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¿Es realmente posible un conflicto entre China y los EE.UU.?

Desde hace mas de un lustro, en medios occidentales se ha especulado sobre la posibilidad de un conflicto entre los EE.UU. y China, con consecuencias que trascienden los límites geográficos de la región Indo-Pacífico. En el presente artículo abordaremos tan importante tema.


La “Trampa de Tucídides”


Desde hace tres décadas, el crecimiento económico de la República Popular China (RPC) ha sido impresionante hasta llegar a convertirse en la fábrica del mundo. Sus organismos financieros son hoy organizaciones sumamente sólidas y en materia tecnológica, se encuentra a la cabeza en muchas áreas. La RPC ha pasado de ser una potencia media regional a una potencia cuya economía rivaliza con la primera potencia del orbe, los EE.UU.

El crecimiento no solo ha sido en el ámbito económico. Dicho crecimiento también se ha podido observar en el ámbito de la defensa, restructurando sus fuerzas armadas hasta convertirla en organizaciones modernas en un país que paulatinamente, ha venido produciendo y perfeccionando, su material militar, autoabasteciéndose, avanzando a niveles que rivalizan con los mejores del planeta.

La preocupación de la derecha estadounidense y sus pensadores (tanques pensantes), se ha manifestado en diversos medios de comunicación estadounidenses de alcance mundial. Estos no ha pasado por alto el ascenso de China, publicándo diversos análisis que abordan la evolución de ese país y el potencial cambio en el orden mundial, inclusive, haciendo proyecciones con horizontes hasta la fecha en la que la RPC llegue a cumplir 100 años de existencia.

El politólogo estadounidense Graham T. Allison (2015), citando a Tucídides, historiador y militar de la Grecia antigua, se refirió a la confrontaciones en la antigüedad en el Peloponeso, entre Atenas, la potencia en ascenso y Esparta que era la potencia establecida o dominante. El temor del liderazgo espartano, provocó la guerra entre ambas ciudades-estado y fue la potencia establecida, Esparta, la que inició dicha guerra.

Allison, se refirió a este fenómeno como la “Trampa de Tucídides” y lo definió como uno de los peligros «concomitantes» cuando un poder en ascenso rivaliza con un poder establecido o gobernante (1). Citando a Tucídides (2), indicó que el enfrentamiento entre Esparta y Atenas en el año 411 a. C., fue inevitable.

Arguye Allison que situaciones similares han sucedido no solo entre Atenas y Esparta en la antigua Grecia, sino también, entre Alemania y Gran Bretaña hace mas de 70 años, en el marco de lo que conocemos hoy como la II Guerra Mundial, hecho que habría que analizar detenidamente en otro espacio.

De allí que Allison ha aseverado que “una guerra entre los Estados Unidos y China” en las próximas décadas no solo es posible, sino que es mucho más probable de lo que se reconoce en este momento. Siguiendo esa lógica, China, la potencia en ascenso, debería esperar un ataque de los Estados Unidos, la potencia establecida en decadencia, en los próximos tiempos. El objetivo de los EE.UU., es mantener su hegemonía a nivel mundial, la cual, se ha visto mermada en los últimos años.

Este enfrentamiento ya se ha iniciado con un conjunto de agresiones comerciales iniciadas en tiempos de la administración Trump-Pence de los EE.UU.. La aplicación de un conjunto de medidas proteccionistas de parte de la potencia en declive, constituyen el inicio de una guerra comercial, que intenta frenar en el plano económico, el crecimiento de China.

De todos es sabido que los EE.UU. ha mermado su capacidad productiva en forma significativa en las últimas décadas, mientras que China se ha convertido en la «fabrica del mundo». Esto ha llevado al fortalecimiento del yuan y del sistema financiero de la pujante nación asiática, junto a la expansión de su comercio y sus servicios en diversas áreas del mundo, lo cual, no es del agrado de la élite que gobierna los EE.UU.

