A 13 años del golpe contra Manuel Zelaya el pueblo hondureño recobra la esperanza
El asalto al poder partió en dos la historia reciente de Honduras, abrió una coyuntura histórica que, por un poco más de 12 años del acontecimiento, mantuvo a Honduras atrapada en una profunda crisis política, social, económica y cultural

El 28 de junio de 2009 el entonces presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, fue sacado a la fuerza de su residencia en horas de la madrugada y expulsado a Costa Rica, acción perpetrada por la cúpula militar de ese país, asestando un golpe de Estado en su contra.
El asalto al poder partió en dos la historia reciente de Honduras, abrió una coyuntura histórica que, por un poco más de 12 años del acontecimiento, mantuvo a Honduras atrapada en una profunda crisis democrática en lo político, económico, social y cultural, así lo refiere un análisis de la Cespad.org.
Uno de los objetivos principales del golpe de Estado del 2009 fue derrocar lo que se llamó el “reformismo Melista”, que desde el Partido Liberal y desde la conducción del Estado, pretendía modificar el pacto de dominación de las élites económicas y políticas, expresado en la Constitución de la República de 1982.
Zelaya propuso una consulta no vinculante para preguntarle a la población si aceptaba que en las elecciones de noviembre de 2009 se le consultase si estaba o no de acuerdo con una Asamblea Nacional Constituyente, lo que se constituyó en un elemento detonante del golpe de Estado.
Es necesario destacar que Zelaya, desde el inicio de su mandato en enero de 2006, se adhirió a la iniciativa Petrocaribe; ingresó a Honduras a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), organización de integración regional creada por el comandante Hugo Chávez, situación esta que puso «los pelos de punta» a la administración de Barack Obama; además apoyó a Cuba y al gobierno del entonces presidente de Bolivia, Evo Morales.
¿Quién estuvo detrás del golpe de Estado contra Zelaya?
Al cumplirse un año del golpe de Estado en Honduras, el expresidente Manuel Zelaya aseguró que su derrocamiento fue planificado en la base militar de Palmerola, en Honduras, por el Comando Sur de los Estados Unidos.
«Todo indica que el golpe fue planificado en la base militar de Palmerola, por el Comando Sur de EE.UU., y ejecutado torpemente por malos hondureños», aseguró Zelaya en una carta enviada desde República Dominicana al pueblo hondureño, reseñado por el portal rtve.es.
«Pueblo hondureño, escribo estas letras para el pueblo de Honduras cuando se cumple un año de aquella fatídica madrugada en que mi casa donde habitaba con mi familia siendo presidente de la República fue rodeada por las fuerzas especiales de los militares», escribió Zelaya al inicio de su carta.
«Los autores intelectuales, de este crimen, obedecen a una asociación ilícita de los viejos halcones de Washington con hondureños, propietarios de capitales y sus socios de subsidiarias, norteamericanas y agencias financieras», agregó Zelaya.
También culpó del golpe a «algunos prominentes miembros hondureños de la Sociedad Interamericana de Prensa, responsables del silencio interno y protección de los asesinos que eliminan gente inocente, dentro del territorio nacional».
Es así como desde 2010, el gobierno de Porfirio Lobo, constituido tras el golpe, contó con el reconocimiento de Estados Unidos, que trabajó para presentarlo ante el mundo como legítimo y hacer pasar a segundo plano las causas que estaban detrás, reseña www.investigaction.net.
En ese orden, la secretaria de Estado Hillary Clinton dejó clara la participación de Estados Unidos en el golpe al declarar: «Al día siguiente (del golpe), hablé con mis socios en todo el hemisferio, incluyendo la secretaria de estado Patricia Espinosa en México y hemos desarrollado una estrategia que consiste en restaurar el orden en Honduras y asegurar que las elecciones libres y justas se lleven a cabo de forma rápida y legítima, lo que dejaría fuera de juego la cuestión de Zelaya».
Venezuela Condena el golpe de Estado a Manuel Zelaya
El golpe de Estado contra Manuel Zelaya y la institucionalidad en Honduras encendió una fuerte y unánime condena de mandatarios de todo el mundo y en particular de Latinoamérica.
Venezuela tuvo una posición firme y decisiva en contra del golpe en Honduras y en ese sentido en Managua se convocó a una reunión extraordinaria de los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) a fin de rechazar el golpe y apoyar el regreso de Zelaya a Tegucigalpa.
El entonces presidente de Venezuela Hugo Chávez junto a los presidentes de Ecuador, Rafael Correa y de Nicaragua, Daniel Ortega estuvieron presentes en el encuentro que contó con la presencia de Zelaya quien viajó desde Costa Rica a Managua.
Asimismo, el 24 de julio de 2009, el hoy presidente Nicolás Maduro, para la fecha canciller de la República Bolivariana de Venezuela, acompañó al depuesto presidente Manuel Zelaya de regreso a su país en travesía que inició en Managua rumbo a la frontera con Honduras.
