El italiano Giacomo Pisani, capitán de un barco petrolero que la empresa Repsol intentó involucrar en el reciente desastre ambiental ocurrido en las costas peruanas, entregó a las autoridades de la nación sudamericana las cartas de protesta que dirigió a los responsables de la refinería La Pampilla, en las que consigna que la empresa le ocultó la verdadera magnitud del desastre y que además pretendieron atribuirle la fuga de hidrocarburos.
Además, una aeronave de la Marina peruana registró un nuevo vertimiento el martes 25 de enero. Repsol respondió que el incidente estaba “controlado” y que se trataba de un remanente del petróleo descargado. El desastre ambiental es considerado el peor en la historia de Perú.
El capitán Pisani señaló que desde el primer momento en que le informaron sobre el derrame, la compañía Repsol no actuó diligentemente para evitar que el hidrocarburo se expandiera hacia el norte del país.
Para sustentar su manifestación ante las autoridades peruanas, el capitán Giacomo Pisani exhibió documentos que acreditaban su relato de los hechos, los que fueron revelados por el diario español El País y a los que La República también tuvo acceso.
Los papeles son la evidencia de que el capitán Pisani se enfrentó con los responsables de la refinería La Pampilla, de propiedad de Repsol, porque no aceptaron sus reclamos por la responsabilidad de la fuga de petróleo en el Terminal Multiboyas nº 2, que recibió la descarga del tanquero Mare Doricum. Los funcionarios de Repsol se negaron a proporcionarle la información sobre la cantidad de petróleo que había sido descargado, por ejemplo.
El mismo día del vertimiento, el sábado 15 de enero, Giacomo Pisani reportó la dudosa conducta de los responsables de Repsol que administran la refinería de La Pampilla, en Ventanilla. Pisani claramente anotó que Repsol le mintió cuando le comunicó que había dominado la situación.
La versión de Giacomo Pisani contradice lo sostenido por Repsol en reiterados comunicados, en los que aseguró que había desplegado todos los equipos necesarios y adecuados para atenuar el derrame desde el primer momento de conocidos los hechos.
Pero no solo eso, Pisani también precisó que la terminal no le brindó el informe con las cantidades de petróleo descargado, por lo que no le permitió conocer la magnitud del desastre.
Tampoco Repsol le proporcionó la hoja de horas del proceso de descarga de los 987.672 barriles que el Mare Doricum trajo desde el puerto de Sao Sebastiao, estado de Sao Paulo, Brasil.
T/ La República/ LRDS