Es importante señalar que dicha potencia (EE.UU.), ha estado en guerra prácticamente desde el inicio de su historia republicana y su economía depende en buena parte de lo que el expresidente Dwight D. Eisenhower, Presidente 34.º de esa nación, llamara «el Complejo Militar Industrial», por allá en los 1950s. Hoy sabemos que muchas de las crisis internacionales han sido fomentadas por esos intereses a fin de obtener grandes beneficios económicos en cada conflicto, a la par de mantener la hegemonía de su país en el orbe.

De allí que, preocupa a los liderazgos de muchos países, la cantidad de provocaciones que en tiempos recientes, ha desarrollado los EE.UU. hacia la República Popular China, mismos que detallaremos en otras entregas.

Vale decir que ese estilo de política exterior de los EE.UU., no se ha planteado solamente hacia China, desarrollándose en estos momentos, un episodio que mantiene al planeta entero revisando los medios a diario, el conflicto en Ucrania.


La doctrina Wolfowitz

A lo expuesto anteriormente, debemos agregar que Paul Wolfowitz (3), indicó en 1992 lo siguiente:

«Nuestro primer objetivo es evitar la reaparición de un nuevo rival [para los EE.UU.], ya sea en el territorio de la antigua Unión Soviética o en cualquier otro lugar, que suponga una amenaza del orden de la que suponía antes la Unión Soviética».

El neoconservador continuaría diciendo:

«Requiere que nos esforcemos por evitar que cualquier potencia hostil domine una región cuyos recursos, bajo un control consolidado, serían suficientes para generar un poder global».

Mas allá de algunos arreglos posteriores a su redacción, la interpretación de esos postulados se convirtieron en lo que luego se conocería y se conoce como «la doctrina Wolfowitz», a lo que hay que añadir del legado de Zbigniew Brzezinski, en su obra, El Gran Tablero Mundial. Ambos postulados impulsaron en los EE.UU., el pensamiento de la corriente neoconservadora sobre la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos, en relación al desarrollo de su política exterior en cuanto al crecimiento de otras potencias emergentes.

Vale hacer notar que, cuando los ideólogos del stablisment estadounidense hablan de la posición preponderante de los EE.UU. en el gran tablero mundial, lo justifican aludiendo al «excepcionalismo» de esa nación, tan referido en tiempos de Barack H. Obama; esa corriente de pensamiento afianza la creencia de que los EE.UU., tiene un status especial en el planeta y que está destinado a conducir al mundo con sus actuaciones.

De allí que, desde 1992, todas las administraciones de los EE.UU. han aplicado la «Doctrina Wolfowitz» en su política exterior haciendo lo posible por evitar que emerja otra potencia que sea capaz de rivalizar con la hegemonía estadounidense, a fin de que ellos, el stablisment estadounidense, pueda mantener su hegemonía mundial.

En muchos aspectos, eso explica en buena parte, el porqué los EE.UU. han sometido a sus designios, la política exterior de la Unión Europea. Desde Washington hoy día se dictan las pautas en política exterior que sigue esa asociación de naciones. Se enciende además, el porqué han planteado una Guerra Proxy en Ucrania para debilitar a Rusia, a sabiendas de la inmensa dependencia en materias primas estratégicas y particularmente, en el contexto de las energía fósiles, que tiene el continente europeo de la producción de la gran nación eslava.

Entonces, no se trata solo de debilitar a la Federación Rusa, sino de debilitar también a los europeos. Al obstaculizar el intercambio con Rusia, los EE.UU. impide la articulación de un bloque económico que podría representar un riesgo a su maltrecha economía. En el corto plazo, eso ha permitido la colocación del gas licuado producido en EE.UU. a partir de los esquistos o lutitas, haciendo uso de la técnica del fracking.

Fomentando el conflicto en Ucrania, fue la única forma en que los EE.UU. y sus corporaciones, pudieran colocar sus excedentes de gas licuado en Europa, debido al alto precio de este insumo. De esta forma, no solo coloca un producto que de otra forma era difícil de colocar, sino que debilita significativamente, el potencial económico europeo y el intercambio de ese continente con la Federación de Rusia, lo cual, para los EE.UU. es seguramente considerado una amenaza para su economía.

Todo esto pretende afectar de alguna forma, la iniciativa de «la Franja y la Ruta» aun en construcción, propuesta por China y Rusia, cuyo intercambio vale decir, no estará basado en el dólar estadounidense como divisa de intercambio.


