
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, sostuvieron un tenso encuentro en la Casa Blanca, con acusaciones de racismo contra la población blanca que Pretoria reiteradamente ha calificado de falsas.
Ramaphosa llegó a la Casa Blanca este 21 de mayo, señalando que quería hablar sobre comercio y minerales críticos, y la reunión tuvo un comienzo cordial, pero el encuentro dio un giro cuando Trump incluso atenuó las luces de la Oficina Oval para reproducir un video para denunciar un supuesto «genocidio» contra la minoría blanca afrikáner, una acusación que el mandatario de Sudáfrica rechazó categóricamente.
El líder sudafricano mantuvo la compostura durante toda la escena, no se dejó avasallar y respondió con firmeza que no existe ningún «genocidio afrikáner», e instó a Trump a escuchar al pueblo sudafricano para desmontar esa narrativa. «Si realmente hubiera un genocidio contra los agricultores afrikáners, te aseguro que estas personas no estarían aquí, incluido mi propio ministro de Agricultura», afirmó señalando a su delegación, que incluía a miembros de esa comunidad.
Ramaphosa respondió a la acusación de Trump, señalando que quería aprovechar la reunión para aclarar las cosas y salvar la relación de su país con Estados Unidos, la cual está en su punto más bajo desde que Sudáfrica impuso su sistema de segregación racial de apartheid, que terminó en 1994.
«Nos oponemos completamente a eso», sostuvo Ramaphosa sobre el comportamiento alegado por Trump. Agregó que “esa no es la política” de su Administración y que “nuestra política de Gobierno es completamente contraria a lo que está diciendo”.
Ramaphosa subrayó que, si bien la delincuencia es un problema en Sudáfrica, la mayoría de las víctimas de la violencia «no son blancos, sino negros». Posteriormente, dijo que su país seguirá conversando con Estados Unidos, especialmente asuntos relacionados con el intercambio comercial.
En los últimos meses, Trump ha criticado la ley de reforma agraria y la demanda de Sudáfrica contra Israel por «genocidio» por sus hostilidades en curso en la Franja de Gaza.
En medio de las tensiones, la Administración del republicano ha cancelado ayuda, expulsado al embajador de Sudáfrica y ofrecido refugio a la minoría blanca afrikáner basándose en acusaciones de discriminación racial que Pretoria considera infundadas.
Estados Unidos es el segundo socio comercial bilateral más importante de Sudáfrica después de China. Pero el país enfrenta un arancel del 30% bajo el régimen del «Día de la Liberación» de Trump, actualmente suspendido, y Ramaphosa había llegado a Washington interesado en discutir un acuerdo comercial y oportunidades de negocios.
“Ustedes son una economía mucho más grande que nosotros. No somos más que una pequeña economía, pero dependemos los unos de los otros en una serie de cuestiones. Tenemos minerales críticos que usted quiere impulsar el crecimiento de su propia economía y reindustrializar. Así que tenemos eso en oferta, incluidos los minerales de tierras raras», apuntó el mandatario africano.
Ramaphosa indicó que era hora de “recalibrar” la relación entre ambas naciones y se esforzó en agradecer al líder por darle la bienvenida a la Casa Blanca para las conversaciones.
“Estamos aquí esencialmente para restablecer la relación entre Estados Unidos y Sudáfrica”, remarcó.
Tras esta reunión en la Casa Blanca, el líder sudafricano ofreció una rueda de prensa en la que dijo que el encuentro con Trump fue muy positivo y que se lograron abordar los temas económicos a pesar de que los medios trataron de crear polémica.
Ramaphosa aseguró que la reunión fue «muy bien» y dijo que esperaba que Trump asistiera a la reunión del G20 en Johannesburgo en noviembre.
T: Agencias