Una multitud que paralizó toda la Alameda de Santiago entre la Plaza Baquedano (rebautizada como “Dignidad”) y La Moneda marcó el cierre de la campaña del “Apruebo”, donde ya a las 20:00 horas (21 de Argentina) había casi 300 mil personas en un ambiente festivo. Diversos colectivos sociales acompañados de música se manifestaron por el fin de la AFP (administradoras de fondos de pensiones que durante décadas han lucrado a partir de los ahorros para la vejez), a favor de los pueblos originarios y el medio ambiente.
Eso es parte de los contenidos que se jugarán este domingo 4 de septiembre donde la ciudadanía se manifestará sobre la Nueva Constitución que reemplazaría a la de 1980 que, desde la dictadura de Pinochet, aunque con modificaciones y reformas, sigue gobernando la vida de los chilenos.
Un hito que cerrará un largo proceso iniciado por el acuerdo por la paz de noviembre de 2019 donde el expresidente Sebastián Piñera, aceptó el cambio de la Carta Magna, mediante un plebiscito “de entrada” que desembocaría en la elección de 155 constituyentes en una Convención con escaños para pueblos indígenas y paritaria. Era la única salida posible al “Estallido Social”. La crisis más grande desde el retorno a la democracia, iniciada un mes antes antes y que dejó en la memoria colectiva la violencia de carabineros disparando a los ojos de centenares de manifestantes, varias estaciones del metro en llamas (hasta hoy no se sabe quién lo hizo) y más de un millón de personas protestando en la calle, sólo en Santiago, conmovió al país trasandino.
Bajo un ambiente de polarización, dominado por la desinformación instalada por grupos de derecha pero también por la alta difusión del texto constitucional que se volvió best-seller en librerías y distribuido gratis en diversas localidades, se realizaron los cierres de ambas opciones a eso de las 19:00 horas. El contraste es impresionante: solo unas 400 personas se manifestaron por el “Rechazo” en el Parque Metropolitano agitando banderas chilenas y con un ambiente calificado como “familiar”, el “Apruebo” es multitudinario con shows de músicos como Anita Tijoux e Inti Illimani abriendo el show, con desmayos incluídos debido a la aglomeración de gente.
El enigma del voto obligatorio
Algo que no deja de llamar la atención considerando que prácticamente todas las encuestas daban como triunfador a la primera opción, algo que no se demostraría al menos en las calles. De ahí lo complejo de prever que sucederá este domingo, pero al menos hay dos datos a considerar: después de una década el voto volverá a ser obligatorio (estos serían más de 15 millones de personas habilitadas, siendo multados quienes no asistan) y los locales de votación fueron cambiados por los que quedan más cerca del votante, evitando situaciones como en las últimas elecciones presidenciales donde miles de personas debieron tomar locomoción pública que, curiosamente, escaseó esa jornada.
“La obligatoriedad del voto puede significar que una gran cantidad personas de bajos ingresos participe, por primera vez, en una elección. Los datos son claros: en los últimos comicios la participación en las comunas más pobres ha sido muy inferior a las de mayores ingresos. Por ejemplo, en 2021, en La Pintana votó el 50% de los electores y en Vitacura, el 73%. En 2017, en Lo Espejo sufragó el 44% y en Las Condes, el 66%. ¿Habrá cambios en esta conducta?” señala el investigador Andrés Scherman en un artículo para Ciper donde cuestiona las metodologías clásicas de las encuestas.
Una Constitución del siglo XXI
El proceso constitucional chileno, ha generado interés a nivel mundial. Actores como Mark Ruffalo llamaron a “dar vuelta la hoja a los años de crueldad de Pinochet”, Susan Sarandon dio que esta Carta Magna es “una hoja de ruta para el resto del mundo” , analistas de medios como el Guardian ha señalado que “es una constitución para el Siglo XXI y que EEUU debería seguir este ejemplo” y decenas de intelectuales como Mariana Mazzucato y Thomas Piketti.
Esto debido a que el texto tiene como pilares el medio ambiente, el feminismo, pueblos originarios y la diversidad, además de profundizar en torno a los derechos ciudadanos básicos. Si bien sus detractores han encontrado desde errores ortográficos a cambios demasiado “radicales” como la eliminación del Senado, el texto fue descrito de manera inmejorable por Michelle Bachelet es como la canción de Pablo Milanés que dice “no es perfecta / más se acerca a lo que siempre soñé”.
T/ Página12/ LRDS