En lo financiero

Occidente, se juega en estos momentos, toda la infraestructura de dominio financiero que ha instaurado en el planeta desde los tiempos de Bretton Wood (1944) y sobre todo, el mantenimiento del dólar estadounidense y el euro, como monedas de referencia mundial.

El sistema SWIFT que le proporciona a las instituciones capitalistas occidentales, un control sobre la gran mayoría de las transacciones financieras que se realizan en el orbe, es muy posible que en cierto plazo, sufra grandes mermas en la medida de que avance la implantación de alternativas a ese sistema, promovidas por Rusia, China y otras naciones, que han sido objeto de agresiones económicas unilaterales mal llamadas “sanciones” o que se encuentran en la mira de las acciones coercitivas de occidente.


El indetenible y asombroso crecimiento de China

La Gran Estrategia de Estados Unidos y China, es una disputa planteada en términos hegemónicos, desde la perspectiva de la economía política (4) del sistema-mundo. Sin embargo, debemos decir que a esta «gran estrategia» debemos sumar, la actuación de otras naciones que abogan por un mundo sin la hegemonía de una sola nación o grupo pequeño de naciones, cuya élite pretende seguir siendo quienes dicten las reglas con las que ha de conducirse el planeta en pleno.

Las guerra comercial planteada por la Administración Trump-Pence y que no ha sido soslayada por la administración Biden-Harris, está directamente relacionada con los intentos de parte de la potencia dominante y en declive, los EE.UU., para evitar que potencias emergentes y entre estas la RPC, continúe su camino de ascenso.

La administración Biden-Harris y particularmente, el Secretario de Estado actual, Antony Blinken, desde 2021 ha expuesto a la parte china, la posición de que según los EE.UU., las relaciones entre los países y potencias, están basadas en ciertas reglas que deben cumplirse, reglas, por cierto, que nadie conoce públicamente. Li Keqiang, el premier chino, ha manifestado públicamente, no reconocer las supuestas reglas respaldando los principios existentes en la Carta de las Naciones Unidas.


Similitudes

Una estrategia de similares propósitos, ha sido aplicada por mas de 30 años a la Federación de Rusia, por parte de EE.UU. y sus aliados, a la par de lo aplicado por occidente a la URSS en tiempos de la Guerra Fría. Hay que reconocer que en aquellos tiempos, la estrategia fue exitosa, pero diera la impresión de que en tiempos actuales no lo será.

Ya no vivimos los tiempos en que a China, le fueron impuestas políticas que hoy se conocen como, «Los Tratados Desiguales», donde los beneficiados eran las potencias occidentales. Seguramente, “ya no mas” dirán los dirigentes y el pueblo chino y seguramente, continuarán adversando las reglas que en privado habla Antony Bliken.

Las reiteradas incursiones de naves de guerra estadounidenses en el Mar de China meridional, han sido evidentes, así como, los ejercicios militares en las cercanías del entorno geográfico del gigante asiático. Sin embargo, China ha ido fortaleciendo sus capacidades militares que hacen pensar dos veces, una incursión militar en la zona. Además, ha cambiado el estilo del discurso de su cancillería, el cual, es mas frontal en sus declaraciones, hecho al que nos referiremos en otras entregas.

Mientras tanto, recientemente los EE.UU. ha anunciado la iniciativa AUKUS (5), destinada a contener la supuesta expansión militar de China en el Indo-Pacífico. En el fondo, se trata de la misma estrategia de dominación mundial de parte de los EE.UU. y sus socios occidentales; se trata de la aplicación actualizada de la Doctrina Wolfowitz lo que permite pensar que la apreciación de Graham T. Allison cobra fuerza, toda vez que la potencia dominante aunque en decadencia, hace desesperados intentos por evitar un cambio en el orden mundial, haciendo lo posible por mantener el mundo unipolar que les es beneficioso.

