
El expresidente francés Nicolas Sarkozy ingresó este martes en la prisión de La Santé, en París, para cumplir cinco años de pena, un hecho inédito para un exjefe de Estado de la Unión Europea, tras haber sido declarado culpable el 25 de septiembre de asociación ilícita en el llamado caso del financiamiento libio de su campaña presidencial victoriosa de 2007.
“No tengo miedo de la prisión”, dijo Sarkozy en una entrevista con La Tribune Dimanche antes de su ingreso. “Mantendré la cabeza en alto, incluso ante las puertas de La Santé”.
No obstante, inmediatamente encarcelado, los abogados de Sarkozy presentaron una solicitud de excarcelación, según anunció a la prensa su abogado, Christophe Ingrain. Su detención es «una vergüenza», añadió.
El tribunal tiene hasta dos meses para decidir. De ser favorable, el exmandatario afrontaría en libertad el juicio de apelación previsto, en principio, para marzo.
En un mensaje publicado en sus redes sociales durante su traslado, Sarkozy negó cualquier delito: “No es un expresidente de la República el que entra hoy en prisión, sino un hombre inocente”, escribió. “No tengo dudas. La verdad prevalecerá”, afirmó en la red social X.
Sarkozy, en el poder entre 2007 y 2012, es el primer líder francés encarcelado desde Philippe Pétain, jefe de Estado colaboracionista con los nazis, condenado tras la Segunda Guerra Mundial.
En marzo, la Fiscalía Nacional Financiera (PNF) había solicitado siete años de cárcel y cinco de inhabilitación política contra Sarkozy, de 70 años, investigado desde 2018 por sospechas de haber recibido dinero del exlíder libio Muamar Gadafi para financiar la campaña presidencial que ganó en 2007. Apeló su condena, pero fue encarcelado igualmente, ya que la sentencia fue dictada con ejecución provisional.
Sarkozy ha afrontado en total cinco procesos judiciales en los últimos cinco años.
T: Agencias