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Grupos criminales mexicanos, colombianos y brasileños disparan violencia en Ecuador

Organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico, provenientes de México, Colombia y Brasil, están incrementando la violencia en Ecuador, que este año ha estado en el foco de atención tras las repetidas masacres en las cárceles y atentados como los del fin de semana en la ciudad de Guayaquil (oeste), que dejó varios muertos y heridos.

Según cifras oficiales, durante el primer semestre del año hubo en Ecuador más de 2.000 asesinatos, lo que implica un aumento de casi cien por ciento en comparación con los primeros seis meses de 2021.

Además, se ha registrado un incremento de la cantidad de cuerpos mutilados y cadáveres con muestras de torturas, un estilo de ejecución común entre los grupos criminales mexicanos.

Además, hay una proliferación del acceso a explosivos por parte de los criminales. Según cifras oficiales, desde el inicio de 2022 se han registrado 197 eventos con artefactos explosivos, de los cuales 49 por ciento ocurrieron en Guayaquil.

«En el atentado del domingo se habla mucho de influencia de (los) carteles mexicanos Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. También hay complicidad de grupos criminales colombianos, como las disidencias de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que entregó las armas en 2016) y exparamilitares», afirmó a la Agencia Sputnik el doctor en ciencias sociales y especializado en seguridad, Daniel Pontón.

El domingo, cinco personas murieron y otras 16 resultaron heridas tras registrarse una explosión en la ciudad de Guayaquil; las autoridades calificaron el hecho como un «acto terrorista» y afirman que fue ejecutada por organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico.

«Estos grupos locales tienen conexiones internacionales, hay símbolos muy similares a lo que ocurre en México, cuerpos colgados, sin cabeza, fiscales asesinados. Es un país que está localizado estratégicamente entre los principales productores de cocaína. Hay influencia del PCC (Primer Comando de la Capital, surgido en Brasil), FARC, carteles mexicanos. Hay una mezcla de todo eso», dijo a la Agencia Sputnik el doctor en estudios internacionales y licenciado en Ciencias Políticas, con especialización en seguridad, Lester Cabrera.

El analista, director del laboratorio de ideas Analitik–Strategic Research Center, sostuvo que tanto en Ecuador como en América Latina no se está dimensionando la peligrosidad del fenómeno.

«No se está entendiendo la magnitud que poseen estos grupos, que podrían sonar locales. pero que no lo son, y que tienen formación de grupos que tienen un tremendo peso delictivo a nivel internacional. También hay competencias locales por territorio, por poder, por rutas, da a entender que esto no se puede plantear desde una óptica local, es internacional y requiere una visión más allá de lo que puede suceder en cada uno de los países», reflexionó Cabrera.

El PCC es un grupo criminal surgido en las cárceles del estado brasileño de Sao Paulo a principios de la década del 90 y que además de en su país, opera en Bolivia, Colombia y Paraguay, donde se dedica al tráfico de drogas, armas y también al robo de cargas y al contrabando de combustible.

El Cartel de Sinaloa es una organización mexicana dedicada al narcotráfico y es considerado uno de los grupos criminales más influyentes en el mundo. El Cártel Jalisco Nueva Generación, de origen mexicano y creado en 2007, es considerado uno de los grupos delictivos más peligrosos de México y su principal rival es el Cartel de Sinaloa.

Bandas locales

Según las autoridades, detrás del atentado en Guayaquil estaría la banda «Los Tiguerones», surgida a finales de la década pasada.

Pontón, docente universitario del Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador, explicó que en un principio el grupo local «Los Choneros» fue el que sirvió de nexo para que las organizaciones criminales de Colombia y México arribaran al país.

«El grupo de Choneros se dividió y se han creado nuevas facciones, una de ellas son Los Tiguerones, que actualmente disputan con los Choneros esa supremacía; también está el grupo Los Lobos, todos ellos relacionados con el problema carcelario», indicó.

Desde 2021 se han registrado una decena de amotinamientos en cárceles de Ecuador, que dejaron alrededor de 400 muertos.

Pontón explicó que el fortalecimiento de estas bandas locales tiene que ver con la ubicación del país, ya que al ser vecino de Colombia, principal exportador de drogas a nivel mundial, a través de sus puertos, principalmente el de Guayaquil, Ecuador puede brindar «servicios logísticos» al tráfico internacional.

«Estos servicios son más costosos y de mayor volumen, lo que ha fortalecido las redes criminales locales, que han ampliado también su estela de delitos como la corrupción y demás tráficos de alta renta criminal. Estos carteles son más poderosos y más violentos», dijo.

A modo de ejemplo de esta colaboración internacional, el especialista recordó que «Los Tiguerones» reciben entrenamiento de grupos armados colombianos.

«Es una situación que se viene complejizando hace varios años. (…) Antes Ecuador era visto como un paso estratégico, pero ahora ya tiene carteles propios y extremadamente violentos», expresó.

En lo que va de 2022 se han registrado más homicidios que todo el año anterior y posiblemente Ecuador cierre este año con una tasa de más de 22 homicidios por cada 100.000 habitantes, cuando el año «más complicado» en la historia del país, el 2010, fue de 18 asesinatos cada 100.000 habitantes.

Según el observatorio de homicidios del instituto brasileño Igarapé, Ecuador fue el país latinoamericano que registró un mayor incremento en 2021, con 87 por ciento más de asesinatos que el año anterior.

Igarapé, un laboratorio de ideas especializado en seguridad pública, estima que para 2021 la tasa promedio de homicidios en la región fue de 19,5 cada 100.000 habitantes.

«Lo que sorprende es el nivel de explosión del crecimiento. Nos aproximamos a escenarios muy complejos en la región, como Colombia, México, Brasil, que ya tienen tasas muy similares. Los países que han tenido estos saltos explosivos, como por ejemplo los centroamericanos, fueron así, en un par de años llegaron a tasas de 50 o 60 homicidios cada 100.000 habitantes. Esto muestra que hay bandas de narcotráfico muy empoderadas que buscan detrás de la violencia ampliar su esfera de poder», explicó Pontón.

T/ Sputnik/ LRDS

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