Ecuador autoriza a EEUU instalar base militar en islas Galápagos
Gobierno de Noboa justifica que la presencia de militares estadounidense en el país es necesaria para “combatir actividades ilícitas en la región”

El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, dispuso la entrega de las islas Galápagos para la construcción de una base militar de Estados Unidos (EEUU), en razón de la aprobación del «Proyecto de seguridad integral en la región insular» y el «Instructivo para la aplicación de los acuerdos de cooperación entre Ecuador y Estados Unidos» el pasado 10 de diciembre.
Con la decisión del Consejo de Gobierno de la provincia de Galápagos, entran en vigor los tratados de cooperación militar de Estados Unidos con Ecuador firmados por el presidente Daniel Noboa el 15 de febrero de 2024.
De esta manera, buques, personal militar, armamento, equipamiento y submarinos estadounidenses podrán instalarse en ese archipiélago ecuatoriano, ubicado en el océano Pacífico Sur y declarado Patrimonio Natural de la Humanidad, por la Unesco, en 1978.
Mediante el decreto firmado en febrero de este año, Quito ratificó el Acuerdo con Washington relativo al Estatuto de las fuerzas, firmado el 6 de octubre de 2023, durante el Gobierno de Guillermo Lasso, en el que se otorgaba al personal militar y civil del Departamento de Defensa privilegios, exenciones, e inmunidad, equivalentes a lo recibido por el personal administrativo y técnico de las misiones diplomáticas bajo la Convención de Viena, lo anterior constituye el establecimiento de una base militar.
El Gobierno de Noboa justifica que la presencia de militares y base estadounidense en el país es necesaria para “combatir actividades ilícitas en la región”, incluido el narcotráfico y el crimen organizado.
De acuerdo con el documento, el objetivo de la instalación militar estadounidense en el archipiélago es «operativizar el proyecto con el fin de hacer frente a los retos de seguridad compartidos en la provincial de Galápagos, a 600 millas (965 kilómetros) de la costa continental ecuatoriana».
Asimismo, propone «combatir el narcotráfico, la pesca ilegal y otras actividades ilícitas marítimas en esta región del Ecuador», así como «evitar conflictos violentos y otros delitos conexos entre los grupos narcoterroristas que se disputan las rutas para la exportación de estupefacientes».
A pesar de que la Constitución de 2008 prohíbe la presencia de fuerzas o bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano, a mediados de noviembre, Noboa envió a la Asamblea Nacional una reforma parcial a la Carta Magna para eliminar el artículo que prohíbe esa presencia de bases de otros países, pero la Legislatura todavía no lo trata.
Estados Unidos ya tenía una base militar en la ciudad portuaria ecuatoriana de Manta entre 1999 y 2009, la cual fue cerrada por orden del entonces presidente Rafael Correa para preservar la soberanía nacional y la integridad territorial del país.
La polémica decisión de Quito de permitir el establecimiento de una base militar estadounidense en Ecuador ha despertado alarmas tanto en el país, como en la región. El ex vicecanciller ecuatoriano Fernando Yépez dijo que la instalación de bases estadounidenses en Ecuador “es inaceptable, vergonzoso, peligroso, indigno servilismo colonial. No hay conciencia de la soberanía nacional, ni de los intereses del Ecuador, ni de las experiencias negativas con bases militares extranjeras”.
Igualmente instó a la Asamblea Nacional a solicitar información y fiscalizar los acuerdos de cooperación en seguridad suscritos con EEUU y sus protocolos de ejecución.
Expertos creen que la iniciativa de Noboa, de dejar la seguridad nacional en manos de las fuerzas estadounidenses, responde más a un interés político que a un tema de bienestar social en Ecuador y argumentan que la presencia de una base estadounidense en el país entre 1999 y 2010 no contribuyó a la reducción de tasa de crímenes, y la cifra aumentó durante esa década.
T: HispanTV/Telesur