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Caracas marchó con alegría para celebrar canonización de los dos primeros Santos venezolanos

San José Gregorio, el médico de los pobres, símbolo de ciencia al servicio del prójimo, y la Madre Carmen, la religiosa de la obediencia silenciosa, ejemplo de humildad y entrega total a Dios, son ahora faros de espiritualidad

Este miércoles, Caracas se movilizó para celebrar la canonización de los dos primeros santos venezolanos, San José Gregorio Hernández y Santa Madre Carmen Rendiles.
El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) convocó al pueblo caraqueño como parte de la celebración de este hito «histórico» que llena de «orgullo y fe a toda Venezuela».
Así lo informó Nahun Fernández, jefe de movilización del PSUV, tras una reunión con los equipos de la vicepresidencia de Movilización y Eventos, movimientos sociales y organizaciones populares. Fernández destacó que el partido se sumará a la celebración «desde el respeto y la hermandad cristiana».

Es así como desde tempranas horas, la capital se vistió de blanco, de flores y de plegaria en un recorrido desde el Paseo de la Resistencia Indígena, en Plaza Venezuela, hasta la Plaza La Candelaria, donde se rindió homenaje a estos dos venezolanos ejemplares que están presentes en el corazón de la Patria.

Las avenidas se convirtieron en caminos de luz donde resonaron cantos, oraciones y testimonios de fe. Familias enteras, jóvenes, adultos mayores y niños se unieron en una sola voz para agradecer los favores recibidos, los milagros concedidos y la guía espiritual que estos santos han representado para generaciones enteras. Muchos aseguraron haber sentido su presencia en momentos de dificultad, como bálsamo en medio de la tormenta.

San José Gregorio, el médico de los pobres, símbolo de ciencia al servicio del prójimo, y la Madre Carmen, la religiosa de la obediencia silenciosa, ejemplo de humildad y entrega total a Dios, son ahora faros de espiritualidad para millones.

Su canonización no solo honra sus vidas, sino que también renueva la esperanza de un pueblo que encuentra en la fe un refugio ante las adversidades, una fuerza para seguir adelante y una razón para creer en el poder transformador del amor y la oración.

Fotos de Ingrid Carvajal

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