
El departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, siglas en inglés) anunció una «drástica reestructuración» que se traducirá en el despido de 10.000 empleados.
En tanto, estos recortes de personal se suman a los aproximadamente 10.000 empleados que optaron voluntariamente por dejar el departamento desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo. De acuerdo con HHS, esta reestructuración «ahorrará a los contribuyentes 1.800 millones de dólares».
Las salidas voluntarias de trabajadores y el nuevo plan restructuración implica la eliminación de aproximadamente una cuarta parte de la plantilla del departamento, de una reducción total de personal de 82.000 a 62.000 empleados a tiempo completo.
La reestructuración pretende que las comunicaciones y otras funciones dependan directamente del secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr., la que también incluirá la creación de una nueva división denominada Administración para un Estados Unidos Saludable.
“Vamos a hacer más con menos”, dijo, aunque reconoció que sería “un periodo doloroso para el HHS”.
En las agencias afectadas, los empleados, sorprendidos, se esforzaban por asimilar la noticia. Demócratas y expertos externos dijeron que la medida diezmaría las agencias encargadas de proteger la salud y la seguridad de los estadounidenses, privándolos de la experiencia científica necesaria para enfrentar las amenazas biológicas actuales y futuras.
“En medio del recrudecimiento de los brotes nacionales de gripe aviar y sarampión, por no hablar de una epidemia de fentanilo, Trump está destrozando agencias de salud vitales con la precisión de un toro en una cristalería”, dijo la senadora demócrata por Washington Patty Murray, quien ha sido líder en temas de salud en el Congreso.
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T/AGENCIAS Y LRDS