En el marco del bicentenario de la entrega de la Espada del Perú al Libertador Simón Bolívar, el ministro de la Defensa, G/J Vladimir Padrino López, recordó que la misma «aunque nunca fue desenvainada en campos de batalla, se convirtió en un símbolo imperecedero del espíritu antiimperialista y anticolonialista que motivó al Ejército Unido Libertador a romper las oprobiosas cadenas que subyugaban a gran parte de Suramérica».
Y hoy en día, resaltó que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se regocija «al exaltar la vigencia histórica de sus intrínsecos valores»; pues esta arma confeccionada por el indígena Chumgapoma por órdenes del intendente del Perú, Don Cayetano Freyre, en representación de la municipalidad de Lima, «rescatada del olvido, ha dejado de ser un objeto de museo para convertirse en un estandarte de combate, justicia y autodeterminación inextinguible».
«Por eso hoy, ante las nuevas amenazas y cortapisas imperiales, resurge en el alma nacional toda la vorágine contrahegemónica, autóctona y soberana que palpita en esta arma emblemática; inspiración de la unidad de todos los patriotas resueltos a defender esta tierra de cualquier pretensión de dominio extranjero», señaló Padrino López en un comunicado con motivo de la fecha.
El ministro resaltó que «la imponente reliquia heredera de la grandeza, dignidad y lealtad de los héroes y heroínas de la Patria, evoca permanentemente el compromiso de continuar la obra libertaria, independentista e integracionista del Arquitecto de la Libertad Americana. De allí que, su réplica sea otorgada a los Generales y Almirantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, como expresión genuina de la confianza que la nación deposita en sus mejores soldados, para guiar su destino y preservar su integridad».
Padrino López aseguró que este símbolo, al que la Revolución Bolivariana le devolvió su brillo y su poder, seguirá siendo «el azimut (método militar más común para expresar la dirección) que nos conducirá victoriosos en venideras batallas».
La Espada del Perú que fue entregada a Bolívar en reconocimiento a las victorias decisivas de Junín (6 de agosto de 1824) y Ayacucho (9 de diciembre de 1824) que sellaron la independencia de Perú y el fin del dominio colonial español en Suramérica, permanece en el Panteón Nacional.
Padrino López agregó que «la espada que nació como reconocimiento por Ayacucho hoy nos convoca a defender, con firmeza, la unidad nacional y la dignidad de la Patria Grande ¡Vamos pues!».
T: LRDS