¿Cómo vivió Honduras tras el golpe de 2009?
Tras el golpe durante más de 12 años Honduras vivió sin democracia, el saqueo se instaló, al igual que los fraudes y el tránsito protegido de la droga, agravado en los últimos años bajo la presidencia de Juan Orlando Hernández quien fuera extraditado a Estados Unidos bajo cargos de narcotráfico.
De acuerdo con analistas, desde el golpe contra Zelaya, Honduras se convirtió en un país dividido social y políticamente agudizándose los problemas con la pandemia de la Covid-19, que dejó según cifras de la Unidad de Vigilancia de la Salud, 10.559 muertes y 402.329 contagios desde marzo de 2020, cuando se comenzó a expandir la pandemia en el país.
Más de 60 por ciento de los casi 9.5 millones de habitantes en Honduras vive en la pobreza, aunado a otros graves flagelos como el desempleo, la violencia, la corrupción, la inseguridad y el narcotráfico lo que ha llevado a la migración forzada de su población que se une a la caravana de países vecinos rumbo a Estados Unidos huyendo de la miseria.
Sin embargo, en los últimos doce años, paradójicamente los graves retrocesos democráticos desencadenaron una energía social desconocida en décadas anteriores, con una amplia diversidad política, social y cultural, con mayores niveles de conciencia de la exclusión y desigualdad social, con demandas diversificadas que va desde las comunidades rurales en la defensa de los bienes comunes, pasando por los feminismos y la diversidad sexual, las exigencias de la juventud por oportunidades laborales, las luchas por la defensa de la educación, salud y otros bienes públicos.
Este amplio conglomerado social representó una amplia y poderosa fuerza que impugnó el orden establecido hasta entonces apostando por un cambio democrático.
En 2021 con Xiomara Castro de Zelaya renace la esperanza
Tras ganar las elecciones celebradas el 28 de noviembre de 2021, Xiomara Castro tomó posesión del cargo de jefa de Estado el 27 de enero de 2022 para el cuatrienio 2022-2026, en sucesión del mandatario saliente Juan Orlando Hernández.
La gobernante ha hecho historia en la nación centroamericana pues, se convirtió en la primera mujer en ser electa para el máximo cargo del país, y además lo hizo como la persona que más votos ha recibido (1.716.793).
Xiomara Castro, de 62 años de edad, corona de esta manera una lucha que ha mantenido desde hace mucho tiempo y que la hizo una de las figuras fundamentales de la resistencia en el país desde que derrocaron a su esposo Manuel Zelaya, en 2009.
Durante su discurso de asunción de mando dejó en claro que iba a recibir un país en bancarrota, saqueado, con una deuda que suma más de 20 mil millones de dólares, y con una estructura clientelar prácticamente intacta de corrupción e impunidad, que en los últimos 12 años ha venido copando espacios públicos y privados.
Un pueblo devastado por la pobreza –casi el 74% de la población y con el 50% en miseria absoluta– y la desesperanza. Una cantidad creciente de personas con la mirada puesta hacia el norte, no tanto atraídas por el “sueño americano”, sino huyendo de la miseria, la violencia y la falta de oportunidades.
Un pueblo que, a pesar de todo, decidió salir masivamente a votar en noviembre del año pasado para castigar a los continuadores del golpe, a los carniceros de cuello blanco, a los ladrones y corruptos que pusieron en venta el país, sus mejores tierras, los bienes comunes, la soberanía y la dignidad misma de la nación, analiza Giorgio Trucchi en Rebelión.
100 días de gestión de Xiomara Castro de Zelaya
El pasado 9 de mayo la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ofreció un discurso a su pueblo, donde brindó un detallado informe de los logros de su gestión tras cumplir 100 días al frente del Gobierno.
Destaca la aprobación de la Ley de Amnistía, lo que facilita la excarcelación de presos políticos y el regreso al país de decenas de exiliados. Asimismo, se condenó de manera oficial el cruento golpe de 2009 contra Manuel Zelaya, y se reconoció la responsabilidad del Estado en casos emblemáticos como los asesinatos de Vicky Hernández (2009) y Herminio Deras (1983), iniciando un proceso de reparación para las víctimas.
“El fin de la economía no es que la mayoría se sacrifique, mientras otros logren grandes ganancias en medio de un mar de miserables”, arguyó la Dignataria.
Por eso en tres meses el principal reto de la Mandataria ha sido sentar las bases para combatir la pobreza y la corrupción heredada de la Administración de Juan Orlando Hernández.
Muy altas son las expectativas de un pueblo herido, desilusionado de la política y los políticos tradicionales. Nutridas las promesas de Xiomara Castro de Zelaya.
Venezuela y Honduras afianzan cooperación estratégica en la Celac
Foto: Archivo