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Revelados: el despojo británico a Guatemala, similar a lo hecho contra Venezuela en la Guayana Esequiba

Muy pronto Belice se inmiscuyó a la controversia que mantiene Venezuela con Guyana por la reivindicación del territorio de la Guayana Esequiba. Una historia un poco similar guarda la nación centroamericana, ya que su origen está sustentado en el despojo que realizó el imperialismo británico en contra de la integridad territorial de Guatemala.

Así como Gran Bretaña aprovechó las turbulencias de la Gran Colombia para comenzar a usurpar territorio al oriente de Venezuela, también sacó ganancias ilegales con las dificultades de la Provincias Unidas de Centroamérica para mantenerse como República, Guatemala formó parte de esa federación y durante mediados del siglo 19 comenzó la usurpación del territorio que hoy en día es gran parte de la República de Belice.

La Gran Bretaña extendió sus dominios en territorio guatemalteco a partir de un enclave que les había cedido el imperio español. Fueron ocupando el   territorio   guatemalteco al sur del río Sibún, hasta llegar al río Sarstún y siguieron sin parar. De esa manera garantizaban un enclave en tierra firme hacia el estratégico mar Caribe.

La unidad centroamericana se fue diluyendo y con ella también se iba fortaleciendo la usurpación británica, así como el interés de Estados Unidos en debilitar y dividir a los pueblos de América Latina.

El primer tratado para evitar la anexión

En 1859, Guatemala decidió suscribir el tratado Aycinena – Wyke por el  cual cedió  el  área  ubicada  entre  los  ríos  Sibún  y  Sarstún,  a  cambio  de  una  compensación «entre el lugar más conveniente de la costa  del  Atlántico  cerca  del  Establecimiento  de  Belice  y  la  capital  de  Guatemala». Obviamente esto fue letra muerta para los británicos.

Además se establecía el pago de un indemnización en libras esterlinas, hecho que nunca se cumplió. Gran Bretaña decidió hacer trizas lo acordado y se autoexoneró del pago.

Por décadas los británicos fueron ignorando los reclamos de Guatemala, hasta que en 1936 la nación centroamericana hace una nueva contrapropuesta con dos alternativas, la devolución total del territorio que se considera Belice y pagaría una indemnización equivalente a 400 mil libras esterlinas a Londres. La segunda opción, era que Gran Bretaña pagara a Guatemala 400 mil libras esterlinas «y una faja de tierra al sur de Belice para dar al Petén una salida al mar». Los británicos ignoraron la solicitud.

En 1937, Londres acepta involucrar el arbitraje de Estados Unidos en la controversia, otro hecho similar a como consumaron el despojo del Esequibo a Venezuela, pero todo se convirtió en nuevas maniobras distractorias por parte del Reino Unido.

El imperio británico se burló consecutivamente del derecho internacional y simplemente se hizo la sorda ante los reclamos de Guatemala.

En 1963, Londres concede la independencia a Belice y con ello hereda a la nueva República el conflicto limítrofe con Guatemala, tal como hicieron con Guyana.

Son más de 11 mil kilómeros cuadrados lo que reclama Guatemala, además de la extensión marítima correspondiente.

En 2019, a pedido de ambas partes (a diferencia de la que ocurre entre Guyana y Venezuela), la Corte Internacional de Justicia (CIJ), decide hacerse competente de la decisión definitiva sobre la disputa. Los lapsos han tenido cumplimiento debido, a diferencia también de lo que han hecho contra Venezuela.

Imaginen l diferencia en torno a los lapsos en ambos diferendos, que la solicitud para que la CIJ decida viene del año 2008, cuando tanto Belice como Guatemala firmaron un compromiso “para presentar el reclamo terrestre, insular y marítimo de Guatemala a la Corte Internacional de Justicia», que fue ratificado en 2015.

En realidad, ni siquiera España cedió formalmente ningún territorio a los británicos en Guatemala, tan solo les permitió una serie de actividades económicas en un pequeño enclave. Se trata de un despojo imperialista tal como el ejecutado contra Venezuela al este del río Esequibo.

Tanto Guatemala como Venezuela tienen la razón histórica y jurídica para reclamar sus históricos territorios, así otros Estados quierean hacerse las víctimas. Tanto hace falta la unidad de los países de origen hispanoamericanos ante la evidente solidaridad incondicional que se manifiestan los de origen angloamericano en el Caribe y Centroamérica.

T/ Chevige González Marcó / LRDS

 

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