Por Domingo Alberto Rangel
Pasada la primera semana de acciones bélicas en Ucrania era de esperar que los medios venezolanos, dejemos de lado los otros, apartando sus preferencias políticas, entregarán a diario en vez de propaganda burda… noticias coladas a través del interés nacional.
No ha sido así y la polarización que todo, desde el color de la ropa hasta la pasta dental que usamos, lo politiza… ha terminado confundiendo los cerebros de quienes se esperaban escritos o declaraciones para pensar… más allá de memes y otras estupideces.
Sucede que esos «expertos»… no suelen pensar… son muy flojos… simplemente retwittean lo que les envían desde los laboratorios mediáticos.
Pero, las cosas han cambiado radicalmente en esta guerra: por ejemplo… así recuerdo que en la primera del Golfo –que fue trasmitida por CNN como si en vez de ser un escenario con muertos inocentes que se contaran por cientos de miles… fuese un videojuego para niños–… Los yanquis se equivocaron, porque la verdad aflora con el tiempo.
Pero todo se puede reparar y, así, cuando se supo la verdad, tras una década… En USA aprendieron la lección y ahora en vez de banalizar la guerra… prefieren contarla con memes y relatos… llenos de mentiras.
Hay muchas… de lado y lado, obviamente.
Pero más allá de lo que es fácil desenmascarar… está el interés nacional de los venezolanos… que no se ve entre tanta mentira, exageración y censuras.
Y que como ciudadanos de un país pequeño… debemos conocerlo.
La primera mentira entonces sería que «nuestro interés nos debe llevar al apoyo irrestricto a Rusia»… en una guerra que nos es tan lejana… Cómo podría ser un conflicto entre chinos y mongoles… visto desde la óptica de los chilenos.
A pesar de que la guerra en Ucrania ha disparado el precio del petróleo… Lo cual nos ayuda… y que una engañosa delegación yanqui nos visitó para explorar si «por otros medios» míster Story podría lograr la concreción de aquel mantra que su pupilo el interino… llamó «cese de la usurpación»… Cuando se apropió de un cargo inexistente y para el cual jamás fue electo… a pesar y por encima de ello… nuestro interés es –como corresponde a un país pequeño y empobrecido- por la paz.
Esa es la primera mentira: la que llevaría a pensar que en aquella guerra los venezolanos tenemos algo que ganar… o algo que perder… Aún apoyando el reclamo histórico y de potencia que Rusia hace sobre lo que fue una parte de la URSS.
El otro embuste vino a punta de memes: cuando mostraron una reina de belleza ucraniana… Perfectamente maquillada, bellamente uniformada y con un fusil de asalto limpiecito… Que más bien rememora aquel que durante el golpe de Carmona contra el presidente Chávez… blandía un primo de Gerardo Blyde… fingiendo que estaba entre los combatientes.
Lo peor es que ese meme repartido a miles de venezolanos, vino acompañado de un texto que demuestra lo imbéciles que nos creen cuando escribían que la belleza estaba «peleando en el frente por su país»… «a diferencia de nosotros», añadían… como mostrando el rabo.
Luego nos llenaron la cabeza de un aviador ucraniano que presuntamente habría derribado 20 aviones rusos o muertos que luego se vieron caminando cual Lázaros modernos.
En fin, las mentiras abundan en esta guerras, incluso la rusa, cuando insinuaron que iban a poner una base en Venezuela, país –el nuestro rodeado de bases yanquis desde Colombia y todos los rincones.
Pero la principal mentira es sugerir la cercanía de una guerra nuclear.
A ver: los europeos son hoy tan cómodos y están tan envejecidos que difícilmente pelearán por Ucrania, a la que a lo sumo le enviaran armas viejas…, para después cobrárselas a Putin… o para exigirle a EEUU que las reponga.
Solo creo que pelearían los alemanes… si Rusia invade Polonia… pero lo harían para cogerse ellos un trozo de aquel país.
Esto no significa que uno tiene la bola de cristal… Pero es lo más probable.
Tanto como que la China aproveche esta nueva Edad Media y se agarre Taiwán… Y cuidado… no sea que a EEUU le dé por entrar en Nicaragua… donde quieren ellos construir otro canal.
Veremos, pero mientras, sacudámonos de tanta mentira.
