El ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, se reunió este jueves con Vladímir Putin para informarle sobre la liberación de la ciudad de Mariúpol, que pasó bajo control del Ejército ruso.
«Mariúpol fue liberado por las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia y la milicia popular de la República Popular de Donetsk. Los restos de la formación de nacionalistas se refugiaron en la zona industrial de la planta de Azovstal«, declaró el ministro durante el encuentro.
En palabras del alto cargo militar, a fecha del 11 de marzo, el día en que Mariúpol fue rodeada para su liberación, el número total efectivos de las Fuerzas Armadas de Ucrania y mercenarios extranjeros superaba las 8.100 personas. De ellas, más de 4.000 fueron neutralizadas y 1.478 se rindieron, mientras que más de 2.000 permanecieron atrincherados en la planta metalúrgica de Azovstal, precisó Shoigú.
El ministro denunció que para ofrecer resistencia los nacionalistas colocaban vehículos blindados y artillería en las plantas bajas de los edificios residenciales y francotiradores en los pisos superiores. Además, reunían a sus habitantes en los pisos intermedios y en los sótanos, convirtiendo a la población civil en «escudos humanos».
Shoigú agregó que desde el 21 de marzo diariamente se abrieron corredores humanitarios para evacuar a civiles y ciudadanos extranjeros. Asimismo, comunicó que se ofreció a «los militares de las Fuerzas Armadas de Ucrania y a los militantes de los batallones nacionalistas» deponer las armas. «Se les garantizó, por supuesto, la vida, la seguridad y la atención médica», precisó.
«A pesar de su resistencia, tanto de los militantes, como de todos los demás, logramos evacuar a 142.711 civiles de Mariúpol después de sus instrucciones», dijo Shoigú a Putin. «Todos los rehenes que se encontraban en el puerto comercial fueron liberados, incluidas las tripulaciones de las embarcaciones marítimas cuyos sistemas de comunicación fueron destruidos por quienes los capturaron para que no pudieran comunicarse con nadie», señaló.
Shoigú precisó que a lo largo de los dos últimos días las fuerzas rusas declararon el alto al fuego, cesaron las hostilidades y abrieron corredores humanitarios para evacuar a los civiles que pudieran encontrarse en la planta metalúrgica. «Nadie salió de Azovstal», indicó, agregando que «otros civiles, más de 100 personas», pudieron abandonar la zona de combates.
«Actualmente, la situación en la ciudad es tranquila, lo que permite comenzar a restablecer el orden, devolver la población y establecer una vida pacífica», informó Shoigú. En paralelo, el alto cargo militar prometió a Putin que las Fuerzas Armadas rusas van a necesitar tres o cuatro días para completar el trabajo en la planta metalúrgica de Azovstal, donde permanecen militares ucranianos y mercenarios.
Putin ordena cancelar el asalto de Azovstal
A su vez, Vladímir Putin ordenó cancelar el asalto a Azovstal, calificándolo de poco razonable. «Debemos pensar […] en preservar la vida y la integridad de nuestros soldados y oficiales. No hay necesidad de entrar en estas catacumbas y arrastrarse bajo tierra a través de estas instalaciones industriales», dijo el mandatario.
«Bloquee esta área industrial de tal modo que no pueda salir ni una mosca», ordenó.
Por otra parte, el presidente ruso prometió ofrecer una vez más «a todos los que aún no han depuesto las armas que lo hagan». «La parte rusa garantiza sus vidas y un trato digno de conformidad con los actos jurídicos internacionales pertinentes. Todos los heridos recibirán asistencia médica cualificada», aseguró.
En sus declaraciones felicitó a Shoigú por la liberación de la ciudad, llamándola un «éxito», además de elogiar el trabajo de las fuerzas rusas. «Para nosotros, todos son héroes, para toda Rusia. Todos son héroes», recalcó.
T/ Actualidad RT/ LRDS