Esta semana llegó a nuestras tierras sudamericanas el Secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo, es el canciller de Trump, para hacer más fácil su identificación, el vocero internacional del imperialismo, para hacerlo más directo.
Se trata de una «gira» que poco tiene de amistad y cooperación y mucho de intereses y chantajes. Así comenzó en Surinam ayer, cuando Pompeo atacó directamente a China y la volvió a colocar como una amenaza para la región, una amenaza que sólo detalló en la demarcación de los intereses económicos e ideológicos de Washington.
Pompeo también estará en Guyana, Brasil y Colombia, en áreas fronterizas con Venezuela en estos últimos dos países. ¡Qué coincidencia!, pero bueno, el tipo no oculta sus motivos, que son los motivos de una élite política, militar y empresarial obsesionada por hacer cumplir sus designios en Venezuela, por hacer tierra arrasada.
Dentro del interés global de las élites estadounidenses y sus socios, se inscribe también el particular juego de intereses electorales del sector de Trump y como pueden utilizar una conmoción en octubre, para voltear el escenario, actualmente desfavorable en la competición con el abanderado demócrata, más no democrático, Joe Bidden.
Previo a su viaje, Pomep no habló de cooperar con Sudamérica para enfrentar la pandemia del COVID-19, ni mucho menos sobre proyectos de desarrollo. Además de la agresión a Venezuela, la agenda sólo contempla un interés adicional, la incipiente explotación petrolera en las costas de Guyana y Surinam. Pero no se emocionen, no es nada para el mutuo beneficio, es para garantizar que los grupos económicos tengan su tajada.
Las profecías de Pomepeo
Antes de partir a nuestras tierras, Pompeo no se anduvo con rodeos. Claro y preciso, manifestó:
«No es solo que Venezuela produzca refugiados, están creando problemas de seguridad para todos los países albergando a terroristas, albergando a narcotraficantes cuando intentamos vetar las drogas. Estamos poniendo muchos activos en esto y trabajando de cerca con todos los socios caribeños».
Además agregó que con Guyana «intercambiará notas diplomáticas para patrullas marítimas conjuntas con el fin de vetar los narcóticos. Este paso ayudará a proporcionar seguridad a los pueblos guyanés y estadounidense».
¿Se trata ese EEUU que ahora coloca al tráfico de narcóticos como una grave amenaza, el mismo país que tiene como principal aliado en la región al mayor exportador de cocaína del mundo, Colombia? No vayan a pensar mal…Incluso en la agenda que cumplirá Pompeo en la nacion neogranadina se incluye la posibilidad de «certificar» a ese país por su presunto control del narcotráfico. Una «muy pequeña» paradoja.
En Brasil, Pomepo estará en Boa Vista, la ciudad brasileña más grande cerca de la frontera con Venezuela, el estado de Roraima, otro lugar clave para propiciar una agresión.
Estamos hablando de la llamada «operación tenaza», mediante la cual, Washington convence a los vecinos de Venezuela para dejar al país atrapado. Es político y es militar, no lo dudemos.
Desde al menos el año 2016, cuando se intensificó la agresión contra Venezuela, el gobierno de ese país alerta insistentemente sobre la «operación tenaza». No obstante, dicho plan estadounidense ya se venía confeccionando desde los años 2006, 2007, con el mismo objetivo, derrocar al gobierno legítimamente electo por los venezolanos y colocar a la marioneta que más le convenga.
En 2007, Michael Middleton Steere, funcionario de la CIA que estaba radicado en Venezuela, describió parte del plan en una comunicación enviada al entonces director de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense. En ella, además de componentes internos, ya descontextualizados, se mencionaba el manejo de conflicto a través de países vecinos, para propiciar la máxima presión respecto a Caracas, incluído el uso de las bases militares de EEUU enclavadas en las Antillas Holandesas.
La de Pompeo es una vista peligrosa, que además involucra a dos gobiernos de extrema derecha en la región como los de Iván Duque en Colombia y Jair Bolsonaro en Brasil, cuyas funciones de peón y alfil (indistintamente) en el tablero de juego de Washington y el Comando Sur, nos hace estar muy alertas, sobre las fatales locuras que pueden estar instigando contra Venezuela.
T/ Chevige González Marcó