México tiene una relación de amistad con todos los pueblos; “somos un país libre y soberano y nuestros principios son la no intervención, la autodeterminación y la solución pacífica de las controversias, así como la defensa de los derechos humanos”, expuso el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En la conferencia mañanera de Palacio Nacional, confirmó que su homólogo de Cuba, Miguel Díaz-Canel, será el invitado de honor en la ceremonia conmemorativa del bicentenario de la Independencia y dará un discurso. Destacó que “México tiene las puertas abiertas a todos los gobernantes y les da el mismo trato”.
Asimismo, dio a conocer que invitó a su homólogo de Estados Unidos, Joe Biden, a la ceremonia de los 200 años de la entrada del Ejército Trigarante a la capital del nuevo país, no obstante, se confirmó que en su lugar acudirá el secretario de Estado, Antony Blinken.
Expuso que está pensando viajar en noviembre a Nueva York para asistir a la ceremonia donde la representación de México en la ONU asumirá la presidencia pro tempore del Consejo de Seguridad. Expuso que en el transcurso de la jornada de ayer recibió las cartas credenciales de 11 embajadores en el país, entre ellos el estadunidense, Ken Salazar.
López Obrador ponderó la relevancia de la sexta reunión cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), a realizarse el sábado en Palacio Nacional. Sobre el particular, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, anunció dos iniciativas del gobierno mexicano concernientes a la Agencia Latinoamericana del Espacio y a la creación de un fondo de desastres en América Latina y el Caribe. El tema de la reforma a fondo de la OEA o la creación de un nuevo organismo que la sustituya, que posteriormente se propondrá a Estados Unidos, ya está en la agenda de los mandatarios.
Informó que hay 16 jefes de Estado y de gobierno “confirmados”, más los que se acumulen de aquí al sábado: Argentina, Barbados, Belice, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, Guatemala, Guyana, Honduras, Paraguay, Perú, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Uruguay. Vienen las vicepresidentas de Colombia y Venezuela, y los ministros de Relaciones Exteriores de Antigua y Barbuda, Chile, El Salvador, Granada, Haití, Jamaica, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y Trinidad y Tobago.
Sobre la presencia de Díaz-Canel, el Ejecutivo federal enfatizó que en México los mandatarios de otras naciones tienen el mismo trato, y “no somos lacayos de nadie.”
Refirió la presencia y atención prodigada recientemente a los gobernantes de Ecuador y Guatemala, “pero, además, nosotros tenemos relaciones de amistad con el pueblo de Cuba desde hace muchísimo tiempo. El embajador que más defendió al apóstol de nuestra democracia, a Francisco I. Madero, fue el embajador cubano; siempre hemos tenido muy buenas relaciones y somos respetuosos de la independencia de los pueblos.”
López Obrador insistió en la necesidad de preservar la memoria y deploró cómo en administraciones pasadas –en particular la del panista Vicente Fox– “quitaron los retratos de Benito Juárez; ha costado trabajo encontrar en Palacio Nacional, y eso que hay un acervo de pinturas, estatuas, lienzos de Cuauhtémoc, del general Cárdenas. De Villa no hay nada, de Flores Magón nada, de periodistas como Daniel Cabrera, fundador de El Hijo del Ahuizote, nada, de Zarco, nada.”
Y muy a su pesar adujo: “aquí tenemos todavía los jarrones de Maximiliano y, claro, ya es historia, son piezas históricas. Voy a ver si antes de que termine arreglo un poco la museografía, porque hay un jarrón de Maximiliano –de 1865– que trajeron de Viena, con al águila y la corona, enfrente del retrato del presidente Juárez, y no quiero que siga molesto por eso; no lo merece”, señaló irónico.
T/ La Jornada/ LRDS