
El dignatario recuerda que el 12 de abril de 1980 Marcelo Quiroga Santa Cruz, en un comunicado titulado “La unidad ahora o la derrota mañana”, hizo un llamado a todos los partidos de izquierdas y populares, independientemente de su grado de representación, a construir un proyecto unitario de carácter táctico y estratégico.
Aclara que el escenario político actual es muy distinto al de aquel entonces, pues un golpe de Estado encabezado por Luis García Meza clausuró la coyuntura democrática, proscribió a los partidos y sindicatos, detuvo, torturó y asesinó a decenas de bolivianas y bolivianos.
De hecho -evoca Arce-, el mismo día del golpe hizo desaparecer al propio Quiroga Santa Cruz.
Añade que “ahora las amenazas a todo lo avanzado por nuestra Revolución Democrática y Cultural son reales y grandes. Es irrelevante ante el pueblo, y no representa ninguna lección política, la guerra interna dentro de las fuerzas progresistas y de izquierdas”.
Reflexiona al respecto que es el momento de mirar adelante, “de despojarnos del individualismo que ha penetrado en nuestras filas, de actuar con responsabilidad histórica, escuchando a las bases, para dar un salto en el Proceso de Cambio”.
Agrega el mandatario que, por eso es que “antes que sea tarde: la unidad ahora o la derrota mañana”. Reitero mi llamado a caminar en esa dirección a los partidos progresistas y de izquierdas tengan o no personería jurídica, a los movimientos sociales y los sindicatos, grandes y pequeños, del campo y la ciudad, y a todo el pueblo trabajador (…)”.
Precisa respecto a las elecciones generales previstas para el 17 de agosto próximo que “para triunfar ante los enemigos de clase nos necesitamos todos y todas (…)”.
Refiere Arce que con unos habrá más afinidad táctica y con otros, mayor compatibilidad estratégica, pero sin los unos y los otros no habrá ni victoria táctica ni mucho menos perspectiva de avance estratégico.
Al hacer un análisis histórico, recuerda que, desde fines del siglo XX y principios del XXI el bloque indígena originario campesino, la clase obrera y los sectores populares han asumido la lucha electoral como un verdadero desafío y como el escenario para disputar, con su proyecto, el poder político del Estado.
Subraya que esa estrategia ha sido victoriosa, pues la combinación de la lucha social y política ha permitido inaugurar un Proceso de Cambio en el cual, por vez primera, las clases explotadas y oprimidas se convirtieron en gobierno.
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