Columnas

La Otan en su laberinto

Por: Juan Miguel Díaz Ferrer

Cuando hace años la Otan entró a fondo en la realización de su estrategia hegemónica de contener primero a Rusia y avanzar en la región Asia-Pacífico para enfrentar a China, sus patrocinadores tal vez calcularon que, para este 75° aniversario de la organización, estarían celebrando grandes éxitos.

Sin embargo, el ánimo no es festivo, lo que reina es una sensación de fracaso y confusión. No es Rusia, sino la Otan la que ha sido derrotada y no sabe cómo salir de la situación que ella misma ha creado. Su engendro: la Ucrania nazifascista y antirrusa fracasó con su ofensiva y ahora está a la defensiva y en franca retirada de lugares estratégicos. Quedó claro que, aumentando la ayuda a Ucrania, tampoco le ganaría a Rusia. Surge entonces el dilema: para impedir que Rusia gane, la Otan tendría que intervenir directamente en el conflicto, pero podrían enfrentarse a una guerra nuclear, donde ambos bandos perecerían.

Buscar la salida forzando la entrada de Ucrania en la Otan tendría el mismo resultado anterior. Por eso esta opción no está en la agenda de la reunión de la organización en el mes de julio en Washington. Ha comenzado la búsqueda de una solución intermedia que aún no sabe cuál es. Algunos han lanzado como balón de ensayo la idea de una negociación con Rusia para que Ucrania pueda ingresar a la Otan, a cambio de cederle todos los territorios ocupados, lo cual no sería viable, ya que Rusia concibe a la Ucrania emergente como zona de separación con esa organización.

Ante el desconcierto, la Otan continuará su fracasada política “hasta el último ucraniano”, y tratarán de reunir un abultado presupuesto para que Ucrania continúe la guerra y aplique métodos terroristas en el interior de Rusia contra la población civil, con la vana esperanza de atemorizar a los rusos. Pero obtienen el resultado contrario. Cada día es aún más fuerte el patriotismo del pueblo ruso, y aquí está la respuesta de un pueblo invencible: después del ataque terrorista en Crocus, el número de ciudadanos que solicitaron ser contratados en el Ejército ruso aumentó considerablemente. En las entrevistas realizadas, la mayoría de los candidatos indicaron como principal motivo para firmar los contratos ¡el deseo de vengar a los muertos en esa tragedia!

T:  Juan Miguel Díaz Ferrer/ Profesor del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual y  fundador del Movimiento Rusófilo en Venezuela.

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