
Grecia vivió este miércoles su primera gran huelga del año, un paro convocado por los sindicatos para protestar contra laos icrementos de precios y exigir aumentos salariales.
La inflación, que en febrero alcanzó el 7,2 por ciento interanual (el mayor índice de los últimos 25 años), afecta directamente a los consumidores. Frente a ese escenario el gobierno no dispuso rebajas al IVA, como vienen reclamando sindicatos y partidos de la oposición.
El gobierno destinó desde septiembre pasado alrededor de 3.700 millones de euros en ayudas para hogares, empresas y agricultores, fondos que los gremios consideran insuficientes. Mitsotakis es uno de los gobernantes de la Unión Europea que han reclamado sin éxito intervenciones más directas en el mercado del gas, como un tope a los precios o a las «superganancias de las empresas energéticas».
Los sindicatos reclaman a su vez que el salario mínimo sea elevado por la inflación galopante hasta los 751 euros, frente a los 663 euros en los que se encuentra actualmente tras la subida del dos por ciento aprobada en enero por el Ejecutivo.
La huelga de 24 horas convocada por el sindicato del sector privado nucleado en la Confederación General de Trabajadores Griegos (GSEE) y a la que se han sumado también los trabajadores públicos, así como representantes de otros gremios, se celebra bajo el lema «El salario no alcanza, las cuentas no cierran».
«Durante los últimos 14 años, los trabajadores han asumido la carga de una profunda crisis que afectó a los ingresos y las vidas de todo el mundo», dijo la GSEE en relación a la crisis financiera griega que comenzó a finales de 2009 y dejó al país dependiente de rescates internacionales durante una década.
“Los años han pasado y la crisis se ha agravado, las cargas permanecen, los derechos se reducen. Vamos a la huelga y exigimos que el gobierno tome medidas aquí y ahora«, advirtió el sindicato de trabajadores privados. Grecia viene registrando un aumento de los precios, especialmente en energía y algunos productos básicos como la harina, luego de la invasión rusa en Ucrania.
Prácticamente todo el transporte público quedó paralizado el miércoles, salvo colectivos que pararon solo desde el inicio del turno hasta las nueve de la mañana y lo volvieron a hacer por la tarde. Además del metro, el tranvía y los trolebuses, se detuvo también buena parte del tráfico ferroviario, tanto de cercanías como de largo recorrido, aunque se garantizaron servicios mínimos.
Tampoco los ferries han salido de los puertos ni trabajaron las administraciones públicas. En el tráfico aéreo la jornada transcurrió con normalidad, ya que un tribunal le prohibió a los controladores aéreos sumarse a la huelga. Los medios de comunicación se han sumado parcialmente a la protesta con un paro de cuatro horas, desde el mediodía hasta las cuatro de la tarde.
Miles de personas salieron por la mañana a las calles en varias ciudades del país en apoyo a las reivindicaciones sindicales. En Atenas, la marcha discurrió por todo el centro de la capital hasta la plaza de Syntagma, en la que se encuentra el Parlamento.
T/ Página12/ LRDS