El papa Francisco, en su bendición tradicional ‘Urbi et Orbi’ del Domingo de Resurrección, pidió acallar las armas y cesar la violencia al calificar de «escandaloso» que los conflictos armados continúen en medio de la pandemia.
«La pandemia todavía está en pleno curso, la crisis social y económica es muy grave, especialmente para los más pobres; y a pesar de todo —y es escandaloso— los conflictos armados no cesan y los arsenales militares se refuerzan. Este es el escándalo de hoy».
El obispo de Roma recordó que «todavía hay demasiadas guerras y demasiada violencia en el mundo».
«Que el Señor, que es nuestra paz, nos ayude a vencer la mentalidad de la guerra. Que permita a los prisioneros de los conflictos, especialmente en el este de Ucrania y en Nagorno Karabaj, que regresen sanos y salvos a sus familias, e inspire a los gobernantes de todo el mundo para que se frene la carrera de armas», pidió Francisco.
El papa expresó su cercanía a miles de personas en Birmania que «están comprometidos con la democracia, haciendo oír su voz de forma pacífica, sabiendo que el odio sólo puede disiparse con el amor».