Posiblemente, veamos en lo militar, las disputas entre los EE.UU. y China en la región Indo-Pacífico en los próximos tiempos, evidenciada al menos, en grandes ejercicios militares, a la par de la confrontación económica en la arena mundial. EE.UU. se juega su maltrecha hegemonía planetaria en estos momentos y hará lo posible por evitar que emerja el mundo multicéntrico y pluripolar que inevitalblemente emerge en los tiempos que vivimos.


En el pasado reciente

Recientemente (11 junio 2022), el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha reiterado que Washington «mantendrá su presencia activa en el Indo-Pacífico», siempre que lo permita el derecho internacional y que la política de la Casa Blanca en la región, y respecto a Taiwan, «permanece sin cambios».

En pocas palabras, EE.UU. ha de seguir con su política exterior injerencista hacia los asuntos chinos y su presencia en la región Indo-Pacífico.

Mientras tanto, a inicios de 2021, China ha enfatizado su reconocimiento a la Carta de la ONU y al derecho internacional público, desconociendo las reglas los EE.UU. esgrime a la par de que hace los preparativos para una eventual guerra, de las que acostumbra a fomentar y justificar los EE.UU.

En diversos portales internacionales de análisis y noticias, vienen apareciendo muestras de lo comentado en este artículo. El autor espera que cualquier controversia sea dirimida por medios pacíficos, evitando así los riesgos sobre la existencia de la humanidad en el orbe.

Notas finales

Todo lo anterior, nos permite concluir en la factibilidad de un potencial conflicto entre los EE.UU. y China, provocado por la imprudencia de la potencia en declive (EE.UU.) es posible, lo cual, da pie a las conclusiones de Graham T. Allison sobre el tema.

Esperamos que el buen sentido común prevalezca.

T/ Vladimir Adrianza Salas

Notas finales

(1) El retorno de la Trampa de Tucídides: la Gran Estrategia de Estados Unidos y China frente a la disputa hegemónica desde la perspectiva de la economía política de sistemas-mundo. Autor: Malfred Gerig. Recibido: 14 de marzo de 2020 / Aceptado: 3 de febrero de 2021.

Fuente: https://revistas.ucm.es/index.php/GEOP/article/download/68341/4564456556666/

(2) Tucídides fue un historiador y militar ateniense. Su obra “Historia de la Guerra del Peloponeso” recuenta la historia de la guerra del siglo V a.C. entre Esparta y Atenas hasta el año 411 a.C.  Fuente: https://www.google.com/search?q=quien+fue+tusidides&client=ubuntu&hs=
5PH&channel=fs&ei=1mCrYvCvKam7qtsPs7-3sAk&ved=
0ahUKEwjw8o6zuLL4AhWpnWoFHbPfDZYQ4dUDCA0&uact=5&oq=
quien+fue+tusidides&gs_lcp=Cgdnd3Mtd2l6EAMyBAguEA0yBggAEB4QF
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(3) Paul Dundes Wolfowitz, fue subsecretario del Departamento de Defensa de los EE.UU. y el décimo presidente del Banco Mundial. Considerado como un político neoconservador seguidor de las ideas de Leo Strauss, obligado a dimitir de esa institución en 2007, tras un escándalo por nepotismo.

En 1992, participó en la elaboración de la versión inicial de la Guía de Planificación de la Defensa de los EE.UU., para los años fiscales de 1994 a 1999, en que elaboró una política de unilateralismo y de acción militar preventiva de parte de EE.UU..

(4) La economía política es una rama de la ciencia económica que estudia cómo, desde el Gobierno, se organiza la producción, distribución, intercambio y consumo de bienes y servicios en las distintas sociedades. Fuente: https://economipedia.com/definiciones/economia-politica.html

(5) AUKUS, es una alianza estratégica militar entre Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos, que se hizo pública el 15 de septiembre de 2021 y que atañe a la región del Indo-Pacífico. Uno de sus propósitos es compartir con Australia, tecnología avanzada de defensa – tecnología nuclear – para reforzar las capacidades militares de este último frente a las amenazas, que aunque no han sido descritas de manera explícita, aluden a China y su actuación en el Indo-Pacífico. Fuente: https://www.unav.edu/web/global-affairs/aukus-la-alianza-que-abiertamente-militariza-la-relacion-con-china

 

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