
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, anunció este lunes que su país reconocerá al Estado palestino en la Asamblea General de Naciones Unidas en septiembre.
«La paz solo será temporal» mientras los israelíes y los palestinos no dispongan de sus respectivos estados permanentes, declaró a periodistas el jefe del gobierno laborista tras la inauguración del nuevo Museo del Knéset (parlamento) de Jerusalén, situado en la sede que ocupaba la institución de 1950 a 1966.
«Australia reconocerá el derecho del pueblo palestino a tener su Estado propio», agregó.
La decisión de Australia es una iniciativa similar a la anunciada por países como Francia, Canadá y Reino Unido.
También Nueva Zelanda anunció este lunes que se plantea reconocer el Estado de Palestina en la Asamblea de la ONU, que tendrá lugar en septiembre.
El ministro de Asuntos Exteriores, Winston Peters, señaló que «existe una amplia gama de opiniones firmemente arraigadas en nuestro Gobierno, el Parlamento y, de hecho, en la sociedad neozelandesa sobre la cuestión del reconocimiento de un Estado palestino».
«Es justo que este complejo asunto se aborde con calma, cautela y criterio. La catástrofe humanitaria en Gaza ocupa, con razón, un lugar prioritario en la agenda mundial», prosiguió.
Peters remarcó que aunque en la comunidad internacional convergen opiniones encontradas sobre el tema, Nueva Zelanda actuará de acuerdo con sus propios principios, valores e intereses y tras evaluar si «existen los requisitos previos para un Estado palestino viable y legítimo, en términos de seguridad, políticos, diplomáticos y económicos».
«Si bien estamos muy lejos de Oriente Medio, seguiremos asegurándonos de que nuestra voz se escuche», añadió.
El anunció de ambos países fue rechazado por el presidente de Israel, Isaac Herzog, quien consideró este lunes que reconocer ahora el Estado de Palestina es un grave error y una «recompensa» al terrorismo.
«Estas declaraciones, de Australia y otros países, son una recompensa al terrorismo, un premio a los enemigos de la libertad y la democracia. Es un grave y peligroso error, que no va a ayudar a ningún palestino y, lamentablemente, no traerá de vuelta a ningún rehén», consideró Herzog.
T: Agencias