
Miles de franceses salieron a las calles este miércoles en una jornada de protestas antigubernamentales que buscan paralizar al país europeo, el mismo día que Sébastien Lecornu, un asociado del presidente Emmanuel Macron, asumió como primer ministro.
La jornada denominada ‘Bloqueemos todo’ fue convocada para protestar contra el plan presupuestario de 2026, propuesto por el saliente primer ministro François Bayrou, ante el alto nivel de deuda y déficit del país, que ahora deberá sortear el nuevo premier.
Desde primera hora de la mañana ha habido bloqueos en autopistas y rondas de circunvalación de las grandes ciudades como París, Lyon, Marsella o Rennes, con enfrentamientos en muchos casos entre manifestantes y fuerzas del orden.
El ministro del Interior Bruno Retailleau confirmó más de 200 arrestos en las primeras horas de la jornada de manifestaciones a nivel nacional. Unos 80.000 gendarmes y policías serán desplegados durante el día de hoy con instrucciones de ser inflexibles y reprimir a los activistas de un movimiento que en algunos aspectos recuerda a la insurgencia de los “chalecos amarillos” en 2018.
Retailleau en una comparecencia ante la prensa ha cargado contra las «acciones violentas» que se han producido y ha hecho hincapié en el desarrollo inicial de una jornada de protestas que «nada tiene qué ver con una movilización ciudadana» porque está siendo «distorsionada» por «la extrema izquierda».
Entre las acciones que se han producido de madrugada y en la primera parte de la mañana, ha destacado el «sabotaje» a unos cables que ha obligado a suspender la circulación de trenes entre Toulouse y Auch.
El ministro, que forma parte del partido conservador Los Republicanos (LR), ha criticado a responsables políticos que en las redes sociales han lanzado mensajes de llamamiento «a la insurrección o a la violencia», en una alusión apenas velada a La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.
Los activistas exigen la renuncia de Macron, a quien culpan de haber hecho que los patrimonios más altos aumentaran aún más a costa de las clases populares.
En medio del fuerte descontento y las advertencias de líderes de la oposición de no respaldar al nuevo primer ministro-al igual que a sus sucesores-Lecornu, el quinto premier de Francia en los dos últimos años, aseguró que su nuevo gobierno deberá ser creativo y dialogar con los partidos de la oposición.
Al asumir el cargo, Lecornu también prometió «rupturas», «en el fondo» y «no solo en la forma» y aseguró que no hay «ningún camino imposible» para resolver la crisis política.
«Debe haber cambios, no solo en la forma o el método, sino en el fondo (…) Hoy no habrá un discurso importante. A partir de esta tarde, me reuniré con miembros de los principales partidos políticos y, en los próximos días, con otros partidos políticos, sindicatos y yo mismo, tendré la oportunidad de explicarme ante el pueblo francés», declaró en la ceremonia de posesión.
T: Telesur/France24/Agencias
				




