
Lee Jae-myung juró este miércoles como nuevo presidente de Corea del Sur, prometiendo unir a una nación dividida, revitalizar la economía e impulsar una diplomacia pragmática basada en los intereses nacionales.
Lee comenzó su mandato de cinco años sin un período de transición, luego de ganar unas elecciones anticipadas celebradas tras la destitución del presidente Yoon Suk Yeol, por su imposición de la efímera ley marcial, en diciembre del año pasado.
Lee, del liberal Partido Democrático, mayoritario en la República de Corea, obtuvo el 49,42 por ciento de los votos, derrotando a su principal rival, Kim Moon-soo, del conservador Partido del Poder Popular, por un amplio margen de 8,27 puntos porcentuales.
«Independientemente de a quién hayan apoyado en estas elecciones, ejerceré como un presidente para todos, para acoger y servir a cada ciudadano», dijo Lee, en su discurso de investidura, durante una ceremonia reducida, celebrada en la Asamblea Nacional.
Lee prometió unir a un país profundamente fracturado por la ley marcial de Yoon y su posterior destitución.
Lee señaló que ha llegado el momento de restablecer la seguridad y la paz, que han quedado reducidas a instrumentos de lucha política; de reconstruir los medios de vida y la economía dañados por la indiferencia, incompetencia e irresponsabilidad; y de reactivar la democracia socavada por vehículos blindados y fusiles automáticos.
En cuanto a la economía, Lee se comprometió a adoptar un enfoque «pragmático y orientado al mercado» para revitalizar el crecimiento y fomentar tecnologías avanzadas, tales como la inteligencia artificial y los semiconductores.
El presidente expresó que establecerá un Gobierno que apoye y aliente, no uno que controle y maneje.
Lee advirtió que el proteccionismo comercial amenaza a la «sobrevivencia» de su país. «Los rápidos cambios en el orden mundial, como el creciente proteccionismo y la restructuración de la cadena de suministros, presentan una amenaza a nuestra sobrevivencia», declaró Lee, de 61 años, en una referencia al caos provocado por los aranceles del presidente estadounidense Donald Trump.
En cuanto a la política exterior, Lee hizo hincapié en mantener una «diplomacia pragmática» centrada en los intereses nacionales para abordar los retos derivados del cambiante panorama económico y de seguridad.
Lee dijo que fortalecerá la cooperación Corea del Sur-EEUU-Japón basándose en una sólida alianza Corea del Sur-EEUU, y abordará las relaciones con los países vecinos desde una perspectiva práctica y de interés nacional.
Subrayando la necesidad de una fuerte disuasión frente a las amenazas de Corea del Norte, Lee también dejó la puerta abierta a la reanudación del diálogo con el Norte.
El nuevo presidente surcoreano señaló que abrirá canales de comunicación e impulsará el diálogo y la cooperación con el Norte, para construir una paz duradera en la península coreana.
«No importa lo costoso que sea, la paz es mejor que la guerra», declaró Lee al prometer que va a «disuadir las provocaciones nucleares y militares norcoreanas al tiempo que se abren los canales de comunicación».
Las relaciones entre las dos Coreas, que técnicamente permanecen en guerra, se han deteriorado los últimos años en medio del creciente armamentismo de Pyongyang.
La ceremonia contó con la asistencia de los jefes de los tres poderes del Gobierno, los miembros del Gabinete y legisladores. Ningún líder extranjero fue invitado.
Antes del evento, Lee visitó el Cementerio Nacional de Seúl para rendir homenaje a los soldados caídos.
Una ceremonia de investidura oficial se llevará a cabo el 17 de julio, con motivo de la conmemoración del Día de la Constitución, según dijo la oficina presidencial, en un comunicado.
Lee comenzó su primer día en el poder con el tradicional informe del alto mando militar confirmando formalmente la transferencia del control operativo del país.
Entre sus primeras designaciones, Lee nominó a su principal ayudante de campaña Kim Min-seok como primer ministro y también nombró al legislador del DP Kang Hoon-sik, otra figura clave de su campaña, como su jefe de Gabinete.
El vice primer ministro y ministro de Educación, Lee Ju-ho, quien fungía como presidente interino, transmitió la intención colectiva del Gabinete de dimitir, durante una llamada telefónica con el nuevo presidente, en su primer día en el cargo. Sin embargo, Lee solo aceptó la renuncia del ministro de Justicia, Park Sung-jae, para garantizar la continuidad en los asuntos de Estado, según informó la oficina presidencial.
T: Yonhap/Xinhua/Agencias
Lee Jae Myung del Partido Demócrata gana presidenciales en Corea del Sur