Justicia de Honduras condena a 30 años a asesino de la feminista lenca Berta Cáceres
Copinh exige al Estado hondureño que enjuicie y castigue a todos los responsables del crimen de Berta Cáceres

Este viernes, la Corte Suprema de Justicia de Honduras confirmó la sentencia de Sergio Rodríguez Orellana, empleado de la familia Atala, quien fue condenado a 30 años de prisión por ser el autor del asesinato de Berta Cáceres.
De acuerdo, al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) “luego de más de seis años de espera, el pleno de la Corte Suprema de Justicia de Honduras ha confirmado la condena a Sergio Ramón Rodríguez Orellana, ratificando que es culpable de asesinato agravado del crimen contra nuestra hermana Berta Cáceres”.
El pleno ha recalificado su responsabilidad como autor por inducción, manifestó la organización que lideraba Berta Cáceres, al exigir al Estado de Honduras cumpla con sus obligaciones y enjuicie y castigue a todos los responsables del crimen de Berta Cáceres y los delitos conexos.
Reivindicación de los derechos de los pueblos indígena por los que luchó Berta Cáceres
Piden, además, que se respeten los derechos del pueblo Lenca, al tiempo que refrendan su compromiso con la justicia en Honduras.
En este sentido, el Consejo cívico también reclamó la reivindicación de los derechos de los pueblos indígenas por los que luchó Berta Cáceres.
El Copinh informó además que, durante el juicio, se presentaron pruebas indiscutibles de las comunicaciones extraídas de su teléfono y registros de llamadas que evidenciaron su dominio del hecho criminal.
Asimismo, se dio a conocer que la identificación, vigilancia y hostigamiento contra Berta Cáceres, acciones indispensables para la concreción del crimen.
Rodríguez aterrorizó a la comunidad lenca
“Sergio Rodríguez es parte de la estructura criminal que aterrorizó la comunidad lenca de Río Blanco desde 2013, con la intención de imponer el ilegal proyecto hidroeléctrico Agua Zarca, para el beneficio económico de la familia Atala Zablah», refirió el colectivo.
Igualmente, destacaron que «su rol, disfrazado de gerente ambiental y social, era el de infiltrar, enemistar y agredir a la comunidad Lenca y de vigilar e identificar los liderazgos como objetivo de ataque de la empresa criminal de los Atala”.