La sede tenía también cientos de cajas con balas para ametralladoras medianas y decenas de granadas ofensivas, además de municiones hechas en EEUU e Israel.
Un efectivo de seguridad comentó a la prensa que no es la primera vez que se detecten armas de esos dos países en sedes terroristas. El ente sionista era y sigue siendo la principal puerta para entrada de material bélico a los extremistas en el oeste de la provincia de Deraa, precisó.
Destacó el rol de los pobladores que facilitaron informaciones para detectar los lugares sospechosos con actividad terrorista.
Deraa fue declarada libre del terrorismo en el verano del 2018 tras una reconciliación patrocinada por Rusia y en la que los extremistas entregaron sus armas medianas y pesados, mientras el resto salió a la provincia septentrional de Idlib.
Las zonas al oeste de la provincia aledañas a los territorios ocupados por Israel presencian repetidos ataques contra militares y dirigentes locales que Damasco atribuye a células terroristas durmientes, las cuales cumplen instrucciones de sus patrocinadores en Israel y Estados Unidos para desestabilizar la zona.
