En una charla con periodistas, el Papa Francisco reconoció que ya no puede viajar como solía hacerlo debido a problemas de salud con su rodilla. Si bien enfatizó que no piensa renunciar, aseguró que “la puerta está abierta”.
Para moverse en Canadá, Francisco hizo uso de una silla de ruedas, un andador y un bastón. Los periodistas que lo acompañaron señalaron que en varios momentos a su santidad se lo vio dolorido.
Cabe recordar que en mayo pasado, el Pontífice había revelado que sufría una rotura de ligamentos en la rodilla derecha “desde hacía mucho tiempo”. Por ese motivo, tuvo que cancelar un viaje a África.
“No creo que pueda seguir con el mismo ritmo de viajes que antes”, reconoció este domingo. También explicó que, aunque podrían operarlo, tiene un problema con la anestesia que lo afectó durante una intervención en el colon el año pasado.“No se juega con la anestesia y por eso se piensa que no es conveniente (la operación)”, señaló.
Asimismo, Francisco puntualizó que seguirá intentando viajar “porque es una manera de estar cerca de la gente y es un modo de servir”.
“No es extraño. No es una catástrofe. Se puede cambiar al Papa”, dijo. “Creo que a mi edad y con estas limitaciones, tengo que ahorrar mi energía para poder servir a la iglesia, o, por el contrario, pensar en la posibilidad de dar un paso al costado”.
Igualmente, agregó que “No he pensado en esta posibilidad. Pero esto no quiere decir que pasado mañana no lo piense. Este viaje fue un poco el test. En este estado no se pueden hacer viajes, hay que cambiar el estilo, quizás pagar las cuentas de los viajes pendientes”.
No es la primera vez que se refiere a que si su salud lo requiere, podría seguir los pasos de su predecesor, Benedicto XVI, que renunció en 2013 por el deterioro de su salud física y mental.
T/TV Pública Noticias /LRDS
