; dos mujeres muertas en un juego político

He tenido la suerte de visitar Irán varias veces y he estado en algunos de sus lugares más emblemáticos, desde la capital Teherán hasta la histórica Isfahan y la ciudad santa de Mashad. Aparte de su belleza natural, las fascinantes mezquitas y la legendaria hospitalidad de su gente, lo que más me impactó, como mujer, fue la seguridad que se sentía en este país.

Quizás el recuerdo más notable de mis viajes a esta nación oriental fue ver que los lugareños iban a los parques por la noche, incluidas las mujeres solas o con sus hijos pequeños. De todas las muchas cosas que observé en Irán, la imagen persistente de mujeres corriendo o sentadas solas en un banco en horas tardes de la noche fue la más sorprendente.

Esto, después de todo, es algo que no me atrevería a hacer en ninguna capital occidental, pero resultó ser aún más sorprendente, dado el aluvión de cobertura de noticias falsas que recibimos constantemente sobre este país y de cómo tratan a sus ciudadanas, en particular.

En los últimos días, se han registrado disturbios en el país persa después de que una joven, Mahsa Amini, tras ser llamada a una oficina de la Policía Moral, colapsara en la sala de espera y, en consecuencia, fuera declarada muerta en un hospital.

La historia fue aprovechada por los medios occidentales y transmitida como otro caso de misoginia institucional por parte del Gobierno de la República Islámica. Se ha informado que fue arrestada por no respetar el velo islámico de manera adecuada.

Este es quizás el elemento más sorprendente de este triste asunto. En Irán, noté que muchas mujeres jóvenes llevaban un velo suelto en la cabeza y el cabello muy claramente visible. En algunos casos, no era un pañuelo, sino lo que llevaban en la cabeza era casi una cinta, solo diseñada para cumplir con las normas que se aplican en el país.

Cuando, como periodista curiosa, les pregunté sobre su hiyab, la mayoría me dijo que las reglas se habían relajado considerablemente en los últimos años. Y, sin embargo, la historia de esta mujer es ahora un fenómeno mundial. Las redes sociales están llenas de detalles de este caso, y las llamadas para apoyar los disturbios que ahora tienen lugar en Irán son tendencia en plataformas como Twitter.

La historia, por supuesto, tiene el sello de lo que les encanta a los principales medios de comunicación cuando informan sobre Estados que no siguen la línea occidental. La fallecida era una mujer, de la etnia kurda de Irán, cuya vestimenta había sido considerada “inadecuada” por las autoridades.

En resumen, todos los ingredientes necesarios para activar a los liberales occidentales y conseguir que los sospechosos habituales de las ONG se unan para lanzar una campaña de difamación contra la República Islámica de Irán.

A pesar de que se inició de inmediato una investigación sobre las causas de su muerte y de que un alto funcionario visitó a su familia para ofrecerle condolencias, este desafortunado incidente está siendo aprovechado para sumar puntos vitales contra Irán en un momento en que los países occidentales están desesperados por encontrar gas en medio de la guerra de Ucrania.

Es una táctica bien engrasada que están empleando los enemigos para desencadenar disturbios en países ricos en recursos, en un intento por garantizar que sus hidrocarburos se vendan finalmente a un precio ventajoso y en términos que benefician al comprador.

Irak, Libia, Somalia rica en oro… hemos visto esto tantas veces que se ha vuelto aburrido; sin embargo, las nuevas generaciones de jóvenes adoctrinados por el Occidente están dispuestos a participar en una campaña mediática contra Irán, pensando de alguna manera que sus gritos y burlas benefician a las mujeres.

ONG dudosas como Hengaw, cuyos orígenes y financiación son oscuros, pero que su sitio web está alojado en Finlandia, han estado transmitiendo noticias exageradas sobre la supuesta brutalidad policial. Esto, a su vez, ha inflamado una situación ya tensa y ha hecho estallar disturbios en todo el país. Los oficiales de policía están siendo atacados y, en un caso, se dice que manifestantes enfurecidos prendieron fuego a un agente.

Los medios occidentales están redoblando la condena y los sospechosos habituales, como la ineficaz ONU y habitualmente ciega a los crímenes cometidos por los países occidentales y el régimen israelí, han ordenado una investigación inmediata del caso, a pesar de que Irán es una nación soberana capaz de realizar sus consultas por su cuenta.

Una adolescente de 15 años llamada Zainab Essam Al Jazali recibió el pasado 20 de septiembre un disparo del Ejército de ocupación estadounidense cerca de la infame base militar Camp Bucca en Bagdad, pero ni siquiera un solo medio de comunicación occidental hizo eco del asesinato, lo que demuestra una vez más que no siempre se trata de derechos humanos, sino que lo importante es crear confusión y destruir naciones estables.

Lamentablemente, muchos expatriados iraníes están pidiendo, desde la comodidad de sus moradas occidentales, que continúen los disturbios, al igual que lo hicieron sus homólogos libios y sirios hace un par de años, generando las consecuencias que ahora conocemos.

Vale la pena mencionar que el estricto régimen de sanciones impuesto a Irán ha provocado una crisis económica que, a su vez, está afectando la vida de los iraníes. En este clima, cualquier chispa puede incendiar la calle como es de esperar. De hecho, este escenario también es predecible muy pronto en muchas ciudades occidentales cuando el precio de la energía aumente y la gente pase hambre.

No obstante, como suele ser el caso, el Reino Unido, Francia y EE.UU. son ajenos a sus propias crisis y prefieren centrarse en otros países.

Francia, por ejemplo, siempre interesada en interferir en cualquier historia que involucre a mujeres musulmanas, no ve la ironía de que un actual ministro del Interior, Gerard Darmanin, sea investigado por violación. Las mujeres francesas que denuncien una agresión sexual se enfrentarán a oficiales cuyo jefe ha sido acusado de violar a mujeres. Aun así, los medios franceses están frenéticos por el caso de Mahsa, cuya trágica muerte está siendo grotescamente explotada para obtener capital político.

En el Reino Unido, donde el monarca con el reinado más largo fue enterrado con toda la pompa y la ceremonia propias de la era feudal de la Edad Media, los políticos siguen ciegos ante las crecientes tensiones en sus propias calles.

Si bien los medios estatales han estado informando sobre los miles de personas que presentaron sus respetos a la difunta reina, hicieron una cobertura algo moderada sobre la inquietud con la que muchos en todo el país veían el derroche de un costo innecesario de un funeral de doce días, mientras miles ahora no pueden pagar sus facturas de energía y pronto ni siquiera sus alimentos.

Distraer a las masas con historias sin sentido sobre celebridades o, de hecho, sobre Irán solo puede durar un tiempo, pero parece que la fórmula probada y comprobada todavía tiene algunos buenos días por delante.

Irán, por supuesto, ha enfrentado muchos intentos de intromisión extranjera y solo ha salido fortalecido. Aquí está la esperanza de que la violencia que ahora se denuncia llegue a su fin y que Mahsa Amini descanse en paz.

T/Hafsa Kara-Mustapha

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