
En informe presentado hoy por la ONU en el Noveno Foro Mundial del Agua, se afirma que el aprovechamiento y buena gobernanza de las aguas subterráneas pueden ser la solución a las futuras crisis hídricas en el mundo.
En el documento sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos 2022, se plantea que el ritmo anual del uno por ciento de crecimiento del uso del preciado líquido y su escasez por el cambio climático aumentarán la dependencia de las corrientes bajo tierra, que constituyen el 99 por ciento del agua dulce del Planeta.
En ese sentido, se sostiene que las aguas subterráneas pueden proporcionar a las sociedades beneficios sociales, económicos y medioambientales, como la adaptación al cambio climático, en tanto aportan la mitad del volumen extraído para uso doméstico a nivel global y alrededor del 25 por ciento para el riego, con el fin de irrigar el 38 por ciento de todas las tierras.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, indicó que pesar de su importancia y potencial, este recurso natural no se comprende lo suficiente y es subestimado, contaminado, mal gestionado y sobreexplotado, con consecuencias irreversibles.
Advirtió que esas malas prácticas tienen efectos devastadores, por lo que instó a los gobiernos a dejar de ignorar el enorme potencial de esas aguas ante lo que se puede avecinar y a desarrollar políticas para gestionarlas de forma sostenible, y así encarar las crisis tanto en la actualidad como en el futuro.
Azoulay afirmó que para satisfacer las necesidades fundamentales de una población mundial en constante aumento y hacer frente a las crisis climática y energética globales, es esencial utilizar de manera más inteligente el potencial de los recursos hídricos subterráneos.
El estudió precisa que el incremento del uso de este líquido no se detendrá a un ritmo del uno por ciento durante los próximos 30 años, sostiene que esto, sumado a las sequías cada vez más agudas provocadas por el calentamiento global, hará al mundo más dependiente de las aguas subterráneas.
También significó que es esencial que los países se comprometan a desarrollar un marco adecuado y eficaz de gobernanza de las aguas subterráneas, y para ello, sugirió, deben asumir liderazgo y la responsabilidad para poner en marcha y mantener una estructura plenamente operativa.
Finalizó la funcionaria refiriendo que La calidad de las corrientes bajo tierra es generalmente buena, lo que significa que pueden utilizarse de forma segura y asequible, sin necesidad de niveles avanzados de tratamiento.
T/PrensaLatina/LRDS