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Trump apoya agresiones de Marruecos contra el Sahara Occidental a cambio de acercamientos con Israel

En el mundo de los negocios, de donde procede Donald Trump, todos tienen un precio y lo importante, como decía Pablo Escobar, es “descubrir cuál es”. El presidente de Estados Unidos quería sumar Marruecos a la lista de países árabes que, bajo su batuta, ha normalizado relaciones con Israel. El precio que pedía Rabat no era muy difícil de averiguar: el apoyo de Washington a sus reivindicaciones sobre el Sáhara Occidental. Deal . Trato.

“He firmado una proclamación que reconoce la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental”, tuiteó ayer Trump, rompiendo en 280 caracteres con décadas de tradición diplomática. “La propuesta de autonomía de Marruecos es seria, creíble y realista, la única base para una solución justa y duradera para la paz y la prosperidad”, defendió.

A reglón seguido, Trump anunció la decisión de Marruecos e Israel de restablecer sus relaciones diplomáticas. “Un enorme paso hacia la paz en Oriente Medio”, “un gesto histórico”, celebró el líder norteamericano, que recordó que el reino alauí reconoció la independencia de EE.UU. en 1777 y es, por tanto, “adecuado” que Washington le apoye. Marruecos sigue así los pasos dados por Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán, y se convierte en el cuarto país árabe que normaliza sus relaciones con el Estado hebreo bajo los auspicios de Trump, decidido a unir a la región entorno a su rivalidad hacia Irán.

El pueblo saharaui es “víctima de los intereses oscuros” de EE.UU

El espaldarazo de la Casa Blanca a Rabat es un severo golpe para las aspiraciones del pueblo saharaui, en el limbo desde que España abandonó el territorio en 1975. Desde entonces, todos los presidentes estadounidenses, republicanos o demócratas, habían apoyado la estrategia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La disputa, sin embargo, se ha enquistado y se ha integrado en la larga lista de conflictos congelados mundiales.

Desde febrero, cuando el secretario de Estado Mike Pompeo visitó Marruecos, la Administración Trump ya había dado señales de que se pondría del lado del más fuerte, al igual que hizo con su propuesta de paz para palestinos e israelíes, que reconocía todas las aspiraciones de los últimos. Marruecos pasó a formar parte de la ecuación para impulsar el plan, una carta negociadora más que Washington estaba dispuesto a jugar. El apoyo a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental supone “reconocer la inevitabilidad de lo que va a ocurrir”, argumentó Jared Kushner, asesor y yerno del presidente además de autor del plan de paz de la Casa Blanca para la región.

Joe Biden tomará posesión como presidente el próximo 20 de enero y tendrá que decidir si mantiene el cambio de rumbo en la posición de EE.UU. hacia el conflicto del Sáhara o lo revierte, a riesgo de hacer descarrilar la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel. Según algunas fuentes, el demócrata podría optar por mantener en pie los acuerdos de Abraham pero utilizándolos para arrancar más concesiones a todos los implicados de las que les ha pedido Trump.

UNA EXCOLONIA ESPAÑOLA

La Casa Real marroquí confirmó poco después los extremos del acuerdo anunciado por la Casa Blanca, sellado anteanoche mediante una conversación telefónica entre el rey Mohamed VI y el presidente Trump. Marruecos se compromete a restablecer sus relaciones con Israel “lo antes posible”, para lo que ambos países crearán “oficinas de enlace” (no embajadas ni consulados de momento) para “promover la cooperación económica y tecnológica”. Ambos países mantuvieron relaciones diplomáticas durante los años 90, al calor de los acuerdos de paz, pero las rompieron hace dos décadas, coincidiendo con la segunda intifada.

Rabat expresó su satisfacción por el apoyo de EE.UU., que confirma “la marroquinidad” del Sáhara Occidental. Washington abrirá próximamente un consulado en la ciudad saharaui de Dajla, celebró Rabat, que en los últimos tiempos ha impulsado este tipo de iniciativas diplomáticas para reafirmar su control sobre el territorio.

Abdulah Arabi, representante del Frente Polisario para España, calificó la noticia de “triste” si bien aseguró que no les ha sorprendido que EE.UU. dé su reconocimiento a una “ocupación ilegal”, informa Gemma Saura. “Sabíamos que podía suceder. No hay que olvidar que esta decisión la ha tomado un presidente saliente, que lo que quiere es que Marruecos reconozca a Israel. Son objetivos oscuros que tienen como víctima las aspiraciones del pueblo saharaui”. El pasado mes de noviembre se produjeron graves incidentes entre el ejército marroquí y el Frente Polisario a raíz del intento de Rabat de reabrir una ruta hacia Mauritania.

Trump: “La propuesta de autonomía de Marruecos es la única base posible”

Las noticias de Washington sorprendieron a la ministra de Asuntos Exteriores de España, Arancha González Laya, en Ramala. Si bien dio la bienvenida a la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel, “como se la hemos dado a todas y cada una de las que han tenido lugar en estas semanas”, González Laya reivindicó las resoluciones de la ONU como guía para el conflicto.

“Queda por resolver la paz entre israelíes y palestinos y queda por resolver la cuestión del Sáhara Occidental, y en ambos casos la posición de España es muy clara: respeto a las resoluciones de las Naciones Unidas para buscar una vía de resolución también a esas dos cuestiones”, recalcó la ministra, que estos días se ha reunido con el presidente palestino, Mahmud Abbas, y con el primer ministro, Mohamed Shtayeh.

La ONU se enteró por los tuits de Trump de la noticia, admitió ayer el portavoz. “La postura del secretario general se mantiene sin cambios. Sigue convencido de que una solución es posible para la cuestión del Sáhara Occidental y que está en consonancia con las resoluciones relevantes del Consejo de Seguridad”, señaló Stéphane Dujarric, portavoz de António Guterres, que reclama una solución política aceptable por las dos partes y basada en el compromiso, que permita la libre determinación del pueblo saharaui.

Marruecos e Israel abrirán oficinas de enlace y retomarán las conexiones aéreas

Sacrificando la postura histórica de EE.UU respecto al futuro de la excolonia española, Trump muestra una vez más su desprecio por la organización internacional. El restablecimiento de relaciones entre Marruecos e Israel refuerza los cambios imprimidos por el republicano en el mapa de Oriente Medio en la recta final de su mandato.

T/ La Vanguardia/ LRDS

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