El órgano rector del balompié venezolano declaró en un comunicado que “ninguna forma de discriminación tiene cabida en el fútbol ni la sociedad”.
En tal sentido, rechazó “de manera categórica estos ataques que atentan contras los principios de respeto, inclusión y dignidad humana que promueve el deporte”.
La nota lamentó que estos hechos no son aislados y señaló que futbolistas venezolanos han sido objeto de manifestaciones discriminatorias dentro y fuera de las canchas.
“Como Federación no seremos indiferentes ante estas agresiones que vulneran no solo a nuestros jugadores, sino el espíritu mismo del deporte”, expresó.
Anunció la FVF que elevó los casos ante las instancias correspondientes y solicitó a las autoridades locales, a las ligas profesionales y organismos internacionales – incluidas la Conmebol y la FIFA- “tomar medidas urgentes y ejemplares para sancionar estas conductas”.
Así como reforzar los protocolos de prevención y denuncia, apuntó.
El órgano del fútbol venezolano se solidarizó con Miguel y Jhoagny y afirmó que no están solos porque “detrás de cada venezolano hay una nación que les acompaña, que levanta la voz y exige respeto”.
“Y que no quede duda: la xenofobia contra el futbolista venezolano es inaceptable y será siempre enfrentada con la mayor firmeza”, reafirmó.
Significó que no solo es un ataque a un profesional del deporte, sino un “intento de menospreciar nuestra identidad” y aseguró que donde haya un venezolano jugando el fútbol, debe haber respeto.
Miguel Navarro, jugador de talleres, quien acusó al paraguayo Damián Bobadilla, del São Paulo, de haberlo insultado en el partido que disputaron ambos equipos correspondientes a la Copa Libertadores.
La FVF también denunció «actos de xenofobia» contra la jugadora venezolana Jhoagny Contreras, quien el pasado 19 de mayo declaró haber recibido estos «ataques» de futbolistas de Deportes Recoleta durante un partido de la Liga femenina de Chile.
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