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Diferencias en la coalición de gobierno de Argentina por acuerdo con el FMI

Apenas se dio a conocer que Argentina había logrado un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para refinanciar el pago del préstamo de casi 45.000 millones de dólares contraído por Mauricio Macri, gran parte del arco político local celebró la noticia. Sin embargo, las reacciones positivas de hace pocos días parecen una foto en blanco y negro, luego de la reciente ruptura al interior del oficialismo por las críticas que generó ese pacto.

El primero en dar el portazo fue Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, e hijo de los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Este lunes por la noche presentó su renuncia al liderazgo de los legisladores oficialistas, motivado por las diferencias en el trato cerrado con el Fondo. Su rol en el recinto era fundamental, porque la renegociación de la deuda aún requiere de la aprobación del Poder Legislativo. Igualmente, sostendrá su banca como congresista.

A las pocas horas de hacerse pública esta decisión, y ante el silencio de la líder y actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, el jefe de Estado, Alberto Fernández, acudió a uno de los noticieros más vistos del país: «El presidente soy yo«, remarcó en C5N.

«Cristina también tiene sus matices y diferencias con el tema del Fondo, es así, yo lo sé», dijo Fernández. «Pero, hay un punto en el que tengo que tomar las decisiones y tengo que resolverlo, estoy convencido de que tomamos el mejor camino», añadió. Y siguió: «Eso no quiere decir que en el Frente de Todos no haya matices, visiones más preocupadas por que este acuerdo conduzca a algún tipo de ajuste, que nosotros no queremos hacer. Eso lo respeto». Ahora, más allá de la determinación del jefe del bloque, la gestión debe continuar. «Máximo tomó esta decisión, mañana estaremos decidiendo quién lo reemplaza», sostuvo Fernández.

Posiciones encontradas

El reciente acuerdo con el FMI consiste en un nuevo préstamo por el mismo monto que el acordado bajo el macrismo, que se va a utilizar para poder afrontar los vencimientos en los pagos de la deuda anterior. Es que, solo este año, Argentina debe pagar 18.000 millones de dólares y otros 19.000 millones en el 2023, cifras muy difíciles de cumplir.

El representante argentino ante el Fondo, Sergio Chodos, explicó en Radio Con Vos que durante los primeros dos años y medio habrá desembolsos destinados al endeudamiento de Macri, para evitar el ‘default’ (incumplimiento de pago). Es decir, el dinero saldrá del FMI, irá a Buenos Aires, y regresará al FMI. Luego, habrá una etapa intermedia, y se espera que en 2026 comience a pagarse este nuevo financiamiento, pero con plazos más accesibles: hay entre cuatro y diez años para abonar el total. «Aproximadamente, en el 2034 habrás pagado la última cuota para pagar lo del 2018», calculó el funcionario. Por ello, el acuerdo legislativo será fundamental, ya que esto implicará a otras administraciones futuras.

En la oposición, el partido que tomó el préstamo cuando estaba en el poder, Juntos por el Cambio, consideró como «positivo» el entendimiento logrado por la administración peronista, «que evita un costoso ‘default». Igualmente, aclararon que el asunto será evaluado por el Poder Legislativo, tal como lo establece una ley impulsada bajo el Gobierno de Fernández.

Oposición puertas adentro

La principal oposición al pacto alcanzado por Alberto Fernández viene del partido gubernamental. Dentro del Frente, el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau avisó que en el Congreso «llamarán la atención de los riesgos y peligros que tiene el acuerdo», agregando que el convenio «deja muchas dudas». También lamentó que antes de la renegociación se hubiesen pagado más de 6.000 millones de dólares, en un contexto de pandemia.

Estas posturas van en sintonía con el comunicado de renuncia de Máximo Kirchner, quien pidió reprimendas para el Fondo: «No aspiro a una solución mágica, solo a una solución racional. Para algunos, señalar y proponer corregir los errores y abusos del FMI, que nunca perjudican al organismo y su burocracia, es una irresponsabilidad. Para mí lo irracional e inhumano, es no hacerlo. Al fin y al cabo, el FMI demuestra que lo importante no son las razones, ya que solo se trata de fuerza. Quizás su nombre debiera ser Fuerza Monetaria Internacional«. Incluso consideró que el Fondo financió al Gobierno de Macri solo para intentar su reelección en 2019, sin éxito. Esta hipótesis tomó fuerza luego de que Mauricio Claver-Carone, quien representaba a la Casa Blanca en el FMI, revelara los esfuerzos que hizo Washington para que se aprobara el crédito.

t/ Actualidad RT/ LRDS

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