
Grenada es una nación caribeña de apenas 344 kilómetros cuadrados, para 1983 tenía una población de poco más de 95 mil habitantes, ese mismo año, un 25 de octubre, Estados Unidos la invadió, ultrajó su soberanía y a sus habitantes y violó todas las normas del derecho internacional.
Casi 2 mil efectivos militares empleó Estados Unidos, se hicieron acompapñar además con una fuerza de 300 soldades de otros gobiernos de países caribeños, cómplices de la injusticia: Jamaica, Antigua, Barbados, Dominica, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
En Washington despachaba Ronald Reagan como presidente y en el Vaticano, Karol Wojtila, también conocido como Juan Pablo II, ambos adelantaban una cruzada para derribar el campo socialista y a la Unión Soviética. Su afán estuvo desbordado de violaciones a los derechos humanos, crímenes de lesa humanidad, guerras, tráfico de armas, golpes de estado y mucha corrupción. Grenada fue quizás su víctima más pequeñita.
El día que Estados Unidos invadió a Grenada
Si usted observa un mapa es evidente la desproporción entre el tamaño de Estados Unidos y Grenada, evidentemente conocerá que para 1983 era, como aún lo es por ahora, la primera potencia militar del mundo. Las fuerzas de seguridad grenadinas apenas estaban conformadas por 1.500 efectivos, no tenían armamento pesado y jamás se habían preparado para que a una de las naciones más pequeñas del Caribe la invadieran las fuerzas militares más poderosas del planeta. Además estaban divididas por la infiltración de elementos golpistas en sus filas.

Grenada sólo había desatado un desafío, construir un camino de sobería e independencia política, tener relaciones de amistad con Cuba, Nicaragua y recibir cooperación para su desarrollo por parte de la Unión Soviética. Se había convertido en un mal ejemplo para la cruzada anticomunista de Estados Unidos. Su líder Maurice Bishop fue calificado como enemigo de las libertades, por supuesto, para Washington.
Para el día que ocurrió la invasión también se encontraban en la isla algunos centenares de colaboradores cubanos que participaban en distintas tareas sociales, incluso en la construcción de una nueva pista aérea para las comunicaciones de Grenada.
El día que Estados Unidos invadió a Grenada, la población resistió lo que pudo, pero la fuerzas militares de Reagan cometerían una masacre. Los estadounidenses asesinaron a 70 granadinos, 25 constructores cubanos e hirió a otros 358 perosnas y a 59 cubanos.
Washington impuso su modelo de «democracia», previo a la invasión apoyó a un movimiento golpista que asesinó el 19 de octubre de 1983 a Bishop y a 15 de sus compañeros de lucha. El pueblo trató de rebelarse contra el crimen. Entonces llegaron olas tropas del Tío Sam.

Entre 1979 cuandop Bishop asumió el gobierno y 1983 habían ocurrido grandes avances en la alfabetización, ya que casi el 90 por ciento de los grenadinos era analfabeta. También se iniciaron trabajos de infraestructura para elevar las capacidades productivas d ela isla y se consagró el derecho de los trabajadores a su sindicalización.
En Naciones Unidas no hubo condena a la acción estadounidense. Todos los crímenes de las fuerzas estadounidenses permanecen impunes.
T/ Chevige González Marcó/ LRDS