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En Grecia la condena histórica al partido fascista Aurora Dorada cierra un negativo lastre histórico

Grecia enterró ayer al monstruo más oscuro que alumbró la recesión: Aurora Dorada, un partido neonazi y violento que llegó a tercera fuerza parlamentaria. En un veredicto calificado unánimemente de histórico, tras cinco años y medio de juicio, la justicia dictaminó que se trata en realidad de una organización criminal, en la cual la cúpula ordenaba, las estructuras intermedias planificaban y las bases ejecutaban los ataques a inmigrantes y militantes de izquierdistas.

El jefe y fundador de Aurora Dorada, Nikos Mijaloliakos, admirador de Hitler, fue declarado culpable de dirigir la banda criminal, al igual que otros seis altos cargos, entre ellos el eurodiputado Yanis Lagos y el portavoz Ilias Kasidiaris, que ha fundado un nuevo partido. Ninguno estaba presente. Las penas, que se conocerán en los próximos días, pueden ir de 5 a 15 años de cárcel. Otras 43 personas –entre ellas, policías– fueron condenadas por pertenencia a la organización. Y Yorgos Rupakias, un simpatizante sin carnet, fue declarado culpable del asesinato del rapero Pavlos Fisas, el caso que detonó el proceso.

El veredicto fue recibido con gritos de júbilo por las miles de personas, activistas antifascistas en su mayoría, congregadas ante el tribunal de Atenas. “Estamos contentos y orgullosos. Es lo que pedíamos desde hace mucho –decía Lefteris Papayanakis, exvicealcalde de Atenas para los refugiados y miembro de un observatorio que ha seguido el juicio, en declaraciones a La Vanguardia–. Es una decisión histórica no solo para Grecia, sino para toda Europa y el mundo, porque envía un mensaje a todos los imitadores de Aurora Dorada. La democracia tiene y debe tener límites”.

Aurora Dorada, cuyo símbolo es un meandro que recuerda a la esvástica, se hizo fuerte en los barrios de Atenas más golpeados por la crisis, donde repartía comida y recogía sangre solo para griegos. Era su cara amable. Había otra más sórdida: las cacerías de inmigrantes, izquierdistas y gais en las que participaban sus escuadrones, tipos fornidos con camiseta negra que sembraron el terror en las calles. A veces se quedaba en una paliza, otras salían las navajas y a veces había muertos. El asesinato en el 2013 de Pavlos Fisas, un rapero conocido, colmó el vaso. Los líderes del partido fueron detenidos. El Parlamento les retiró la financiación y la inmunidad.

Aurora Dorada

La cúpula ordenaba, las estructuras intermedias planificaban y las bases ejecutaban

Fue el principio de un proceso que fue creciendo. Al caso Fisas se unieron el intento de asesinato de cuatro pescadores egipcios en el 2012 y el ataque a un sindicato comunista en el 2013, además de la propia estructura de Aurora Dorada como banda criminal. Los abogados de las víctimas habían subrayado la importancia de que la cúpula del partido, y no solo los meros ejecutores de los crímenes, fueran condenados. No estaba garantizado: en diciembre del 2019, la fiscal pidió la absolución de los dirigentes y solo la condena del asesino de Fisas.

Al final, el panel de tres jueces, encabezados por la magistrada Maria Lepenioti, lo ha tenido claro. Durante el proceso han testificado antiguos miembros, se han examinado cientos de vídeos y más de 6.000 documentos –muchos secretos– que demuestran la estructura militar y jerárquica del partido, a semejanza de los nazis.

También los registros telefónicos de las noches de los ataques. “Hay un patrón que se repite: la cúpula se emitía una orden, los seguidores se reunían en las oficinas de los barrios y luego salían con motos a hacer lo encargado”, señala Papayanakis.

Muchos han descrito el veredicto como una “catarsis nacional”, una oportunidad de corregir los errores. “Hay muchas excusas para explicar el auge de Aurora Dorada: la crisis financiera, la corrupción política… la realidad es que la sociedad griega es muy conservadora.

Es la hora de la autocrítica, de examinar lo que hicimos y lo que no. La gente que decía ‘sí, es cierto que son neonazis, pero han sido elegidos’. O los que les entrevistaron como si fuesen políticos normales –reflexiona Papayanakis–. Cuando pase otra vez, no podremos eludir la respuesta institucional y democrática. Espero que esto empuje al sistema de justicia a moverse, por ejemplo para poner límites al racismo y el discurso de odio. Es la justicia quien debe marcar los límites de la Constitución, pero no han ejercido esta responsabilidad. Tampoco la policía, que ha mostrado mucha simpatía hacia Aurora Dorada”.

El veredicto supone el fin de Aurora Dorada, pero no de sus ideas. A la nutrida familia ultraderechista griega se le ha sumado Griegos por la Patria, el partido fundado por Kasidiaris, que sostiene que los griegos pronto serán minoría en su país. Con solo cuatro meses de vida, y con su líder en el banquillo, suma un 1,5% de la intención de voto en los últimos sondeos.

T/ La Vanguardia/ LRDS

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