
Este domingo los chilenos concurrirán a las urnas para elegir si cambian la constitución de 1980, creada por la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet y que ha permitido un sistema económico que privatizó la salud y educación, estimuló el saqueó del estado en menos de monopolios empresariales y facilitó la extracción de recursos naturales que dañaron gravemente al medio ambiente.
Serán dos papeletas: la primera con la opción “Apruebo” y “Rechazo” —el cambio de constitución— y la segunda, sobre la modalidad en caso de ganar la primera opción: “Convención Constitucional” (155 ciudadanos elegidos por la ciudadanía) versus “Convención Mixta” (86 parlamentarios y sólo 86 ciudadanos elegidos).
Debido a la pandemia, que suma 18.313 muertos sumando casos sospechosos atribuidos a la COVID-19, la clásica polarización de la sociedad chilena se pudo ver sólo las en redes sociales.
Entre memes, hilos de twitter y discusiones, llaman la atención los grupos de evangélicos que apoyan el “rechazo”, especialmente líderes como Kevin Valenzuela (una especie de Miley mezclado con Agustín Laje) que han llegado a decir que “Satanás está detrás de este proceso refundacional de Chile”. Algo que más que generar temor, provocó burlas por un discurso que, sin argumentos serios, recuerda mucho a integristas cristianos que apoyaban a Jair Bolsonaro o Donald Trump.
En las calles, al menos el viernes y con la campaña del plebiscito finalizada, el ambiente se ve tranquilo, en parte debido a la primavera ventosa y con temperaturas que promedian los 25 grados, y al proceso de desconfinamiento que ya ha permitido la apertura de restaurantes con mesas en la calle y la apertura de tiendas con aforo reducido.
Todo nuestro apoyo y respaldo al SÍ en el Plebiscito Constitucional en Chile https://t.co/weIpZ2B0lG pic.twitter.com/ElqGCrugn9
— Partido Comunista ☭ (@notipaco) October 21, 2020
¿El fin del fantasma Pinochet?
Sin excepción todas las encuestas coinciden en el triunfo del “Apruebo». Según la reciente Data Influye un 69 por ciento votaría por la primera opción frente a un 18 del rechazo. “Convención Constitucional” obtendría 61 por ciento de adhesión.
Para Casals no podría afirmarse nada más allá de eso. “Esa es la gracia de un proceso constituyente, que no hay parámetros preestablecidos que definan el nuevo orden institucional que salga de todo esto. Para aquellos de sensibilidad más conservadora esa es razón suficiente para inclinarse por el rechazo, pero para una mayoría social que dejó de creer en las supuestas bondades del neoliberalismo en economía y en el modelo de democracia semisoberana al decir de Carlos Huneeus en política, es una oportunidad de inclinar la balanza en su favor.
Casals explica que no es responsable hacer otras predicciones. “Existe un consenso sobre los fundamentos del orden político chileno que tienen larga data, y que obedecen a un imaginario republicano fuertemente compartido.
Ese consenso tiene hoy una expresión más concreta que podríamos denominar socialdemócrata, también fuertemente difundida entre quienes salieron —salimos— a protestar en octubre del año pasado.
La población chilena exige al Estado, igualdad en el trato, garantía de prestaciones básicas dignas e igualitarias, sobre todo en salud, educación y seguridad social, protección del medioambiente, políticas de reconocimiento de género y étnicas, y control de la feroz acumulación del gran capital a través de una nueva estructura impositiva progresiva y de leyes efectivas contra el extendido abuso empresarial.
Página12/La Radio del Sur