
Con una asistencia de apenas el 56,64 por ciento de los votantes en las 1154 municipios que este domingo y lunes tuvieron elecciones, Italia se encamina a enfrentar cambios importantes en ciudades como Milán, Roma, Turín, Bolonia y Nápoles. Los primeros números ya desataron un amplio debate sobre cómo está el país después de la pandemia desde la baja participación hasta los cambios que sí quedan claros.
Para tener un panorama completo del país habrá que esperar no sólo hasta el 10 y 11 de octubre, cuando se hará la primera vuelta en otros 194 municipios de regiones que tienen estatutos especiales como Trentino-Alto Adige, Cerdeña y Sicilia, sino también esperar la segunda vuelta que se hará el 17-18 de octubre en los municipios donde ningún candidato haya superado el 50 por ciento de los votos.
De las cinco ciudades más importantes, Nápoles, Bolonia y Milán fueron “conquistadas” por la coalición de centroizquierda de la que participan el Partido Democrático y otros partidos menores. Roma y Turín, después de la segunda vuelta, probablemente también. Y el partido que más alto precio ha pagado, al parecer, es el derechista Liga de Matteo Salvini, especialmente en el norte de Italia, donde el original partido Liga Norte fue fundado y se desarrolló. La Liga forma parte de la coalición de centroderecha que se presentó en estas elecciones junto a Forza Italia de Silvio Berlusconi y Fratelli d’Italia de Giorgia Meloni.
En Milán, por ejemplo, cuando ayer se habían escrutado aproximadamente el 64 por ciento de las mesas electorales, los votos de la Liga giraban en torno al 10,8 es decir más de 16 puntos menos que en las elecciones europeas de 2019. En Turín, la Liga subió del 5,79 en 2016 a 10,2, lejos del 19,17 de las políticas de 2018 y el 26,89 de las europeas.
“El abstencionismo nos ha tocado a todos”, comentó el máximo líder del Partido Democrático (centroizquierda), Enrico Letta, que acaba de ser elegido diputado en Siena, una de las dos ciudades que debían elegir un diputado porque sus representantes en la Cámara se habían retirado para cumplir otras funciones. “Pero está claro que la centroderecha se ha equivocado con los candidatos. Ha candidateado personas de segundo o tercer nivel. Nosotros hemos puesto siempre a líderes como candidatos. Los candidatos de la centroderecha no han convencido ni siquiera a los líderes de esa coalición como Berlusconi. Haber equivocado los candidatos en las grandes ciudades hace que la centroderecha no sea confiable”, subrayó Letta.
Para el Partido Democrático, el balance parece ser más que positivo dado que la coalición de centroizquierda de la que forma parte, ha ganado tres de las grandes ciudades y sabiendo que tanto en Roma como Turín, que irán a la segunda vuelta, podrían ganar aliándose con el M5S. El líder del M5S, de su lado, el ex primer ministro Giuseppe Conte, descartó por lo demás que su partido pueda aliarse con la centroderecha en la segunda vuelta.
Para el M5S la situación es bien diferente, ya que perdió los dos municipios que gobernaban con mucho orgullo, Turín y Roma, ambos por mujeres. Y en este sentido, si algo más hay que subrayar sobre estas elecciones es que en las grandes ciudades no hubo candidatos mujeres para los roles principales, sólo hombres.

A boca de urna
Apenas cerraron las urnas, se difundieron los exit poll, es decir el resultado de las encuestas a boca de urna que presentaron un panorama sobre lo que luego se confirmaría con los datos oficiales.
Con estas encuestas apareció bastante claro que los candidatos a alcaldes de la centroizquierda ganarían en tres de las cinco grandes ciudades que fueron a elecciones municipales este domingo y lunes: Milán, Nápoles y Bolonia . Y en las tres sin necesidad de ir a una segunda vuelta. Para Milán se esperaba que el candidato de la centroizquierda Beppe Sala (alcalde de Milán hasta ahora), obtuviera en torno al 58,2% de los votos según una proyección hecha por SWG-La7. Gaetano Manfredi, candidato del centroizquierda y del M5S en Nápoles, según otra encuesta de Opinio RAI, se esperaba que obtuviera el 62,4% de los votos. En Bolonia, el candidato de la centroizquierda, Matteo Lepore, debía obtener poco más del 58% de los votos según la proyección SWG- La7.
Turín y Roma, como ya se decía antes de las elecciones, se presentaron según los exit poll, como las ciudades que casi seguramente tendrán que ir a una segunda vuelta. En Roma ni el candidato de la centroizquierda Roberto Gualtieri, ni el de la centroderecha Enrico Michetti ni la del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), la actual alcaldesa Virginia Raggi, ni otros, obtendrían más del 50% de los votos. De hecho según estas previsiones el candidato de la centroderecha Michetti, sacaría más votos que Gualtieri, cosa que después se demostrṕo el contrario. Pero la diferencia podría marcarla la segunda vuelta cuando Gualtieri se podría aliar, como preveen algunos analistas, con el M5S y con la lista de Carlo Calenda, un ex miembro del Partido Democrático (centroizquierda) al que pertenece Gualtieri.
Para Turín , las previsiones fueron muy inciertas y dispares entre las distintas encuestas. Pero sí se subrayó la escasa asistencia de los italianos a las urnas. El voto en Italia no es obligatorio pero en general los italianos siempre participaron del proceso electoral. Turín consiguió este año el peor porcentaje de su historia. La presencia de votantes estuvo en torno al 48% , cuando en las elecciones de 2016 superó el 57% y hace 10 años estaba en torno al 65%.
T/ Página12/ LRDS