
La cumbre de la OTAN en Vilnius ya no será recordada por la pretendida imagen de occidente unido contra Rusia, bajo el liderazgo triunfal del señor Biden, sino por la foto ya viral de Zelenski solitario con rostro de espanto. Los demás parecen ignorarlo, al igual que la esposa. Su vestimenta, un falso positivo de un sencillo militar patriota, ahora en medio de jefes de Estado y gobierno lujosamente ataviados, parece trasmitir la estampa de un mendigo.
Los gringos estaban enfurecidos con su criatura ¿cómo era posible que este energúmeno les cuestionara de mala forma después de haberle concedido ríos de dinero y de armas?
Los europeos también se sentían ofendidos con la actitud ingrata del ucraniano. Pero el amo mayor no tardó mucho en poner en su lugar al lacayo. En la entrevista del encuentro bilateral Biden-Zelenski, el presidente gringo en un acto despiadado y prepotente no le permitió a su marioneta ucraniana responder a la pregunta que se le formuló personalmente a Zelenski, de cuándo él creía que Ucrania entraría en la OTAN.
Atrás quedaron los días cuando Zelenski se paseaba por occidente, aclamado y enaltecido. Muy “crueles” fueron sus amos gringos, no le explicaron bien que se trataba de un juego donde al final a él le tocaba el papel de perdedor.
Solo ahora comprendió que sus amos de la OTAN no están dispuestos a morir por Ucrania, pero Ucrania sí debe morir por ellos. Tarde piaste, pajarito. ¡Tienes el destino de los lacayos del imperio gringo!
T: Juan Miguel Díaz Ferrer