
La Madre Carmen Rendiles, la primera santa de Venezuela, se elevará en los altares junto al doctor José Gregorio Hernández, este domingo 19, marcando un hito histórico en la religión católica venezolana, al reconocer sus “virtudes heroicas”, transformando el dolor en fe.
A Santa Madre Carmen se le otorgó el título de Venerable, el 5 de julio de 2013. En 2014, inició la etapa de investigación de un milagro atribuido a la mujer, quien se entregó de forma silenciosa a una existencia consagrada al servicio por amor.
Un expediente fue enviado al Vaticano en septiembre de 2014, y en 2017 el papa Francisco aprobó la beatificación.
El 16 de junio de 2018, en el Estadio Universitario de Caracas, tuvo lugar la ceremonia que la reconoció como la tercera beata venezolana.
El milagro: energía y luz surgen de la imagen de Santa Carmen
La doctor cirujana, Trinette Durán de Branger, es el testimonio del primer milagro, que ocurrió en el año 2003, cuando la galena de 40 años, sufre una descarga eléctrica que le generó dolor crónico y atrofia en su brazo derecho.
Evaluada por 21 especialistas y con recomendación de hacerse una cirugía, se fue al Colegio Belén, en Los Palos Grandes, donde descansa la Madre Carmen Rendiles.
Trinette rezó una oración frente a la imagen de la fundadora de la Congregación de las Siervas de Jesús, y de forma inexplicable surgió una energía intensa, con una luz de sutil calor, que envolvió su brazo y cayó desmayada.
La galena al despertar recuperó toda la movilidad, sin necesidad de intervención alguna.
A Fabiola la sanación le ocurrió de forma súbita
A la Madre Carmen Rendiles, nombre con el que asumió su noviciado en 1927, al ingresar a la congregación francesa de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, se le reconoce el segundo milagro en Fabiola de Abreu Obdalía, cuando con 15 años, en Caracas, arroja un diagnóstico de hidrocefalia triventicular idiopática.
En adelante, las cirugías –seis en total- los hospitales, cuidados intensivos, recaídas, formaron parte de su vida, incluso el diagnóstico cambió, al punto de quedar en coma por varios meses: meningoencefalitis bacteriana.
Un día, en el año 2018, su mamá vio en televisión el programa de la beatificación de la Madre Carmen Rendiles, y junto a su hermana inició una plegaria.
Era el mes de septiembre, estaban en casa de la abuela, Fabiola cumplía 18 años. Todos estaban tristes.
Carlos, el hermano de Fabiola, cuenta que el 19 de septiembre, la joven al despertar pidió hablar con su abuela; comió, se levantó y caminó. La sanación ocurrió de forma súbita.
En la actualidad, Fabiola tiene 20 años, estudia en la universidad y trabaja.
Asimismo, agradecida visitó el Colegio Belén de Caracas, donde desde el 9 de mayo de 1977 reposan los restos de Madre Carmen.
La Santa valiente venezolana
La superiora general de la Congregación Siervas de Jesús, Rosa María Ríos Gómez, señala: “Se necesita valentía para vivir la humildad. Valentía para ser obediente, para vivir en pobreza”.
“La valentía de una mujer religiosa, que parecía como minusválida por la falta de un brazo y jamás le hizo falta”, refiere Rosa María.
La hermana Rosa postuló la causa de canonización de la Madre Carmen. La recuerda como un signo de esperanza: “Negándose a sí misma, quitando de lo suyo para convertirse hacia los demás, hacia los más pobres”.
Peregrinos de esperanza
De igual modo, considera que, la canonización de los beatos José Gregorio y Madre Carmen, representa un nuevo Pentecostés para Venezuela.
La emoción eclesial se siente en la alegría de toda la Iglesia. En Santa Carmen sobresalen la humildad, la obediencia, la pobreza y la sencillez.
“Fue una mujer con signo de esperanza”, precisa al afirmar que el camino de ambos santos nos lleva a convertirnos en peregrinos de esperanza.
Fuente: Agencias
Fotos: Caim