Palestina llama al mundo a poner freno a la matanza israelí
Las calles de Gaza estaban desiertas ayer después de una nueva serie de bombardeos nocturnos del ejército israelí que destruyeron 15 kilómetros de túneles milicianos y las viviendas de nueve supuestos comandantes de Hamas, según reporte del mando militar israelí, tras una semana que dejó más de 220 muertos.
El premier palestino, Mohamad Shtayé, reclamó a la comunidad internacional que actúe para “detener la agresión” de Israel, en una jornada en la que fue derribado el edificio de cinco pisos donde se encontraba el Ministerio de Asuntos Religiosos, espacio que, de acuerdo con Israel, albergaba el principal centro de operaciones de las fuerzas de seguridad interna del movimiento islamita.
La Media Luna Roja catarí afirmó que sus oficinas en la ciudad de Gaza resultaron dañadas y el Ministerio de Salud indicó que sus locales fueron alcanzados por los misiles.
El único laboratorio que realizaba pruebas de Covid-19 en la franja de Gaza dejó de operar, después de que la clínica que lo albergaba fue atacada.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud, resaltó que la protección de las infraestructuras médicas y del personal de salud es un “imperativo en cualquier circunstancia”, y añadió: “es esencial que las normas humanitarias internacionales sean totalmente respetadas”.
El ejército israelí indicó que atacó nueve viviendas de altos mandos de Hamas, algunas de las cuales eran utilizadas para “almacenar armas”, y un navío sospechoso.
La Yihad Islámica, segundo grupo armado palestino en la franja de Gaza, reconoció que Hosam Abu Harbid, uno de sus comandantes, murió en un ataque.
“Nunca había visto bombardeos de este calibre”, aseguró Mad Abed Rabbo, de 39 años, quien vive en el oeste de la ciudad de Gaza y dijo sentir “horror y miedo”.
Al menos 212 palestinos han muerto en una semana de bombardeos sobre Gaza, incluidos 61 niños y 36 mujeres, y más de mil 400 personas han resultado heridas, según cifras del Ministerio de Salud.
Al menos 10 personas, entre ellas un niño de cinco años, han fallecido y 294 han resultado heridas por los ataques con misiles lanzados desde áreas civiles de Gaza hacia áreas civiles en Israel.
Un boquete en uno de los pisos de un edificio de concreto de varios niveles mostraba el impacto de los bombardeos que ahí cobraron cinco vidas.
Sin agua, cientos de casas
El alcalde de la ciudad de Gaza, Yahya Sarraj, informó que los ataques han causado daños a las carreteras e infraestructura, además de que el suministro de agua para cientos de viviendas fue interrumpido.
Naciones Unidas advirtió que la única central eléctrica en el territorio corre el riesgo de quedarse sin combustible. Gaza de antemano sufría apagones diarios de entre ocho a 12 horas, y el agua de la llave no es potable.
El Programa Mundial de Alimentos anunció una ayuda de urgencia para más de 51 mil personas en la franja de Gaza, asolada por la pobreza y el desempleo.
Desde el 10 de mayo, cuando comenzó esta espiral de violencia, unos 40 mil palestinos han abandonado sus hogares, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la Organización de Naciones Unidas.
Los israelíes, especialmente los del sur del país que viven con continuas alertas de cohetes, fueron llamados por el premier Benjamin Netanyahu a limitar sus actividades al aire libre.
Los grupos armados palestinos, entre ellos Hamas y Yihad Islámica, han disparado más de 3 mil 150 proyectiles contra Israel desde que empezaron las hostilidades.
Se trata del mayor ritmo de lanzamientos jamás registrado contra territorio israelí, precisó el ejército, según el cual gran parte fueron interceptados por su escudo antimisiles Cúpula de Hierro.
El ejército israelí, que sostiene que los objetivos de sus bombardeos son oficinas y equipos de Hamas, así como algunos comandantes y túneles, acusa al movimiento islamita de usar a los civiles de “escudos”.
Las fuerzas israelíes respondieron con unos 22 tiros hacia Líbano luego de que seis proyectiles fueron disparados desde ahí hacia el norte de Israel, pero no llegaron a cruzar la frontera.
No hubo reportes de víctimas o daños y el bombardeo no parecía marcar la apertura de un nuevo frente en los combates de Israel con los militantes de la franja de Gaza.
En Beirut, una fuente militar libanesa indicó a la agencia de noticias Afp que “tres cohetes tipo Grad fueron disparados desde el sector de las granjas de Shebaa”, zona disputada entre ambos países, que están técnicamente en guerra.
T/ La Jornada/ LRDS