El Gobierno español no se pone plazo para seguir en Kabul, la capital de Afganistán en presuntas tareas de evacuación, como están haciendo otros aliados, como los franceses. A pesar también de que el régimen estadounidense de Joe Biden ya aceptó cumplir con el ultimátum de los taliban y reiteró que se irán de la nación centroasiática antes del 31 de agosto.
El mensaje del Ejecutivo español es que seguirá en la capital afgana «hasta el último segundo que sea posible», eso sí, sin poner en peligro la vida de los militares y diplomáticos españoles que aún permanecen en Afganistán.
El primer Consejo de Ministros tras las vacaciones de verano dedicó una parte importante de su reunión a analizar la situación creada en Afganistán, tras un informe del Ministerio de la Presidencia, Félix Bolaños, en el que se calificó de «éxito de nuestro país reconocido a nivel internacional», una autocalificación paradójica frente a lo que está pasando en Afganistán.
Los datos del informe, referidos a las ocho de la mañana de hoy, subraya que han llegado a España más de 860 afganos, de los cuales más de 240 ya han pasado a formar parte del sistema español de acogida, y han tramitado los papeles de protección internacional en España. Otros 242 ciudadanos afganos que han colaborado con las instituciones europeas y con los estados Unidos, han salido ya para los países que les van a acoger y para las bases de Morón y Rota los 125 norteamericanos que hasta el momento han llegado a la Base de Torrejón.
Todo ello contrasta con la tragedia cotidiana que sufren decenas de miles de migrantes africanos que intentan ingresar a España por el mar Mediterráneo, lugar que se ha convertido en un gran cementerio.
El Gobierno está centrado en la evacuación, que considera un éxito, con la máxima de «agotar todos los tiempos y traer al mayor número de personas posible», porque España, en esta situación, dijo la ministra Portavoz, Isabel Rodríguez, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros «ha mostrado la mejor versión de sí misma y se ha convertido en un referente internacional».
Sin embargo no quiere hablar de futuro, ni del futuro de Afganistán ni del de las tropas, porque sólo piensa en la evacuación, sin descartar del todo alguna posible incursión en Kabul, algo que tampoco confirma que pueda hacer, dada la complejidad de la operación, y que tendría que hacerse de acuerdo con los aliados.
El Gobierno informará la próxima semana a los grupos, en el Congreso, del plan de evacuación, con una comparecencia en Comisión del Ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que ayer mismo registro el Gobierno, a petición propia, junto a otra de la vicepresidenta tercera y ministra para la transición ecológica, Teresa Ribera, para hablar del precio de la luz, y la de la ministra de Sanidad, Carolina Darias, con las que quiere desactivar todas las solicitudes que mañana debatirá la Diputación Permanente, que también solicita la del presidente del Gobierno.
También sobre Afganistán, la ministra española agradeció la actitud del líder de derecha Pablo Casado y sus palabras de hoy de que no hará «confrontación partidista» de este asunto. «hay que celebrar que el señor Casado haya recuperado el sentido de estado» y haya «puesto en valor» la labor del Gobierno en la evacuación, como la rapidez en dar respuesta a los incendios en Ávila, dijo Rodríguez, que aprovechó para pedir a Casado que también que se avenga a negociar la renovación de las instituciones.
La nueva actitud de Casado, a juicio de la ministra Portavoz. «es importante para Casado, para el PP y para España».
T/ La Vanguardia/ LRDS