
El ministro de Defensa de Colombia, general retirado Pedro Sánchez Suárez, denunció este viernes el secuestro de 29 miembros de la fuerza pública que participaban en una incursión militar en el suroeste del país.
Los uniformados fueron atacados el jueves en El Plateado, un poblado rural del departamento del Cauca, donde fueron incendiados dos vehículos.
“Intentaron quemar vivos a nuestros policías y militares”, denunció el ministro Sánchez, al divulgar un video del vehículo en llamas en su cuenta de X, antes Twitter.
«La vida y seguridad de los miembros de la Fuerza Pública secuestrados es responsabilidad directa de quienes cometieron este repudiable delito», manifestó el ministro en su extenso mensaje.
Según el ministerio, «pobladores instrumentalizados» por los guerrilleros participaron en el secuestro, en represalia por una ofensiva militar que lanzó en el Gobierno para frenar el narcotráfico y la violencia en la región.
De acuerdo con el ministro, tras ser atacados los uniformados fueron retenidos en el lugar, por lo que denunció delitos de “tentativa de homicidio y posterior secuestro” y advirtió que los perpetradores pueden ser condenados con hasta 20 años de prisión.
Estos actos violentos que dejaron vehículos incinerados, secuestros masivos y varias personas lesionados ya están en poder de la Fiscalía General de la Nación para adelantar las labores investigativas que permitan la identificación e individualización de los responsables de este crimen.
«La justicia actuará como corresponde frente a este repudiable crimen. La paz es una política de Estado, y como pueblo, no descansaremos hasta conseguirla”, afirmó Sánchez.
La retención la habría hecho el grupo armado Carlos Patiño, una disidencia de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que no se acogió al acuerdo de paz firmado en 2016 entre la guerrilla y el Estado.
El Gobierno asegura que el Estado Mayor Central (EMC) es responsable de las acciones «ejecutadas con sevicia y vistiéndose de civil para infiltrarse y atentar contra la integridad» de los uniformados.
El presidente Gustavo Petro sostuvo que el EMC actúa con «desespero y por eso utiliza la población civil».
El EMC llevaba a cabo negociaciones de paz con el Gobierno de Petro, pero se dividió en 2024 en dos facciones. «Su debilidad militar no le permite enfrentarse con el Ejército», añadió el mandatario.
Colombia atraviesa su más grave ola de violencia en la última década, con distintos focos en el noreste y suroeste del país. La escalada pone en jaque la apuesta del Gobierno de lograr el desarme de todos los grupos armados de Colombia, para desactivar un conflicto interno de seis décadas.
Las fuerzas militares han intentado desde finales del año pasado retomar el control de El Plateado, un territorio colmado de sembradíos de hoja de coca que ha sido dominado por años por la disidencia.
T: Agencias
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